Fin de siglo
DE PASADAAunque los ¨¢rabes vayan camino del a?o 1421, los chinos del 4697, los hind¨²es del 2078 y los jud¨ªos del 5761, para los occidentales, el pr¨®ximo a?o tiene que ser la puerta del nuevo milenio. Como sea. Se ha invertido mucho para que ahora vengan los listillos como P¨¦rez Reverte con el pizarr¨ªn a explicar que no, que la fiesta -o sea, el apocalipsis- tiene que ser a la entrada del 2001. Para empezar, esta semana toca eclipse. Grandes carteles anuncian el nuevo disco de El Potito como el de El ¨²ltimo cantaor. En un bar de C¨¢diz, la tradicional porra se ha sustituido por una apuesta macabra: un jugador dice: "El s¨¢bado aparecer¨¢n tres esquelas en el diario, y el domingo s¨®lo dos", se anota el pron¨®stico y, si acierta, gana el bote. Algunos se apresuraron a interpretar estos y otros divertimentos como signos agoreros. Pero La Agorera fue el primer libro del mago y poeta -y adem¨¢s gran tipo- Rafael Soto Verg¨¦s, que cada verano baja a C¨¢diz a reponer las bater¨ªas. "Llora en la vida que se acaba", escribi¨® en su d¨ªa el autor, "grita en la condenaci¨®n de un verde mundo". M¨¢s claro, agua. En los ochenta, Paco Bejarano y Felipe Ben¨ªtez Reyes fletaron una revista po¨¦tica llamada Fin de Siglo que no alcanz¨® siquiera al final de la d¨¦cada. La que s¨ª llegar¨¢ a comerse las uvas -una vez confirmada la reelecci¨®n de Rom¨¢n como presidente de la Diputaci¨®n, entidad patrocinadora- ser¨¢ RevistAtl¨¢ntica, cuya presentaci¨®n en Rota reuni¨® a la plana mayor de La Experiencia que se deja caer por aqu¨ª: Mendicutti, Garc¨ªa Montero, Almudena Grandes, el propio Ben¨ªtez Reyes... Y tambi¨¦n estuvo en C¨¢diz Aitana Alberti, hija del poeta inmortal por excelencia, quien pasar¨¢, pase lo que pase, su fin de siglo en La Habana. Entre tanto, como si las profec¨ªas de Nostradamus no fueran con ellos, los gaditanos se lanzaban el pasado s¨¢bado a celebrar el Trofeo Carranza como todos los a?os, en ambiente familiar, a base de botell¨®n y barbacoa. Resulta espectacular ver c¨®mo, inundada por la multitud, la playa parece arder desde los bloques de Santa Mar¨ªa del Mar a las murallas de Cortadura. Las mismas murallas que, para muchos, se?alan el lugar donde se acaba el mundo. ALEJANDRO LUQUE
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.