Un hombre hiere a cinco personas al disparar en la guarder¨ªa de un centro jud¨ªo de Los ?ngeles
"Estados Unidos ha sido sacudido de nuevo por un acto insensato de violencia armada", dijo anoche Bill Clinton, en un escueto mensaje a la naci¨®n sobre el tiroteo que, pocas horas antes, hab¨ªa ensangrentado una guarder¨ªa de un centro comunitario jud¨ªo de Los ?ngeles. En esos momentos, EEUU segu¨ªa con el coraz¨®n en un pu?o la lucha contra la muerte de uno de los cinco heridos en el tiroteo, un ni?o de cinco a?os alcanzado de gravedad en una pierna y en el abdomen. Y las cadenas de televisi¨®n retransmit¨ªan en directo la espectacular b¨²squeda, casa por casa, del criminal.
Por tercera semana consecutiva, un acto de violencia gratuita conmocion¨® ayer a EEUU. Un tirador, que segu¨ªa siendo buscado por la polic¨ªa esta madrugada, entr¨® en la guarder¨ªa del North Valley Jewish Community Center, un centro comunitario jud¨ªo de Granada Hills, en las cercan¨ªas de Los ?ngeles, y dispar¨® a mansalva contra los profesores y ni?os all¨ª presentes. La recepcionista, de 65 a?os, una joven ayudante voluntaria, de 16, y tres ni?os, de entre 5, 6 y 8 a?os, resultaron alcanzados por los disparos. El tirador, descrito como un hombre blanco, vigoroso, vestido de verde y de unos cuarenta a?os, abandon¨® de inmediato a pie el lugar del crimen. Utiliz¨® al parecer una metralleta Uzi. La polic¨ªa encontr¨® m¨¢s de veinte casquillos de nueve mil¨ªmetros en el vest¨ªbulo del centro.
Demasiadas armas
"?ste es el resultado de demasiadas armas en demasiadas manos", dijo anoche Don Perata, senador en el Congreso de California. Entretanto, cientos de polic¨ªas de Los Angeles, uniformados de negro, con cascos, chalecos antibalas y fusiles de asalto, buscaban en el barrio residencial de Granada Hills al asaltante de la guarder¨ªa jud¨ªa. La polic¨ªa, que encontr¨® una furgoneta roja vac¨ªa pero cargada de munici¨®n, ped¨ªa a los habitantes que se encerraran en sus casas, porque el tirador pod¨ªa estar todav¨ªa por los alrededores. Entretanto, los padres de los alumnos del centro asaltado iban recogiendo a sus ni?os. El horror y la angustia de Los ?ngeles eran televisados en directo a todo EEUU desde los muchos helic¨®pteros de las cadenas californianas.Las informaciones eran escasas y confusas. Seg¨²n Bernard Parks, jefe del departamento de Polic¨ªa de Los ?ngeles, el asaltante entr¨® en el vest¨ªbulo del North Valley Jewish Community Center, donde pasaban el d¨ªa, en r¨¦gimen de guarder¨ªa o en campamentos de verano, unos 300 ni?os. La mayor¨ªa jugaban en la piscina o las pistas de tenis del lugar, por lo que el vest¨ªbulo no estaba muy lleno. Otros chavales que frecuentan el centro realizaban en esos momentos una visita al Museo de la Tolerancia, inform¨® el rabino Marvin Hier.
El asaltante esgrimi¨® un arma, que podr¨ªa ser una Uzi, y comenz¨® a disparar contra los presentes. Cayeron heridos la recepcionista, la joven ayudante y tres peque?os. Uno de ellos, de cinco a?os, alcanzado en una pierna y el abdomen, segu¨ªa esta madrugada en la sala de operaciones. Su situaci¨®n era "muy cr¨ªtica", seg¨²n el hospital.
El asaltante, seg¨²n Parks, el no dijo una sola palabra antes de comenzar a acribillar a los presentes en el vest¨ªbulo de la guarder¨ªa. Ninguna de las personas que pudieron verle le reconocieron como alguien relacionado con el centro. Parks explic¨® que los investigadores no pod¨ªan afirmar o negar que el asaltante actuara guiado por sentimientos racistas o antisemitas. "La verdad es que no sabemos qui¨¦n es ni por qu¨¦ ha hecho lo que ha hecho", manifest¨®. Pero el FBI se sum¨® a la investigaci¨®n, dada la posibilidad de que se tratara de un crimen racista.
"Debemos redoblar nuestros esfuerzos para hacer de Estados Unidos un lugar m¨¢s seguro", dijo anoche Clinton en su mensaje a la naci¨®n. Y es que el asalto de ayer es el tercero de este tipo en menos de 15 d¨ªas. La pasada semana, Alan Eugene Miller, de 34 a?os, mat¨® a tres empleados en dos oficinas de Pelham (Alabama). El pasado 29 de julio, Mark Barton, un inversor frustrado por sus elevadas p¨¦rdidas en la especulaci¨®n en bolsa a trav¨¦s de Internet, mat¨® a martillazos a su esposa y sus dos hijos y luego, tras matar a nueve personas en dos oficinas burs¨¢tiles de Atlanta, se suicid¨®.
El pasado curso, EE UU conoci¨® una fiebre de violencia en las escuelas e institutos protagoniza por adolescentes y j¨®venes armados. Ninguno de estos incidentes ha conseguido que el Congreso adopte leyes concretas para controlar el acceso de los particulares a las armas.
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