Las instituciones exigen a los rumanos que dejen de mendigar con ni?os

Las familias rumanas expulsadas de Malmea en julio tendr¨¢n que asumir una serie de compromisos si quieren vivir en los campamentos provisionales donde est¨¢n siendo realojadas estos d¨ªas por las instituciones madrile?as. Uno de ellos es el de dejar de mendigar acompa?adas de sus hijos, una costumbre que contraviene toda la legislaci¨®n espa?ola de protecci¨®n a la infancia y que algunas de estas familias siguen practicando.Por ahora hay realojados 48 inmigrantes en el campamento de la ca?ada de los Canteros (Vallecas Villa), un erial sin sombra alguna pr¨®ximo al vertedero de Valdeming¨®mez, y est¨¢ previsto trasladar hoy a otros 37 al asentamiento de la Ciudad Escolar de San Fernando (Fuencarral). Hay otros 50 rumanos excluidos por ahora de los planes sociales, porque llegaron despu¨¦s de elaborarse el censo de familias a realojar.

Cada uno de los campamentos, formados por tiendas de campa?a y prefabricados con cocinas, ba?os y espacios comunes, ser¨¢ regentado por una ONG. La Comisi¨®n Cat¨®lica de Migraciones se encargar¨¢ del de Vallecas, y la Cruz Roja, del asentamiento de Fuencarral. Sus trabajadores sociales se entrevistar¨¢n con cada una de las familias para intentar apoyarlas y para firmar con ellas un pacto de derechos y deberes.

Las organizaciones y las instituciones se comprometen, durante un plazo inicial de tres meses, a dar cobijo a estas familias en los campamentos y a prestarles apoyo social para facilitar su integraci¨®n. Tambi¨¦n les permiten permanecer durante ese tiempo en Espa?a "por razones humanitarias", pese a tratarse de inmigrantes en situaci¨®n irregular.

Escolarizar a los ni?os

A su vez, los inmigrantes deber¨¢n comprometerse a participar en las actividades de apoyo que se realicen para favorecer su integraci¨®n, a mantener limpio el campamento, a escolarizar a sus hijos de 6 a 16 a?os, a no mendigar con ellos y a mantener una presencia estable en el asentamiento. Se incluye una excepci¨®n: si fallece un familiar pueden ausentarse por un espacio m¨¢ximo de una semana. Tampoco podr¨¢n llevar visitas al campamento, construir en ¨¦l chabolas, o consumir drogas o realizar cualquier tipo de compraventa en el recinto. Cualquier infracci¨®n de estas normas de funcionamiento, que persiguen garantizar un m¨ªnimo de convivencia y un trabajo social, ser¨¢ evaluada por el equipo t¨¦cnico de la ONG. Cada asentamiento contar¨¢ con tres mediadores, un trabajador social, cinco monitores de talleres, un monitor y un coordinador.Los planes institucionales comprend¨ªan la construcci¨®n de cuatro campamentos para 355 rumanos, pero dos de ellos han dejado de ser necesarios, porque 270 inmigrantes se marcharon el pasado fin de semana a la costa. El motivo fue que en Madrid, en pleno agosto, no tienen suficientes compradores de la revista La Farola, de la que viven.