Una historia de perseverancia
"Esto de la arqueolog¨ªa es muy aleatorio". Lo dice Eudald Carbonell, quien despu¨¦s de participar en el hallazgo del homo antecessor en Atapuerca (Burgos), sigue en su empe?o por encontrar restos de nuestros antepasados en las excavaciones del Abric Roman¨ª, en Capellades. Ser¨¢ aleatorio, pero necesita una buena dosis de perseverancia. Esta semana se celebran nada menos que 90 a?os del descubrimiento de este enclave de la comarca de Anoia de la mano del industrial Amador Roman¨ª y del estudioso Llu¨ªs Mari¨¤ Vidal. El profesor Carbonell los cumple haciendo balance y mostrando los ¨²ltimos objetos hallados, como suele ser tradicional desde que se puso al mando de la excavaci¨®n, en 1983. Un equipo de 40 arque¨®logos, profesionales y estudiantes en la misma proporci¨®n, est¨¢n llevando a cabo una campa?a de 25 d¨ªas. Ya han llegado al nivel L, lo que supone una antig¨¹edad de unos 52.000 a?os. De esta tanda de actuaciones se obtendr¨¢ una buena colecci¨®n de piezas para el laboratorio de la Universidad Rovira i Virgili, en Tarragona. Carbonell muestra con especial entusiasmo los restos fosilizados de un pedazo de madera de 1,20 metros de largo y 15 cent¨ªmetros de ancho afilado en uno de sus extremos. "Es la m¨¢s grande que se ha encontrado aqu¨ª, que es lo mismo que decir que es la mayor de Europa de esa ¨¦poca", se?ala. El equipo de trabajo no sabe a¨²n qu¨¦ utilidad pod¨ªa tener, pero es seguro que ten¨ªa un uso dom¨¦stico. Carbonell afirma que de momento s¨®lo se pueden hacer hip¨®tesis: "No tenemos referentes, ni etnogr¨¢ficos ni etnol¨®gicos". Para lo que sirven estos restos es para corroborar la teor¨ªa difundida desde hace ya tiempo por el profesor y a cuya demostraci¨®n est¨¢ consagrado el trabajo en el Abric Roman¨ª: "El hombre de Neanderthal era un ser muy complejo que viv¨ªa en comunidades organizadas", asegura con vehemencia. Carbonell, tocado con un sombrero salacot y calzado con unas botas que han pisado unas cuantas excavaciones, prosigue su exposici¨®n: "Se parec¨ªa mucho m¨¢s a nosotros que a los animales, y probablemente no desapareci¨® porque no fuera inteligente, sino por cuestiones inmunol¨®gicas". Junto a la pieza de madera, el responsable de la excavaci¨®n muestra las huellas de las acumulaciones de paja, al lado de un hogar, que habr¨ªan servido de lecho a los antiguos moradores de Capellades. Unos moradores circunstanciales y n¨®madas, a juzgar por el origen de algunas piezas que han analizado a lo largo de los ¨²ltimos a?os. Carbonell asegura que el Abric Roman¨ª, como todos los recodos de los riscos del Capell¨®, eran utilizados como albergue transitorio por los hom¨ªnidos que se mov¨ªan desde la depresi¨®n central hacia el litoral y viceversa. Unos movimientos, apunta, que se deb¨ªan a causas meteorol¨®gicas. Precisamente, el Capell¨®, que constitu¨ªa un albergue natural de primera magnitud, contiene una veintena de puntos susceptibles de ser explorados. El primero ser¨¢ el Abric Agut, situado justo al lado del Abric Roman¨ª. Esto no significa que se abandonen los trabajos en este yacimiento, sino que continuar¨¢n hasta los niveles m¨¢s bajos, donde se espera hallar objetos de hace 73.000 a?os. Sus responsables calculan que los trabajos pueden concluir dentro de unos 10 a?os. Los descubrimientos que Carbonell publicita a?o tras a?o con la misma perseverancia con que trabaja, tienen como objetivo ¨²ltimo tirar adelante un parque tem¨¢tico sobre el hombre de Neanderthal en los riscos de Capellades. El Ayuntamiento de la localidad, la Diputaci¨®n de Barcelona y la Generalitat de Catalu?a ya est¨¢n embarcados en el proyecto, cuya primera fase se prev¨¦ que concluya dentro de un a?o y medio.
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