Paz improvisada

No hay vacaciones de verano para los kosovares. Los occidentales y los responsables de la ONU han cometido el error de olvidarlo. A falta de una presencia civil y policial suficiente, la situaci¨®n en Kosovo est¨¢ degrad¨¢ndose r¨¢pidamente. Va a ser dif¨ªcil fingir asombro en caso de que se produzca una crisis. Se sab¨ªa desde el final de la intervenci¨®n a¨¦rea que se iba a abrir una carrera entre los principales aliados de la OTAN y la administraci¨®n de la ONU, por un lado, y los elementos m¨¢s decididos del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo (ELK), por otro. Hay que reconocer que el ELK est¨¢ a la cabeza y que ha sabido ocupar el vac¨ªo creado por la retirada militar, policial y paramilitar serbia.La falta de preparaci¨®n de la ONU, que no ha suministrado hasta ahora m¨¢s que algunos centenares de polic¨ªas manifiestamente poco rodados, refleja la inconsecuencia de los Gobiernos occidentales, que pod¨ªan haber convencido a pa¨ªses terceros para participar en las fuerzas policiales internacionales. Los militares de la Kfor son un exponente de esa insuficiencia, ya que se encuentran a cargo de tareas policiales que no les corresponden y que les ponen en situaciones cada vez m¨¢s escabrosas. Por no hablar del contingente ruso, considerado por una mayor¨ªa de albaneses como el aliado de los serbios, y que corre el riesgo de necesitar, tal y como van las cosas, protecci¨®n permanente de otros de la Kfor. Pero estos retrasos pueden pagarse m¨¢s caro ma?ana, ya que es m¨¢s dif¨ªcil conquistar un terreno ocupado que instalarse de primeras. (...)

, 13 de agosto