Radiograf¨ªa de una tradici¨®n
Gr¨¤cia es un barrio que, aparte de muchos otros m¨¦ritos, ha sabido conservar sus tradiciones y hacer de su fiesta mayor un referente ineludible del verano en Barcelona. S¨®lo hace falta comparar el eco que suscita esta convocatoria con la repercusi¨®n de otras fiestas populares. Es cierto que no todos los vecinos se implican directamente en la construcci¨®n de los decorados que engalanan las calles y que son muchos los que emigran durante la semana de sarao para evitar el bullicio y la aglomeraci¨®n que supone un trasiego de dos millones de visitantes. Pero no deja de sorprender que muchos de los miembros de las comisiones de fiestas y asociaciones vecinales se queden sin vacaciones, a?o tras a?o, para dar un nuevo aspecto a su v¨ªa e intentar conseguir el premio a la calle mejor decorada. Los galardones, honor¨ªficos, los decide un jurado integrado por dise?adores y profesores de arte. La cita de la entrega es a las seis de esta tarde en la plaza de Rius i Taulet. Se dice que las primeras noticias de esta tradici¨®n son de 1850, aunque entonces la convocatoria se limitaba a la decoraci¨®n de las fachadas. El 13 de agosto de aquel a?o el Diario de Barcelona anunciaba que el Ayuntamiento invitaba "a los vecinos de esta villa a que adornen el frontis de sus casas los tres d¨ªas que durar¨¢ la fiesta". Casi 150 a?os despu¨¦s, y con muchos altibajos relacionados con los acontecimientos pol¨ªticos y b¨¦licos que han marcado el siglo XX, la tradici¨®n sigue viva. Vecinos de la calle de Verdi, en el tramo que va desde la calle de la Provid¨¨ncia hasta la de Rob¨ª, comentan que es cierto que cada vez participa menos gente en los trabajos. La que m¨¢s se acuerda es una se?ora que lleva 45 a?os en el ajo. Recuerda, sobre todo, que antes hab¨ªa m¨¢s participaci¨®n vecinal, pero que hoy en d¨ªa hay m¨¢s bullicio por las noches: "Antes ¨¦ramos m¨¢s en las comisiones, pero ahora viene m¨¢s gente a visitar el barrio". En esa calle, 14 personas han montado, sin complejos, un ba?o gigante. ?Qu¨¦ creen que valora m¨¢s el jurado? "Seguro que el esfuerzo de los vecinos no lo tiene mucho en cuenta", opina otra mujer. El dise?o de las calles y plazas sigue, casi sin excepciones, un esquema similar. El recurso m¨¢s manido es el de tapar el cielo con elementos decorativos colgados de los balcones. Otra se?a distintiva es la de colocar figuras gigantescas en los extremos de las v¨ªas como si fueran arcos triunfales. Unos lo hacen con modestia y otros con m¨¢s orgullo. La plaza del Raspall, n¨²cleo de la comunidad gitana del barrio, se ha vestido con humor como si fuera un prado lleno de vacas pastando. Y en otro tramo de la calle de Verdi, el que va de Bellver a Provid¨¨ncia, se ha instalado una granja de pollos presidida por cuatro gallinas gigantescas colocadas en posiciones irreales. Tal vez la crisis de los pollos belgas cargados de dioxinas contaminantes les ha dado la idea. En la calle que result¨® ganadora el a?o pasado -Joan Blanques, entre Encarnaci¨® y Congost-, los vecinos proclaman con orgullo la cantidad de material que han utilizado. 20.000 vasos de pl¨¢stico de colores, m¨¢s de 16.000 piezas de alambre, 300 metros de guirnaldas de luces de colores, y m¨¢s de 40.000 piezas de pl¨¢stico... Todo para construir un jard¨ªn con unas flores que han crecido m¨¢s de lo normal. Pero entre los motivos naturales, los bosques, mares y selvas, los carnavales, los cuentos infantiles y las historias de indios y vaqueros, se encuentra tambi¨¦n alg¨²n espacio te?ido de pol¨ªtica. En la plaza del Diamant -que el a?o pasado dedic¨® su espacio a la solidaridad con el pueblo saharaui y donde desde hace unos a?os se celebran conciertos de rock radical, reggae y ska- los vecinos han rendido homenaje a las Brigadas Internacionales, y lo acompa?an de pancartas reivindicativas, revolucionarias y antifascistas. Todos los vecinos aseguran que no hay competencia entre calles, pero no niegan que se esp¨ªan mutuamente. De hecho, en la entrega de premios es casi otra tradici¨®n secular del barrio que alguien se enfade.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.