La deriva de Ch¨¢vez
VENEZUELA AVANZA como una locomotora sin control hacia la abolici¨®n de todos los controles propios de un Estado de derecho. De la mano del presidente Hugo Ch¨¢vez, respaldado abrumadoramente por el electorado, desde el jueves ha quedado eliminado el poder judicial independiente propio de todo sistema democr¨¢tico. Seg¨²n decisi¨®n de la llamada "soberan¨ªsima", todos los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, del Consejo de la Judicatura y el cuerpo judicial en general van a ser investigados o, como se se?ala, "sometidos a un proceso de evaluaci¨®n".Ser¨¢, por tanto, el propio Ch¨¢vez quien decida, por delegaci¨®n, qu¨¦ jueces se han portado como deben y qui¨¦nes han de ser depurados. La comisi¨®n extraordinaria que habr¨¢ de tomar decisiones estar¨¢ formada por cinco miembros, y sin duda procedentes de la mayor¨ªa oficialista. Nadie puede negar que la corrupci¨®n judicial es un fen¨®meno muy extendido en Venezuela, como lo es la corrupci¨®n en todos los sectores de la sociedad. Pero este paso dado por Ch¨¢vez elimina una barrera frente al riesgo de arbitrariedad. Ninguna mayor¨ªa, ni siendo abrumadora, legitima esa medida.
El presidente de la Asamblea Constituyente, Luis Miquilena, ya ha avisado de que cualquier resistencia de la judicatura tendr¨¢ una respuesta rotunda. "Todo el que se oponga a las decisiones de la comisi¨®n constituyente ser¨¢ eliminado. Si la Corte Suprema de Justicia toma cualquier medida, y es probable que la tome, tengan la seguridad de que por unanimidad no habr¨¢ aqu¨ª nadie que vacile un momento en eliminar la Corte Suprema de Justicia". El tono de estas declaraciones tiene que provocar espanto en cualquier persona con sensibilidad democr¨¢tica.
La descomposici¨®n del sistema pol¨ªtico tradicional venezolano es muy profunda, y eso explica tanto el voto masivo a Ch¨¢vez como la relativa comprensi¨®n con que se acogieron en todo el mundo sus iniciales desbordamientos ret¨®ricos. Pero la deriva hacia un autoritarismo demag¨®gico es ya demasiado visible. El atropello a las minor¨ªas y a la disidencia es el primer paso hacia el aplastamiento de las mayor¨ªas. Y una condici¨®n para realizar dicho atropello es liquidar la separaci¨®n de poderes en el Estado. El Estado de derecho no garantiza la democracia, pero no hay democracia sin Estado de derecho. La nueva Constituci¨®n, que Ch¨¢vez quiere tener lista en tres meses, va a ser la prueba de fuego para saber si la ruptura lo es con la corrupci¨®n o con la democracia, bajo el pretexto de la corrupci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.