Un documento de ETA expresa su temor a que el PNV se distancie del Pacto de Lizarra
ETA recela de la actitud que mantiene el PNV respecto al desarrollo del Pacto de Lizarra. As¨ª se refleja en un documento interno de la organizaci¨®n terrorista que hace balance del proceso iniciado el 12 de septiembre del a?o pasado con la firma del acuerdo en la localidad navarra y su consecutiva declaraci¨®n de tregua indefinida y unilateral, cinco d¨ªas m¨¢s tarde. El texto, fruto de una reuni¨®n de su direcci¨®n pol¨ªtica, reconoce el esfuerzo del nacionalismo vasco moderado por acercarse a sus posiciones, pero deja ver tambi¨¦n sus reticencias y recelos hacia el futuro.
ETA teme que, en ¨²ltima instancia, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) derive de nuevo hacia un alineamiento con lo que califica de fuerzas espa?olistas, bien revalidando su pacto con el PP en Madrid, bien recuperando a los socialistas como socios de Gobierno en las instituciones vascas, de las que ahora han quedado excluidos, tanto en lo que se refiere al Ejecutivo auton¨®mico como a las diputaciones forales.En todas ellas se ha roto una l¨ªnea de cooperaci¨®n entre socialistas y nacionalistas moderados que se hab¨ªa mantenido desde 1986, con un breve par¨¦ntesis de unos meses en 1991. ETA muestra en el texto su temor a que, visto el precio electoral que el PNV ha pagado por su aproximaci¨®n a las posturas de la izquierda radical, el partido de Xabier Arzalluz opte, aunque no en un plazo inmediato, por marcar distancias con la estrategia de Lizarra, que en el ¨²ltimo extremo va dirigida a la consecuci¨®n del derecho de autodeterminaci¨®n y a la ruptura del actual marco constitucional y estatutario.
La organizaci¨®n terrorista manifiesta cierta desconfianza hacia el PNV y deja patente su temor a que esa formaci¨®n se aleje de sus postulados referidos a la construcci¨®n nacional o pretenda dar tal giro a la gesti¨®n de Lizarra que termine por hacer irreconocibles sus principios y objetivos.
Buscar s¨®lo la paz
En el documento de la organizaci¨®n terrorista, que el PNV al parecer ya conoce, ¨¦sta desvela su inquietud por la posibilidad de que, en el fuero interno de los nacionalistas de Arzalluz, exista la intenci¨®n de abandonar a su suerte a los radicales.ETA considera que esto ocurrir¨ªa si el PNV deriva hacia una interpretaci¨®n del proceso abierto hace un a?o como una mera b¨²squeda de la paz, con el abandono de las acciones violentas por parte de sus comandos y un arreglo para la salida de los presos y el regreso de los huidos de la justicia, y se despreocupa o relega en el tiempo los aspectos referidos al objetivo ¨²ltimo de la banda armada: la construcci¨®n nacional y la superaci¨®n del actual marco pol¨ªtico-jur¨ªdico, basado en el Estatuto de Autonom¨ªa de Gernika y la ley de Amejoramiento del Fuero de Navarra.
La doctrina de ETA y de Herri Batasuna parte de la base de que ambas construcciones institucionales tienen por objeto servir a la divisi¨®n de los vascos y evitar que se constituyan en una naci¨®n. En consecuencia, deben ser superadas y sustituidas por otras que tengan un verdadero contenido nacional e incluyan no s¨®lo a vascos y navarros sino tambi¨¦n a sus vecinos vascofranceses.
La Asamblea de Electos locales nacionalistas es un instrumento de primera importancia para los radicales. ?sta se convertir¨¢ en su pr¨®xima reuni¨®n, fijada para el 18 de septiembre en Bilbao, en un ¨®rgano mixto donde tendr¨¢n cabida no s¨®lo cargos municipales a t¨ªtulo individual sino tambi¨¦n corporaciones, en el caso de aquellos ayuntamientos de mayor¨ªa nacionalista donde los tres partidos comprometidos en el impulso de la Asamblea (PNV, Eusko Alkartasuna y Euskal Herritarrok) consigan que se apruebe su incorporaci¨®n.
Aunque sin rango legal, los partidos fundadores de la Asamblea se han comprometido a que sus acuerdos vinculen a sus propios militantes, quienes intentar¨¢n aplicarlos en las instituciones que controlan. La convocatoria de la reuni¨®n de la Asamblea de Electos, tras su sesi¨®n constitutiva del pasado 6 de febrero en Pamplona, supone un intento de los nacionalistas moderados por compensar a los radicales y rehacer unas relaciones que se han deteriorado seriamente tras las elecciones del 13-J.
Un importante factor de distanciamiento ha estado en la negativa del PNV a dar entrada a EH en los gobiernos forales de Vizcaya y Guip¨²zcoa. El partido de Arzalluz ha condicionado dicha entrada a su participaci¨®n tambi¨¦n en el Ejecutivo vasco, lo que EH rechaza, por considerar que ello supondr¨ªa un reconocimiento de la validez del Estatuto de Gernika.
En todo caso, la negativa del PNV a incorporar a EH a las poderosas diputaciones forales, al menos la de Guip¨²zcoa, puede no ser definitiva, ya que en sus filas existen partidarios de darle acceso a ellas. En este sentido se manifest¨®, en plena negociaci¨®n, el propio Arzalluz.
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