De rey de la madera a 'pichichi'

Si el objetivo del f¨²tbol fuese estrellar el bal¨®n en los postes en vez de meterlo entre ellos, el holand¨¦s Roy Makaay lucir¨ªa ahora la bota de oro en las estanter¨ªas de su sal¨®n. El a?o pasado, con 14 goles, estuvo entre los mejores rematadores de la Liga. Pero m¨¢s asombroso fue el n¨²mero de dianas que dej¨® de contabilizar por una especie de conspiraci¨®n de las porter¨ªas: cada vez que disparaba el holand¨¦s, los postes parec¨ªan cobrar vida. Hasta una docena de veces tropezaron con la madera tiros de Makaay que ya se celebraban en la grada. Como en el f¨²tbol no suele haber mal —ni tampoco bien— que cien d¨ªas dure, el holand¨¦s, ahora en el Deportivo, ha comenzado la nueva Liga con suerte inversa. Sus tres goles al Alav¨¦s le convierten en el primer pichichi del campeonato. Suele ocurrir en todos los pa¨ªses que, desaparecido un jugador memorable, la gente se empe?a en buscarle herederos a la primera oportunidad. En Holanda no ha vuelto a nacer un futbolista como Marco Van Basten, pero hace unos a?os, alguien crey¨® ver rastros de su clase en un joven delantero del modesto Vitesse llamado Roy Makaay. El aspecto f¨ªsico del muchacho invitaba a la comparaci¨®n: como el gran Van Basten, Makaay es larguirucho y delgado (1,88 m de altura y s¨®lo 75 kilos de peso). Con esa aureola lleg¨® Makaay a Tenerife en 1997. Y, como era previsible, sali¨® perdiendo en la comparaci¨®n.

El delantero, de car¨¢cter reservado y costumbres familiares, nunca dio un problema, pero su primer a?o result¨® decepcionante: jug¨® casi toda la Liga y s¨®lo logr¨® siete goles. El ambiente no ayudaba, porque el Tenerife empezaba a despe?arse por el barranco en medio de un fren¨¦tico baile de entrenadores. La campa?a pasada, a pesar del descenso del equipo y de los 12 tiros al palo, Makaay logr¨® salir a flote. Celta y Depor se interesaron por ¨¦l, y al final se lo llevaron los coru?eses por 1.300 millones.

Durante el verano, Makaay, de 24 a?os, apenas sali¨® del anonimato. Pero el domingo se meti¨® en el bolsillo a Riazor tras lograr tres goles y dar el pase del cuarto a Djalminha. La ¨²ltima diana fue la que retrat¨® mejor su estilo: pegado al extremo izquierdo, recibi¨® un bal¨®n en el medio del campo, se lanz¨® al galope, dej¨® atr¨¢s a un contrario, se plant¨® en el ¨¢rea y, ante el acoso de un defensa y del portero, remat¨® al palo m¨¢s lejano. "Pocos son capaces de correr tantos metros y definir con tanta precisi¨®n", reconoci¨® resignado el t¨¦cnico rival.