V¨ªsperas sangrientas
EL PR?XIMO lunes se celebrar¨¢ en Timor Oriental el refer¨¦ndum que decidir¨¢ si esta ex colonia portuguesa se independiza de Indonesia. Por desgracia, esta consulta, que podr¨ªa poner fin a una ocupaci¨®n violenta y siempre discriminatoria con la poblaci¨®n ind¨ªgena que Yakarta comenz¨® en 1975, no se va a realizar con las m¨ªnimas condiciones de seguridad y libertad. Al menos cinco muertos y decenas de heridos es el balance de la operaci¨®n de intimidaci¨®n lanzada por las milicias proindonesias y tolerada, cuando no auspiciada, por el Ej¨¦rcito y la polic¨ªa. Yakarta se hab¨ªa comprometido a garantizar la seguridad antes, durante y despu¨¦s del refer¨¦ndum. Est¨¢ claro que no ha cumplido.Tambi¨¦n est¨¢ claro que la evaluaci¨®n de los riesgos de desestabilizaci¨®n y del potencial de violencia ha sido err¨®nea. Se ten¨ªa que haber realizado un despliegue considerable de fuerzas internacionales bajo mando de las Naciones Unidas para evitar que, como est¨¢ sucediendo, las fuerzas proindionesias se adue?aran de las calles y aterrorizaran a la poblaci¨®n. La ca¨ªda de Suharto abri¨® una ventana de esperanza de que este gran pa¨ªs asi¨¢tico musulm¨¢n avanzase hacia la democracia y el respeto a los derechos humanos, tanto tiempo despreciados bajo el aut¨®crata. Pero la gran asignatura de este proceso es, sin duda, Timor.
La liberaci¨®n del dirigente independentista Xaxana Gusmao, anunciada para septiembre, es un buen indicio de que Yakarta sabe que se juega la credibilidad de su transici¨®n pol¨ªtica. Pero contrasta con la abierta complicidad de su polic¨ªa y Ej¨¦rcito con bandas fanatizadas de integracionistas indonesios que siembran el terror con impunidad. Es de temer que, despu¨¦s del refer¨¦ndum y de darse un previsible resultado favorable a la independencia, la violencia aumente. Yakarta tiene la obligaci¨®n de impedirlo y as¨ª debe exig¨ªrselo la comunidad internacional.
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