"No os preocup¨¦is, que las temperaturas ir¨¢n bajando"
Los maratonianos no son de papel, aunque seguro que les gustar¨ªa serlo. Al menos en una tarde-noche como la de ayer. ?A qu¨¦ temperatura arde el papel? A 451 grados Fahrenheit; ?y un maratoniano? De 104 no pasa. De 40? cent¨ªgrados. ?Y qu¨¦ calor hac¨ªa ayer en Sevilla? ?Qui¨¦n lo sabe?Un term¨®metro callejero, ominosamente clavado en mitad del sol, antes de cruzar el puente de la Barqueta, deja leer en caracteres digitales 65?. ?Qu¨¦ exageraci¨®n! ?Oz¨², qu¨¦ calor! No, hombre, ?es que no sabe que federaciones, organizadores y t¨¦cnicos han decidido, con buen criterio psicol¨®gico, ahorrarles a los atletas m¨¢s sufridos el suplicio de saber con exactitud, cada unos cientos de metros, a qu¨¦ temperatura se est¨¢n tostando vuelta y vuelta? No lo ver¨¢n ni en los term¨®metros de la Macarena, ni en la calle de Recaredo, ni entre los azahares de los jardines de los Alc¨¢zares, ni en el prado de San Sebasti¨¢n, Plaza Espa?a, San Telmo o Mar¨ªa Luisa. Cada uno se qued¨® parado, con una temperatura aleatoria. Siempre alta.
El comunicado oficial de la federaci¨®n internacional se limitaba a decir que los cielos estar¨ªan poco nubosos o despejados, sin cambios significativos en las temperaturas y con predominio de los vientos de componente oeste, flojos. De hablar de temperaturas, nada. ?Habr¨¢ que creer a los de la delegaci¨®n francesa que bas¨¢ndose en unos informes privados hablaban de 42? cent¨ªgrados y la barbaridad de 75% de humedad? No parec¨ªa, no parec¨ªa, aunque s¨ª, por percepci¨®n subjetiva de los atletas antes de salir a la calle a las 18.45 horas, s¨ª que hac¨ªa m¨¢s calor y m¨¢s humedad que los 35? y el 35% previstos. "Pero no est¨¢ tan mal", comentaba uno de los veteranos participantes, con gorrilla y gafas de sol, como un turista o como un atleta del masoquismo. "Peor fue en Atlanta hace tres a?os, en los Juegos. La temperatura no era muy alta, 25 o 26?, pero la humedad era elevad¨ªsima, cercana al 95%. Y eso era dur¨ªsimo. El sudor se evaporaba en la piel y no refrescaba nada". Dentro del estadio, que alcanz¨® ambiente de caldera cerrada, la temperatura oficial a las 20.05 horas era de 29?. Y la humedad, del 47%.
A todos les han dicho que beban mucho agua. Cada cinco kil¨®metros una mesa les ofrece botellas y esponjas, que dan alivio psicol¨®gico. Algunos, como el surafricano Simon Mphulanyane, sufren hasta para coger el botell¨ªn. Frenen, se vuelven, se caen, y hasta les cuesta quitar el tap¨®n. Pero siguen corriendo. Fahrenheit 104, la temperatura a la que arden los maratonianos, no se alcanz¨® ayer en las orillas del Guadalquivir.
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