Sampietro promete no invadir competencias diplom¨¢ticas en Ceuta
Jes¨²s Gil expresa en una carta su "enorme respeto" por la Monarqu¨ªa y las instituciones
Las aguas comienzan a volver a su cauce en Ceuta. Antonio Sampietro, del GIL, que ayer tom¨® posesi¨®n como presidente de la ciudad aut¨®noma, utiliz¨® en su discurso un lenguaje institucional, opuesto a las amenazas y expresiones broncas con las que en los ¨²ltimos d¨ªas hab¨ªa calentado el ambiente. Entre vagas promesas de colaboraci¨®n con todas las "fuerzas vivas" de la ciudad, Sampietro prometi¨® que no tratar¨¢ de "invadir competencias de la diplomacia espa?ola".
En el marco de lo que parece una marcha atr¨¢s de las provocaciones de los ¨²ltimos d¨ªas, Jes¨²s Gil tambi¨¦n mand¨® una carta a Sampietro en la que trataba de reafirmar el "enorme respeto" que su grupo tiene, seg¨²n ¨¦l, a "la Monarqu¨ªa y las instituciones del Estado". En realidad, parece como si el GIL hubiera cambiado su estrategia, que hasta ahora era de provocaci¨®n y enfrentamiento -como cuando Jes¨²s Gil anunci¨® "sorpresas" en las relaciones con Marruecos-, para convertirse en un partido mon¨¢rquico a la antigua e institucionalista al m¨¢ximo. El simple hecho de que Sampietro se refiriera a las "fuerzas vivas", un t¨¦rmino en desuso, as¨ª lo atestigua.Tambi¨¦n el fara¨®nico escenario preparado para la toma de posesi¨®n de una ciudad de 70.000 habitantes lo demuestra. Esta ceremonia se hab¨ªa realizado tradicionalmente dentro de la Asamblea, y a ella acud¨ªan s¨®lo las autoridades locales. El GIL eligi¨® un lugar emblem¨¢tico de la ciudad: las Murallas Reales. En Ceuta se conservan perfectamente las fortificaciones que construyeron los portugueses en el siglo XIV, y es all¨ª, en una explanada dentro de la muralla, donde se desarroll¨® el acto. M¨¢s de 3.000 personas acudieron para jalear todos los pasos de un acto institucional, nada que ver con un m¨ªtin pol¨ªtico. Detr¨¢s de la tarima donde Sampietro hablaba hab¨ªa un gran cuadro del rey Juan Carlos junto a una enorme bandera de Espa?a y otras m¨¢s peque?as de las 17 comunidades aut¨®nomas, m¨¢s Ceuta y Melilla. Sentados en primera fila, esas "fuerzas vivas" de las que hablaba Sampietro: el delegado del Gobierno, el comandante general, representantes religiosos... Se esperaba que hubiera tensi¨®n, incluso por parte del delegado, Luis Moro, ya que el enfrentamiento entre ¨¦ste y Sampietro ha sido evidente en los ¨²ltimos meses. M¨¢s a¨²n tras la moci¨®n de censura que el pasado lunes otorg¨® el poder al GIL gracias al voto de la tr¨¢nsfuga Susana Berm¨²dez. Sin embargo, el acto transcurri¨® con tranquilidad.
El discurso de Sampietro dej¨® una vez m¨¢s muy claro cu¨¢l es su caballo de batalla: la lucha contra esa inseguridad ciudadana de la que todos hablan, pero que no se refleja en las cifras. Esta vez, el l¨ªder del GIL en Ceuta moder¨® los t¨¦rminos y ya no habl¨® de limpiezas indiscriminadas, sino de "cooperaci¨®n con las fuerzas vivas de la ciudad, especialmente con el delegado del Gobierno de la Naci¨®n, para establecer cauces de cooperaci¨®n". Todo el discurso estuvo lleno de vaguedades como ¨¦sta. Aunque tambi¨¦n dijo Sampietro que su Gobierno ser¨¢ "inflexible en la aplicaci¨®n de cuantos instrumentos tengamos al alcance para garantizar el cumplimiento de las normas". En realidad nadie duda de que el general Rafael de C¨¢rdenas, a quien se ha encomendado dirigir la polic¨ªa local, ser¨¢ algo m¨¢s que "inflexible", pero tal vez ayer no era el d¨ªa para recordarlo.
Respecto a proyectos para el futuro, el nuevo presidente se limit¨® a recordar que "Ceuta puede y debe ser una ciudad tur¨ªstica de primer orden", como apunte de las ideas que se propone desarrollar en la ciudad. Y en el otro tema candente, el de las relaciones con Marruecos, en el que el GIL se ha mostrado confuso y contradictorio hasta ahora, Sampietro aclar¨® que sus "demandas no van en la l¨ªnea de comprometer escenarios pol¨ªticos que afecten relaciones con terceros pa¨ªses".
La capacidad de movilizaci¨®n de la que ha hecho gala el GIL hasta ahora funcion¨® una vez m¨¢s, y las m¨¢s de 3.000 personas congregadas exhibieron una asombrosa disciplina a la hora de escuchar y aplaudir. Dado el car¨¢cter institucional del acto, no hubo ni una bandera del GIL, aunque m¨¢s de uno se olvid¨® de quitarse una de las miles de camisetas que ese grupo viene repartiendo gratuitamente en los ¨²ltimos meses. Eso s¨ª, la m¨¢s aplaudida del acto de toma de posesi¨®n fue la tr¨¢nsfuga Susana Berm¨²dez, ahora consejera de Turismo, Cultura y Patrimonio, a quien se recibi¨® al grito de "?Susana, eres la mejor!".
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