JUAN B?JAR PINTOR "En M¨¢laga hay mucho ruido y escasean las buenas nueces"
,Un libro sobre su trayectoria pict¨®rica ha inaugurado la colecci¨®n de arte Contempor¨¢nea de la Diputaci¨®n de M¨¢laga. Juan B¨¦jar (M¨¢laga, 1946) es un raro, un exquisito y amable caballero que reparte en los lienzos seres minuciosamente deformes, trasunto de aquellos enanos e infantas velazque?os. ?l dice que hace im¨¢genes para crear sensaciones. "Soy un pintador de historias con finales poco felices", afirma. Form¨® parte del Colectivo Palmo, el movimiento m¨¢s importante de renovaci¨®n cultural de la M¨¢laga de los setenta. Pinta y pinta en silencio. El v¨¦rtigo se lo lleva el espectador que se pasea por el preciosismo inquietante de sus personajes de pesadilla. El pr¨®ximo viernes inaugura en Santillana del Mar (Santander) una exposici¨®n antol¨®gica sobre su obra. Pregunta. ?Pal¨ªa este libro el silencio sobre su obra en M¨¢laga? Respuesta. A lo mejor, yo he tenido la culpa del silencio. De joven expuse en M¨¢laga y no me fue bien. Aqu¨ª hay mucho ruido y son pocas las buenas nueces. En M¨¢laga se cree que el paso cambiado lo llevan los otros lugares. Por eso casi no expongo aqu¨ª. Tomo M¨¢laga como lugar de trabajo: casi todos mis clientes son de fuera. P. ?Por qu¨¦ se prodiga tan poco? R. Soy de muy lenta elaboraci¨®n t¨¦cnica. Insatisfecho. Borro mucho. Por eso mi obra es escasa. Y exponer me pone nervioso, incluso me parece absurdo. Me gusta pintar y una exposici¨®n te distrae mucho. P. ?Y le gusta lo que pinta? R. No, no me soporto. Espero hacer un cuadro bueno alg¨²n d¨ªa. Con eso justificar¨ªa mi paso por el mundo. P. As¨ª que pinta por terapia. R. Probablemente. Soy bastante neur¨®tico. Como todos los artistas. No me gusta el mundo en que vivimos. Trato de contar historias de cosas que me pasan. Me gusta sugerir cosas perversas. P. A usted le ofrecieron ser acad¨¦mico de Bellas Artes de San Telmo hace a?os. Estuvo y renunci¨®. No es habitual. R. La academia fue un matrimonio poco comprendido. Renunci¨¦ porque entonces aquello era un lugar para poner medallas, obsoleto. Eran momentos de fulgor democr¨¢tico donde se quer¨ªan cambiar las cosas. Lo intent¨¦, pero en vez de encontrar apoyo encontr¨¦ rechazo. Gente que entonces critic¨® que entrase, hoy es acad¨¦mica. P. Tambi¨¦n hizo un original cartel de feria que goza del extra?o honor de ser uno de los m¨¢s criticados. R. Una cadena de radio estuvo una semana emitiendo opiniones, casi todas en contra. Las cr¨ªticas las comprend¨ªa. Fue de esos encargos que acabas aceptando por insistencia. Pero si a m¨ª no me gusta la feria y toda la frivolidad gratuita que tiene y a la que se pliegan todos los gobernantes, mal pod¨ªa venderla.
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