Los adioses p¨²blicos
Al p¨²blico de Madrid se unieron tambi¨¦n ayer autoridades, gentes de la cultura y carne de la prensa del coraz¨®n para decir adi¨®s a Alfredo Kraus en el Teatro Real. Fue la despedida definitiva de todos al gran tenor canario, ya que los actos de ma?ana -una misa de cuerpo presente en el teatro y el posterior entierro en el cementerio de Boadilla del Monte, donde resid¨ªa, tendr¨¢n lugar en la m¨¢s estricta intimidad por deseo de la familia. Los m¨¢s madrugadores fueron los cargos locales y regionales. Jos¨¦ M¨¢ria ?lvarez del Manzano, alcalde de Madrid, entr¨® y sali¨® varias veces. Los presentes perdieron la cuenta. Una vez promet¨ªa que le dedicar¨ªa una calle y otra echaba flores al, como dice ¨¦l, "pueblo de Madrid", ese que "siempre ha sabido despedir como se merece a sus grandes figuras". El presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, un irredento mel¨®mano, tambi¨¦n se dej¨® caer por el velatorio y dijo: "Mi generaci¨®n ha tenido la suerte de conocerle y espero que las venideras tambi¨¦n gozen de ese privilegio". Fernando Almansa, jefe de la Casa Real acudi¨® en representaci¨®n de los monarcas.
Tambi¨¦n el ministro de Educaci¨® y Cultura Mariano Rajoy, y el secretario de Estado para la Cultura, Miguel ?ngel Cort¨¦s, hicieron acto de presencia. Rajoy no pudo huir de comentarios bien plagados de lugares comunes tales como: "Era un espa?ol universal y ha sido una gran p¨¦rdida para Espa?a", mientras que Cort¨¦s abund¨® en la faceta de Kraus como maestro. "Estaba muy preocupado porque no se perdiera su t¨¦cnica de canto y quiso ense?arla hasta el final", asegur¨®.
Otros privilegiados
Mientras las autoridades lanzaban hacia los micr¨®fonos frases para la posteridad que no pasar¨¢n de hoy, tambi¨¦n hubo momentos para el esperpento cuando apareci¨® la cantante Marta S¨¢nchez, ahijada del fallecido, y un batall¨®n de fot¨®grafos y c¨¢maras salieron en busca de la presa. Al tiempo que este tipo de personajes pon¨ªan la nota de color, muchos de los que esperaban pacientemente la cola se indignaban porque, aparte de las autoridades, se abr¨ªan paso por el port¨®n, otro tipo de visitantes privilegiados como los escritores Fernando Vizca¨ªno-Casas o J. J. Armas Marcelo. En esto, a las dos en punto, lleg¨® la mujer del presidente del Gobierno Ana Botella, que tuvo la frase del d¨ªa: "Lo impresionante es que a finales de este siglo todav¨ªa halla personas que mueren por amor". Tambi¨¦n la ex ministra de Cultura socialista, Carmen Alborch, se acerc¨® a despedirse de Kraus. Compungida y con l¨¢grimas en los ojos, habl¨®: "Tuve la fortuna de haberle ense?ado personalmente el Teatro Real cuando estaba en obras y escuchar sus consejos y opiniones. Fue una figura de la m¨¢xima calidad humana, le echaremos de menos, pero le seguiremos escuchando".
Babelia
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