Se?or, ha tenido usted una tenista
Richard Williams concibi¨® a Serena y Venus al ver lo que ganaban las grandes campeonas
Algunos le tacharon de loco. Pero Richard Williams prosigui¨® hasta conseguir su objetivo: crear a dos campeonas de tenis. Concibi¨® la idea -y a sus hijas- despu¨¦s de ver casualmente una final femenina en la televisi¨®n y descubrir con asombro que la campeona recib¨ªa un tal¨®n de 40.000 d¨®lares. All¨ª naci¨® su sue?o. Y el s¨¢bado una de sus hijas, la menor, Serena, con s¨®lo 17 a?os, le dio la raz¨®n. Venci¨® a Martina Hingis y se proclam¨® campeona del Open de EE UU, para ganar 750.000 d¨®lares (unos 114 millones de pesetas). Venus y Serena ocupan ahora el tercer y cuarto puestos de la clasificaci¨®n mundial, a un paso de cumplir la profec¨ªa de su progenitor: "Ser¨¢n las dos mejores del mundo".Cuando Richard tuvo aquel sue?o corr¨ªa el a?o 1978 y el tenis femenino estaba dominado por Chris Evert y Martina Navratilova. Se levant¨® de pronto de su silla y se dirigi¨® a la cocina, donde se encontraba su esposa. "Oye", le dijo, seg¨²n cont¨® ¨¦l en una entrevista con L"Equipe, "acabo de tener un sue?o. Vamos a tener dos hijos, les ense?ar¨¦ a jugar al tenis y ser¨¢n dos campeones". Su esposa no pareci¨® muy emocionada: Se gir¨® y respondi¨®: "Ah s¨ª, ?y qui¨¦n lo pagar¨¢?".
Richard no ten¨ªa ni idea de tenis, ni siquiera hab¨ªa cogido nunca una raqueta. Pero compr¨® revistas, un v¨ªdeo de Arthur Ashe y Stan Smith, y lleg¨® a una conclusi¨®n: "Es muy sencillo, s¨®lo es cuesti¨®n de sentido com¨²n". Venus naci¨® el 17 de junio de 1980 en Lynwood (California); y Serena, el 26 de septiembre de 1981, en Saginaw (Michigan). Fueron la cuarta y la quinta de una familia de mujeres. Y Richard puso manos a la obra. Lo primero que hizo fue cambiar de domicilio. Entonces viv¨ªan confortablemente en Long Beach, en la parte oeste de Los ?ngeles. Y decidi¨® trasladar a su familia a Compton, uno de los guetos m¨¢s duros en el centro de la ciudad. Su idea era clara, se trataba de acostumbrar a sus hijas a vivir en unas condiciones dif¨ªciles, para endurecerlas.
A los cuatro a?os, Venus tuvo su primera raqueta. Pero mostr¨® tal pasi¨®n, que su padre se la quit¨® y no se la devolvi¨® hasta que tuvo seis. Y un a?o m¨¢s tarde fue el turno de Serena. Cuando rozaban los 10, Richard tuvo ya la certeza de que ser¨ªan unas campeonas. "Acabab¨¢mos de hacer un entrenamiento de 1.000 bolas, y Venus me pidi¨® que le tirara otras 1.000". La progresi¨®n de Venus fue brutal. A los 12 a?os gan¨® 63 partidos consecutivos en la zona del sur de California. Y de repente su padre se neg¨® a que siguiera compitiendo. "Quise evitar que tuvieran que competir cada fin de semana, y que alg¨²n experto de la federaci¨®n tomara las riendas de su vida", explica.
En 1991, Richard crey¨® llegado el momento de poner a sus hijas en manos de un experto. Recurri¨® a Rick Macci, un buen t¨¦cnico instalado en Florida. "La primera vez que las vi no me impresion¨® su forma de jugar. Eran rudas", cuenta Macci. "Pero en un descanso Venus le pidi¨® permiso a su padre para ir al lavabo. Entonces la descubr¨ª. Los primeros diez metros los hizo caminando con las manos, cabeza abajo. Los diez siguientes los pas¨® haciendo volteretas. Era evidente que estaba ante una gran atleta".
Un primer contrato con Reebok permiti¨® a la familia instalarse en una confortable residencia en Florida. Serena y Venus se entrenaron con Macci desde 1991 a 1995. De su mano, entr¨® Venus en el circuito femenino en 1994, antes incluso de cumplir los 14 a?os, para evitar que la nueva normativa del WTA Tour le impidiera jugar hasta los 16. En su primer torneo, en Oakland, Venus gan¨® a Shaun Stafford (58? mundial) y gan¨® un set a Arantxa S¨¢nchez. Pero su padre no se alegr¨® de ello. "Habr¨ªa preferido que perdiera de entrada", coment¨®. "Ganar su primer partido puede actuar como una droga. Siempre querr¨¢ m¨¢s". Serena se convirti¨® en profesional en 1997, justo cuando su hermana acababa de alcanzar la final del Open de Estados Unidos. Pronto consigui¨® triunfos sobre todas las grandes jugadoras. Y esta temporada su ascensi¨®n hizo posible que la familia Williams lograra algunos r¨¦cords: ganar dos torneos el mismo d¨ªa (Par¨ªs y Oklahoma), disputar una final entre dos hermanas (Cayo Vizca¨ªno) y, finalmente, ganar el Open de Estados Unidos. En Nueva York, Serena dej¨® de ser la hermana menor de Venus. "Prefiero que la gente hable de las hermanas Williams", indic¨®.
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