Vuelve el toro del co?¨¢
Sali¨® el toro del co?¨¢. As¨ª llamaban las antiguas cuadrillas al toro de aqu¨ª te espero. Volv¨ªan del sorteo y si le hab¨ªa ca¨ªdo en desgracia al matador ese toro, le dec¨ªan compungidos: "Hay que apretarse los machos; te ha tocado el toro del co?¨¢". En caso contrario le dec¨ªan jubilosos: "?Es un dije!".Toro del co?¨¢ y dije son expresiones obsoletas. El vocabulario taurino ha sufrido una transformaci¨®n profunda, al hilo de los cambios experimentados en la propia fiesta. Ahora los toros no son ni del co?¨¢ ni dijes: simplemente, sirven o no sirven. Y se dice as¨ª: "Va a servir, no va a servir". Por extensi¨®n, y por pura l¨®gica, concluida su lidia se definen de la misma manera: sirvi¨® o no sirvi¨®.
Corte / Bote, Rodr¨ªguez, Pedrito
Tres toros del Conde de la Corte, y 2?, 3? y 4? de Mar¨ªa Olea, todos con trap¨ªo, serios, cornalones aparatosos; 1?, con casta; 2?, bravo en varas, y resto, mansos; todos dificultosos excepto el 5?, manejable.Jos¨¦ Luis Bote: pinchazo, media muy tendida, pinchazo, media atravesada y nueve descabellos (silencio); dos pinchazos, estocada corta ca¨ªda y dos descabellos (pitos). Miguel Rodr¨ªguez: cuatro pinchazos, media atravesada -aviso- y descabello (silencio); aviso antes de matar y estocada corta muy trasera y baja (vuelta por su cuenta con algunas protestas). Pedrito de Portugal: dos pinchazos, otro perdiendo la muleta -aviso-, bajonazo perdiendo la muleta y descabello (silencio); media atravesada y descabello (silencio). Plaza de Guadalajara, 14 de septiembre. 3? corrida de feria. Media entrada.
Y de ah¨ª en adelante. Las reglas del arte han quedado reducidas a un sucinto palabreo de corte surrealista: "t¨®cale, p¨®nsela, amon¨®"; y los pelajes de los toros, que si no son negros totales los denominan burracos. Hasta los instrumentos toricidas han cambiado de nombre; como el estoquillador (palo donde se apoya el estoque), que ya llaman, incluso en los diccionarios taur¨®macos, estaquillador (palo donde se apoya la estaca).
El toro del co?¨¢ -es evidente- viene del espl¨¦ndido torazo creado por Manuel Prieto que asoma majestuoso por las lomas pr¨®ximas a la carretera y forma parte del paisaje. Ahora bien, a veces la realidad supera la ficci¨®n y eso fue lo que aconteci¨® en Guadalajara. Pues el toro que all¨ª se lidi¨® superaba en trap¨ªo al toro del co?¨¢, luc¨ªa una cornamenta de impresionante arboladura, y su fosca cara inspiraba poca confianza. Pocas bromas con esos toros, hierro Conde de la Corte unos, hierro Mar¨ªa Olea otros (que son marido y mujer).
Pocas bromas, en efecto, ya que sobre el trap¨ªo y las temibles cabezas, sacaron casta mala, o quiz¨¢ ser¨ªa m¨¢s propio precisar media casta y de las malas. Mansos con los caballos la mayor¨ªa, deven¨ªan probones, reservones e inciertos.
Hubo excepciones notables, sin embargo. El primero sac¨® la casta propia del toro de lidia. Y Jos¨¦ Luis Bote no se confi¨®. Lo tomaba de muleta y al intentar el siguiente pase se le ven¨ªa encima.
Hay un procedimiento, acaso ¨²nico, para dominar a los toros de casta: ligar los pases. Para eso se invent¨® lo de parar, templar y mandar cargando la suerte naturalmente, que no es dogma sino t¨¦cnica, muy estudiada y experimentada para dominar la casta de los toros. Lo hubiera hecho as¨ª Jos¨¦ Luis Bote y estar¨ªamos hablando de un triunfo apote¨®sico. Aunque tambi¨¦n podr¨ªamos hablar de volteretas y sinsabores. El toreo hecho en pureza no es un seguro de vida. Grandes faenas se vieron truncadas por la cornada, pues ese riesgo trae lo de parar, templar y mandar... cargando la suerte.
Miguel Rodr¨ªguez, a base de ligar y todo eso, se hizo con el quinto toro condeso, que se comportaba como un mulo. Era el rev¨¦s del segundo (Mar¨ªa Olea) que desarroll¨® bravura en el primer tercio, arranc¨¢ndose pronto, recargando fijo las dos varas que tom¨®, si bien rebaj¨® se vino abajo en el ¨²ltimo tercio y Rodr¨ªguez le porfi¨® mucho sin apenas lograr prenderle media docena de embestidas.
El quinto, descastado y atontado, no sac¨® mala intenci¨®n y Miguel Rodr¨ªguez, tras banderillearlo sin brillo (en el segundo estuvo peor), le encel¨® de tal modo que consigui¨® hacerlo embestir humillado y pastue?o. Fue en cuanto se ech¨® la muleta a la izquierda y cuaj¨® tres tandas a base de parar, templar y mandar cargando la suerte, con impecable templanza y ligaz¨®n. Una faena importante, que afe¨® el diestro por el mal uso del acero.
El resto de la corrida s¨®lo trajo quebraderos de cabeza. Bote, en cuanto comprob¨® la catadura del cuarto, se lo quit¨® de encima sin contemplaciones. Pedrito de Portugal intent¨® reiteradamente el buen toreo, interpretado con reposo y finura, mas era imposible con aquel descastado g¨¦nero.
La feria de Guadalajara ha empezado con una sorprendente seriedad en cuanto concierne al ganado: gran novillada de Barcial el primer d¨ªa, decorosa corrida para la terna bicentenaria y, a la tercera, el toro del co?¨¢. Claro que en breve vienen las figuras y con ellas ya se sabe.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.