El portal de Bel¨¦n

El inicio ayer de la vista oral del proceso penal contra el magistrado Javier G¨®mez de Lia?o, acusado de tres delitos de prevaricaci¨®n en la instrucci¨®n del llamado caso Sogecable, ha puesto en marcha las estrategias de intimidaci¨®n y las campa?as de presi¨®n medi¨¢ticas sobre el tribunal caracter¨ªsticas de los juicios dominados por componentes pol¨ªticos. Abri¨® el fuego el pasado lunes la revista ?poca, dirigida -nada casualmente- por Jaime Campmany, el antiguo socio period¨ªstico de Mario Conde, que present¨® ante la Audiencia Nacional la denuncia contra Sogecable a partir de la cual el magistrado G¨®mez de Lia?o -pariente pol¨ªtico del denunciante- abri¨® diligencias a velocidad de v¨¦rtigo.La portada del semanario anunciaba una entrevista con el fiscal general del Estado, Jes¨²s Cardenal, con la llamada "G¨®mez de Lia?o es inocente", en el interior, un titular a toda p¨¢gina matizaba la sensacional noticia: "Creo que G¨®mez de Lia?o es inocente", en consonancia con la respuesta dada por el fiscal general a la c¨¢ndida pregunta de la periodista: ("Puesto que va a testificar al parecer a su favor, y que el fiscal del Supremo va a pedir la absoluci¨®n, ?cabe pensar que a su juicio es inocente"). En declaraciones publicadas ayer por EL PA?S, sin embargo, Jes¨²s Cardenal aclaraba que "el fiscal es una parte en el proceso" y que como tal "sabe que no hay una persona inocente o culpable hasta que lo dice el tribunal en la sentencia".

El fiscal general del Estado mostr¨® ya su inclinaci¨®n a la imprudencia cuando compar¨® los golpes de Estado militares en el Cono Sur con los estados de alarma, de excepci¨®n y de sitio regulados por la Constituci¨®n Espa?ola; ahora advierte consternado que la entrevista concedida a la revista ?poca se ha publicado, precisamente, la v¨ªspera de comienzo del juicio oral: "Ah¨ª s¨ª que la coincidencia no pasa de ser pura casualidad". Es seguro, en cambio, que el director del semanario no lo hab¨ªa olvidado.

El ex director de Arriba vuelve al d¨ªa siguiente por sus antiguos fueros falangistas de censor period¨ªstico para advertir de que "el cuarto poder o contrapoder de la prensa" es un serio peligro para las instituciones del Estado y los tribunales; como en los tiempos en que el Gobierno cerraba el diario Madrid con su aplauso, Campmany considera ahora que el juicio de G¨®mez de Lia?o no ser¨ªa sino la lucha de "una soberbia representaci¨®n del cuarto poder", es decir, el diario EL PA?S, "contra la administraci¨®n de la justicia".

Sucede, sin embargo, que la ¨²nica interferencia period¨ªstica relacionada con este juicio es la campa?a medi¨¢tica desatada por los peri¨®dicos, radios y televisiones vinculadas al Gobierno de Aznar o a su partido. El diario El Mundo, que sirvi¨® a Mario Conde como veh¨ªculo transmisor de sus chantajes contra el Estado, reprodujo ayer, con formato de editorial, un apretado resumen de los leguleyos argumentos de la defensa letrada del magistrado G¨®mez de Lia?o, aprovechando el viaje para acusar calumniosamente a dos prestigiosos magistrados de la Sala -Enrique Bacigalupo y Gregorio Garc¨ªa-Ancos- de tener "estrechas vinculaciones profesionales" con esa nueva figura de la mitolog¨ªa fant¨¢stica que es "el polanco-felipismo". Pero la novedad no es que el desprestigiado ¨®rgano gubernamental dirigido por Pedro J. Ram¨ªrez trate de forzarle la mano al Supremo para imponerle una sentencia acorde con sus deseos.

M¨¢s sorprendente resulta que el diario Abc, el nuevo buque insignia del Palacio de la Moncloa, que acaba de estrenar director, se haya sumado a la santa cruzada dirigida a conseguir la absoluci¨®n de G¨®mez de Lia?o. Un suelto sin firma titulado "Justicia para un juez" considera "dif¨ªcil de defender" e "improbable" que el instructor del caso Sogecable haya cometido prevaricaci¨®n; un largo art¨ªculo -tambi¨¦n sin firma- titulado "La responsabilidad penal de los jueces" da un paso mas all¨¢ en la pretensi¨®n de Abc de ocupar el lugar del Supremo y dictar sentencia absolutoria a favor de G¨®mez de Lia?o. Resulta, as¨ª, que las querellas contra los jueces suelen registrar "un n¨²mero muy elevado de acciones temerarias", destinadas a forzar la abstenci¨®n o la recusaci¨®n del magistrado "o a satisfacer un simple ¨¢nimo de venganza del querellante".

Tambi¨¦n sucede a veces que "se criminalizan actos que s¨®lo tienen relevancia disciplinaria o se califican interesadamente como prevaricaci¨®n decisiones discutibles o err¨®neas -pero no intencionada o negligentemente injustas-, adoptadas dentro de los l¨ªmites de la discrecionalidad que las leyes conceden a los jueces". ?C¨®mo separar, se pregunta el diario dirigido desde la semana pasada por Jos¨¦ Antonio Zarzalejos, el trigo y la ciza?a? La respuesta es bien sencilla: "Ante el riesgo evidente de admitir querellas infundadas", el criterio decisivo debe ser la opini¨®n del ministerio fiscal, en este caso -?oh, casualidad!-, favorable a la absoluci¨®n de G¨®mez de Lia?o. Aunque los caminos del Se?or son inescrutables, el fiscal Cardenal, Jaime Campmany, Pedro J. Ram¨ªrez y Jos¨¦ Antonio Zarzalejos parecen haber sido conducidos al portal de Bel¨¦n por el mismo ¨¢ngel.