Javier Reverte salta de ?frica a Grecia en su nuevo libro de viajes

Menos peligroso, pero igual de emocionante, Javier Reverte vuelve del verano con su cuarto libro de viajes. Tras los exitazos El sue?o de ?frica, Vagabundo en ?frica y Bienvenidos al infierno, ahora llega Coraz¨®n de Ulises (El Pa¨ªs-Aguilar), largo y c¨¢lido resumen (m¨¢s de 500 p¨¢ginas) de un periplo por Grecia, Turqu¨ªa y Egipto que mezcla referencias literarias y mitol¨®gicas, retratos de personajes y el homenaje de Reverte a una cultura "¨¦tica y libre" de la que se considera heredero "al 60 o 70%". El libro fue presentado ayer en Madrid por Fernando Savater y Carlos Garc¨ªa Gual, entre grandes elogios que oscilaron, seg¨²n dijo el segundo, "entre la admiraci¨®n y la envidia". Savater destac¨® la naturalidad de la prosa de Reverte "en un terreno en el que es muy f¨¢cil caer en la pedanter¨ªa", y su familiaridad con los personajes y los mitos que Reverte encuentra y recupera a la vez. Garc¨ªa Gual, autor del pr¨®logo, a?adi¨® que el libro se lee de un tir¨®n, con facilidad y simpat¨ªa por el autor: "Un aut¨¦ntico viajero sentimental". Reverte hizo honor a todos los atributos, agradeci¨® el privilegio de tener presentadores "que mantienen viva la llama ¨¦tica y la dignidad de las humanidades", y cont¨®, sin darse importancia alguna, que escribi¨® el libro atendiendo a la fascinaci¨®n de su alma por Grecia, a la deuda de emoci¨®n que le produjeron y le producen las lecturas de los cl¨¢sicos ("La Odisea fue el primer libro que le¨ª"), y a una voluntad savatergualiana de acercar la cultura griega ("su enorme potencia creativa, su coraje, su alegr¨ªa") a las generaciones j¨®venes.

El escritor madrile?o, de 55 a?os, define sus viajes como la droga de la felicidad, y cuenta que el m¨¦todo de viajar pensando en escribir es ir muy ligero de equipaje y, de vez en cuando, atender a los caprichos y cambiar el rumbo previsto: "Cuando haces eso, la sensaci¨®n de libertad es enorme y parece que el tiempo se detiene". Coraz¨®n de Ulises intenta parar el tiempo, y lo logra, sobre todo, rescatando de una forma amena y culta a la vez lugares y nombres: Atenas, Constantinopla y Alejandr¨ªa; Plat¨®n y Arist¨®teles, Zorba y Safo...