La dieta severa puede reducir la memoria y la capacidad de reacci¨®n
Las dietas severas y abruptas pueden afectar la capacidad intelectual de quienes las siguen, pero por razones ajenas a la falta de nutrientes. La obsesi¨®n por mantener la l¨ªnea y controlar a toda costa el peso ocupan de tal modo la mente, que la persona a r¨¦gimen apenas tiene tiempo de pensar en otra cosa. Seg¨²n un equipo cient¨ªfico brit¨¢nico del Instituto para la Investigaci¨®n Alimentaria, el estr¨¦s producido por dicho estado de ¨¢nimo es similar al padecido durante una depresi¨®n aguda.
"Hemos observado que las mujeres que se ponen a dieta de golpe tienen menos memoria, se distraen con facilidad y reaccionan mucho m¨¢s despacio que las que comen normalmente", afirm¨® la pasada semana Michael Green, director del estudio que arroja estos datos y que fue presentado ante la reuni¨®n anual de la Asociaci¨®n Brit¨¢nica para el Progreso Cient¨ªfico. Seg¨²n ¨¦l, privar a una persona de comida suficiente durante alg¨²n tiempo no influye de la misma manera. "La disminuci¨®n de la capacidad intelectual no se deriva del hambre, sino de la ansiedad producida por la negaci¨®n de los alimentos que se da en una dieta voluntaria y dr¨¢stica".Green compar¨® el cerebro humano con un ordenador. Cuando una persona est¨¢ a r¨¦gimen, todo su intelecto gira en torno al control de la comida y la p¨¦rdida de kilos. S¨®lo piensa en el recuento constante de calor¨ªas. "A los ordenadores les pasa algo similar. Si est¨¢n ocupados con un programa determinado, preparado por ejemplo para escribir un documento, pretender conectar a la vez otro distinto no suele dar resultado. No consiguen hacer bien dos cosas a la vez".
Durante el experimento, 69 estudiantes, todas ellas mujeres, fueron invitadas a efectuar una serie de operaciones mentales. Las que quer¨ªan perder peso con rapidez, se mostraron entre un 15% y un 20% m¨¢s lentas que el resto a la hora de apretar un bot¨®n en cuanto aparec¨ªa una estrella en una pantalla de ordenador. Lo mismo ocurri¨® con la memoria. Las que no com¨ªan suficiente fueron hasta un 20% m¨¢s lentas al tratar de recordar una lista dada de palabras.
Peter Rogers, miembro tambi¨¦n del Instituto para la Investigaci¨®n Alimentaria, subraya que darles una chocolatina a las j¨®venes que estaban a dieta no resolv¨ªa las cosas. Al contrario. En lugar de notar los beneficios del aporte cal¨®rico inmediato, a¨²n perd¨ªan m¨¢s su capacidad de concentraci¨®n. "El chocolate es uno de los enemigos de las dietas de adelgazamiento y su presencia las desequilibraba. Lo cual demuestra que su torpeza intelectual moment¨¢nea puede tratarse m¨¢s de un problema ps¨ªquico que fisiol¨®gico", concluye.
Otro estudio efectuado por el psic¨®logo David Benton, de la universidad de Gales, se?ala que saltarse el desayuno altera igualmente la memoria. Incluso pone de mal humor. En un estudio sobre 832 muchachas mayores de edad, las que hab¨ªan desayunado recordaban con mayor facilidad que las que no lo hab¨ªan hecho una lista de palabras. Los mejores resultados se obten¨ªan en la media hora siguiente a la primera comida del d¨ªa.
Aunque Benton no lo ha podido demostrar a¨²n, supone que desayunar aumenta los niveles de glucosa en sangre, indispensables para que el cerebro memorice algo. "La sensaci¨®n de bienestar observada podr¨ªa deberse a la misma reacci¨®n qu¨ªmica", ha se?alado.
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