El Reina Sof¨ªa expone un 'Bores esencial' que define "el placer de la pintura"
La antol¨®gica de 80 cuadros se completa con una selecci¨®n de 50 dibujos del artista
El Museo Nacional Reina Sof¨ªa present¨® ayer una antol¨®gica del pintor Francisco Bores (Madrid, 1898-Par¨ªs, 1972), con 80 cuadros realizados a partir de su viaje a Par¨ªs en 1925 y hasta su muerte. La revisi¨®n de Bores se completa con una selecci¨®n de 50 dibujos de las colecciones del museo y coincide con el montaje abierto en la Residencia de Estudiantes, con obra gr¨¢fica in¨¦dita y documentos sobre el Bores joven y el ambiente literario del Madrid de los a?os veinte. "De Bores me interesa el placer de la pintura", declara el historiador y comisario Eugenio Carmona.
"La pintura es un acto sensual, se la puede considerar como un fruto que saboreamos con los dedos, su piel se identifica a la nuestra". Una de las frases de Francisco Bores sobre la pared azul a?il de la tercera planta del Museo Reina Sof¨ªa documenta la exposici¨®n Bores esencial planteada por el historiador del arte Eugenio Carmona y centrada en la obra del artista entre los a?os 1926 y 1971. Hasta el 28 de noviembre se pueden recorrer las nueve salas, con un sentido cronol¨®gico, con 80 pinturas de museos y colecciones privadas, donde destaca un pr¨¦stamo del Museo de Arte Moderno de Nueva York.En la segunda planta del museo se han colocado 50 dibujos seleccionados entre las 198 obras sobre papel que la hija del pintor, Carmen Bores, don¨® al Estado y que pasaron a los fondos del antiguo Museo Espa?ol de Arte Contempor¨¢neo, hoy en el Reina Sof¨ªa. La comisaria, Mar¨ªa Jos¨¦ Salazar, destac¨® el valor excepcional de estas obras de todas las etapas del pintor, desde un dibujo figurativo de 1925 a una tinta de retrato de mujer de 1969. El montaje es cronol¨®gico y tem¨¢tico, donde aparecen los bodegones, los estudios de desnudos, autorretratos e interiores. "En dibujos es tambi¨¦n lo m¨¢s esencial, donde se aprecia la gran sensibilidad y emoci¨®n en estos apuntes r¨¢pidos".
De Madrid a Par¨ªs
El Bores esencial est¨¢ escogido por Eugenio Carmona -comisario tambi¨¦n de la exposici¨®n de la Residencia de Estudiantes y autor de una monograf¨ªa sobre Caravaggio- entre la obra de un artista que nace casi con el siglo, se forma en los ambientes literarios ultra¨ªstas y de la generaci¨®n del 27, est¨¢ representado en la exposici¨®n de Artistas Ib¨¦ricos de 1925 y a continuaci¨®n marcha a Par¨ªs, donde realiza una obra personal tras la resaca de las vanguardias. "Hay un ultra¨ªsmo pl¨¢stico y literario con el que Bores reconoce su vinculaci¨®n, pero, al llegar a Par¨ªs, en los finales del surrealismo, no quiere fundar ning¨²n ismo", dice Carmona. "Es un pintor independiente, y eso se valora mucho, que une la concepci¨®n y la realizaci¨®n en la misma tela. En este sentido, siendo figurativo, se adelanta al expresionismo abstracto".
Carmona establece un "gran cambio" entre el Bores de Madrid, cercano a un expresionismo l¨ªrico, al ambiente literario de los a?os veinte, con el regeneracionismo y el arte nuevo, y el Bores de Par¨ªs, donde se dan las condiciones para desarrollar "un arte genuinamente moderno, sin el peso de la tradici¨®n y sin la mirada conservadora de lo moderno que secuestraba a los artistas". En Par¨ªs, Bores quiere situarse en el movimiento moderno, pero con un lenguaje propio, tras los ensayos neocubistas, la resistencia al nuevo clasicismo y un trabajo de reconsideraci¨®n de las primeras vanguardias. El comisario se?ala que este Bores es tambi¨¦n internacional, aunque nunca deja de estar presente en Espa?a, sobre todo con colaboraciones en las revistas de la generaci¨®n del 27.
En esos momentos, Bores expone en galer¨ªas de Gran Breta?a, Estados Unidos y Alemania y, seg¨²n Eugenio Carmona, Julio Gonz¨¢lez era un desconocido y hab¨ªa pocas referencias sobre Mir¨®, mientras Bores recib¨ªa elogios de Picasso y de Juan Gris.
Los cuadros del montaje revelan el proceso del artista al replantearse el cubismo, el fauvismo y el surrealismo y elaborar una f¨®rmula propia que Carmona identifica con una vuelta a una pintura pura, "que atienda a la construcci¨®n sensible del cuadro y no a su geometr¨ªa". "Es el concepto de pintura fruta o figuraci¨®n l¨ªrica, donde Bores apela al disfrute y placer de la pintura".
Como la fruta
La pintura fruta, la pintura pura pero figurativa, tuvo "enorme influencia" en Coss¨ªo, Palencia, Moreno Villa y el joven Gaya, pero tambi¨¦n en el entorno parisiense. "Su evoluci¨®n fue ajena a las cincunstancias hist¨®ricas. Evoluciona hacia escenas de interiores, con la luz inventada, recreada, y su relaci¨®n con las figuras; el sentido de la profundidad que se identifica con la transparencia".
El comisario se?ala el recorrido de las salas con los cambios entre los a?os treinta y sesenta, "la manera construida" de las composiciones, la sutileza del gesto y "la manera blanca", no tanto por el color como por la eficacia del proceso pict¨®rico. "Bores identifica lo moderno con la pintura y el placer de pintar".
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