"El se¨ªsmo ha demolido el chovinismo turco"

"Gracias, hermanos griegos, por vuestra generosa ayuda". Este lema ha surgido en pancartas en campos de f¨²tbol, ha adornado casas en muchas ciudades turcas y, m¨¢s extra?o a¨²n, abierto las ediciones de los peri¨®dicos de Estambul y Ankara despu¨¦s del terrible terremoto del pasado 17 de agosto. Si en Grecia se ha notado un profundo cambio en la opini¨®n p¨²blica respecto de las relaciones con su vecino, tradicional enemigo, y sin embargo aliado en la OTAN, en Turqu¨ªa la emoci¨®n despertada por la r¨¢pida ayuda griega a los damnificados del se¨ªsmo ha sido espectacular. Antes de que reaccionaran las propias instituciones, equipos de salvamento griegos estaban volcados en ayudar a la desesperada poblaci¨®n turca afectada, a liberar a supervivientes de su cautiverio bajo toneladas de escombro.Fueron 45 segundos de un violento se¨ªsmo de entre 7,4 y 7,8 grados en la escala de Richter que pasar¨¢n a la historia como una de las mayores cat¨¢strofes sufridas por Turqu¨ªa en el siglo, la peor si se excluyen las guerras. Pero tambi¨¦n es probable que se recuerde como un inmenso paso de la sociedad para emanciparse de la tutela permanente y obsesiva del omnipresente Estado fundado hace 76 a?os por Mustaf¨¢ Kemal, Atat¨¹rk, cuyo sobrenombre quiere decir, no por casualidad, "padre de los turcos".

El gran estadista que fue Atat¨¹rk, fiel a su tiempo, el del estatalismo autoritario de los a?os veinte, ferozmente modernizador y enemigo de toda influencia religiosa en la vida p¨²blica, nunca hubiera podido imaginar que, 60 a?os despu¨¦s de su muerte, su imagen fuera un ¨ªdolo cuasirreligioso que distintos sectores del Estado cultivan como argumento en contra de la modernizaci¨®n y en defensa de sus privilegios.

Pero el padre Estado, que durante tanto tiempo se ha erigido en heredero de su fundador, el "padre de los turcos", ha resultado ser muy descuidado, como ha podido comprobar la ciudadan¨ªa despu¨¦s de la cat¨¢strofe. Ej¨¦rcito, burocracia y aparato en general ven¨ªan diciendo a los turcos que nadie fuera les quiere, "que los turcos s¨®lo tienen a los turcos por amigos", como dice Mehmet Al¨ª Kislali, un veterano periodista de Ankara con muchos contactos entre las fuerzas militares y los servicios de informaci¨®n.

Como muy tarde el 18 de agosto, los turcos se han dado cuenta de que ni el padre Estado es tan protector ni el mundo exterior tan hostil. El Estado no ha sabido aplicar las leyes de construcci¨®n en un pa¨ªs sobre una gran falla y por ello m¨¢s susceptible a sufrir terremotos que casi cualquier otro pa¨ªs del mundo. Ha permitido el abuso y la corrupci¨®n sistem¨¢tica, que ahora, como pocas veces, tiene un reflejo en cifras de v¨ªctimas mortales, heridos y damnificados. Y el supuesto enemigo externo ha ayudado como nadie esperaba. "El terremoto ha demolido tambi¨¦n el chovinismo turco", dice el exembajador Cem Duna. "El pa¨ªs ha llegado a lo que pod¨ªamos llamar la masa cr¨ªtica. La sociedad va muy por delante del aparato. El Estado ya no puede seguir con la ret¨®rica huera de tantos a?os. Ha de tomar decisiones y pronto. No s¨¦ si ser¨¢n buenas o malas, pero s¨ª que tendr¨¢ que tomarlas".

Todos coinciden en que el punto de inflexi¨®n no est¨¢ en el terremoto, sino en la detenci¨®n del l¨ªder del grupo terrorista kurdo Partido de los Trabajadores del Kurdist¨¢n (PKK) Abdal¨¢ Ocalan a principios de a?o. Ahora, los terremotos han creado un ambiente general favorable a una pol¨ªtica que ya hab¨ªa comenzado a funcionar. El alivio que supuso para Turqu¨ªa aquella detenci¨®n, que desde entonces ha creado una situaci¨®n de m¨ªnima conflictividad en el sureste turco, y la muy dif¨ªcil situaci¨®n que supuso para Grecia por su m¨¢s que obvia colaboraci¨®n con el l¨ªder del PKK, redujeron recelos en Ankara y forzaron un cambio en un Gobierno griego cuya m¨¢xima prioridad es la entrada en el euro. Para ello tiene que ahorrar, en dinero y en conflictos.

En Turqu¨ªa, mientras, los cuatro meses de Gobierno de Bulent Ecevit han sorprendido por su ingente labor legislativa de reformas econ¨®micas y ha cambiado algunas de las leyes m¨¢s absurdas que supon¨ªan una inmensa carga para el Estado. As¨ª, ha quedado derogada la ley de pensiones que permit¨ªa jubilarse a los trabajadores con 20 a?os de trabajo. Multitudes de pensionistas de poco m¨¢s de cuarenta a?os, que, por supuesto, segu¨ªan trabajando sin cotizar y cobrando su pensi¨®n, hab¨ªan creado una situaci¨®n insostenible.

Han sido pasos con coraje pol¨ªtico por parte del Gobierno de coalici¨®n. Ahora le toca el turno, dicen diplom¨¢ticos y empresarios, como el presidente de la patronal Tusiad, Erkut Y¨¹kaoglu, a las asignaturas pendientes en la pol¨ªtica interior como exterior.