El desalojo de dos casetas en la Ca?ada Real desata una batalla campal con seis heridos

Alrededor de 200 personas, armadas con palos y piedras, evitaron ayer que los funcionarios municipales de Gerencia de Urbanismo echaran abajo dos casas bajas ilegales situadas en la Ca?ada Real (Vallecas Villa). Los funcionarios llamaron a los antidisturbios, pero los vecinos no se arredraron. Al final se desat¨® una batalla campal: cuatro de los agentes resultaron heridos leves, uno recibi¨® un palo en la cabeza. Dos de los vecinos tambi¨¦n tuvieron que ser atendidos de distintos golpes. Las casetas permanec¨ªan en pie ayer. El Ayuntamiento asegura que las derribar¨¢.

Algunos de los residentes de la Ca?ada Real que ayer participaron en la refriega resumieron as¨ª el resultado de la batalla: "Les hemos vencido y, como vuelvan, les vamos a matar". En la Ca?ada Real, la v¨ªa utilizada durante centenares de a?os por los pastores trashumantes, se han levantado de forma ilegal hasta 700 viviendas en los ¨²ltimos a?os. Actualmente, esa ruta no la emplean ovejas, sino los cientos de camiones de basura que diariamente acuden al cercano vertedero de Valdeming¨®mez para arrojar los desperdicios recogidos en la ciudad. Obtener licencia para construir en la v¨ªa pecuaria es imposible porque el suelo est¨¢ protegido por la Consejer¨ªa de Medio Ambiente.Sin embargo, hay familias que viven en la Ca?ada Real desde hace 20 a?os. Algunos incluso han conseguido edificar chal¨¦s con piscina.

Desde 1995, la poblaci¨®n de la Ca?ada Real se ha multiplicado y las viviendas se han ido extendiendo. De ah¨ª la reacci¨®n municipal contra esta colonizaci¨®n ilegal de unos terrenos protegidos, seg¨²n explic¨® ayer el gerente de Urbanismo, Luis Armada.

Los enfrentamientos por el desalojo frustrado empezaron a las diez de la ma?ana. Dos funcionarios de la Gerencia de Urbanismo, en una operaci¨®n "rutinaria", seg¨²n el gerente, se dirigieron a la Ca?ada Real para desalojar a dos familias de sus viviendas ilegales y, posteriormente, derribar las casas bajas de ladrillo. Les acompa?aban seis polic¨ªas municipales. Alrededor de 200 vecinos esperaban en pie de guerra. Por ley, el Ayuntamiento debe notificar por escrito y de antemano el d¨ªa y la hora en que se va a proceder al desalojo, as¨ª que los residentes estaban advertidos.

En cuanto los funcionarios se dirigieron a la primera de las casas, comenz¨® la lluvia de piedras y ladrillos y los gritos e insultos.

Los vecinos cruzaron un coche en la carretera de Valdeming¨®mez y le prendieron fuego, para as¨ª cortar el tr¨¢fico. Los funcionarios y los polic¨ªas municipales llamaron a la Jefatura Superior de Polic¨ªa, que envi¨® a la zona a agentes antidisturbios de la Unidad de Intervenci¨®n Policial (UIP).

La batalla campal entre vecinos y polic¨ªas continu¨®. Los agentes dispararon pelotas de goma y cargaron, porra en mano, contra los residentes. Llegaron bomberos a apagar el fuego del veh¨ªculo atravesado en medio de la calle, pero tambi¨¦n fueron recibidos con palos y piedras. Al final, cuatro agentes resultaron heridos de car¨¢cter leve; uno de ellos recibi¨® un palo en la cabeza que le propin¨® un vecino, el cual fue detenido. Otros dos vecinos, un padre y su hijo, resultaron tambi¨¦n contusionados por dos porrazos Al final, los funcionarios decidieron olvidarse del derribo de las casas bajas. El gerente de Urbanismo, con todo, asegur¨® ayer que el Ayuntamiento seguir¨¢ con el proceso: "Es lo legal, debemos hacer lo que nos dice el juez, y el juez nos dice que derribemos esas casas porque son ilegales".

Hasta un mill¨®n

Algunos de los residentes explicaron ayer por la tarde que han pagado hasta un mill¨®n de pesetas por una casa baja edificada en un terreno p¨²blico, que no se puede vender ni comprar. Entre los ¨²ltimos en llegar a la Ca?ada Real se cuentan muchos inmigrantes marroqu¨ªes que no poseen ning¨²n tipo de documento que acredite que han pagado por esa parcela. Algunos se sent¨ªan estafados ayer. Muchas de las viviendas de la Ca?ada Real, edificadas en los ¨²ltimos cuatro a?os, carecen hasta de retrete. "No sab¨ªamos que esto era terreno p¨²blico", explicaba uno de los inmigrantes. El due?o de la casa que Gerencia de Urbanismo iba a derribar es padre de dos hijos peque?os. "Ped¨ª al Ayuntamiento que me dieran otro piso, que me realojaran, pero me dijeron que no; por eso nos hemos resistido a esta injusticia", dijo el propietario.