LA CASA POR LA VENTANA Pasiones pesadas JULIO A. M??EZ
A todos nos ha pasado alguna vez. No es una man¨ªa habitual, porque resulta bastante cansada, pero a veces se para uno a pensar sobre los sucesos del d¨ªa y comprende con estupor que apenas entiende nada. Antonio Mu?oz Molina, por ejemplo, y su cruzada en favor de la pulcritud de los artistas. Hace poco tiempo arremet¨ªa contra los que ingieren estimulantes para escribir, trabajar o marchar en bicicleta, asegurando que la relaci¨®n entre est¨ªmulo qu¨ªmico y rendimiento es ilusoria y cosas de esa clase. Yo no s¨¦ lo que debe la prosa de Faulkner al consumo de alcohol, pero s¨¦ que no pod¨ªa vivir sin darle a la botella, y no creo que atribuyera las virtudes de su escritura a los efectos del Jack Daniel"s. Cuesta pensar que Lou Reed hubiera podido hacer Walk on the wilde side a dieta de agua mineral y ensaladas, y uno prefiere disfrutar con la canci¨®n a¨²n suponiendo que buena parte de su feeling est¨¢ cocido con la hero¨ªna. Lo ¨²ltimo del Mu?oz Molina articulista, empe?ado en halagar el lado m¨¢s modesto de la vida, es un arrebato contra los afanes de perfecci¨®n en cine y literatura, y eso hasta el punto de que conviene reprimirse para no sugerir que la aclaraci¨®n resulta obvia para cualquiera que lea su prosa de escribiente con maneras. Al fin y al cabo, las figuras atormentadas de Francis Bacon siempre dir¨¢n m¨¢s sobre el lado oscuro de la vida que la aseada monserga del escritor granadino, al margen de las condiciones personales que alumbraron su nacimiento. En arte no se puede mentir, aseguran los artistas incapaces de enga?o, pese a que en realidad est¨¦ repleto de embustes. Como esa pareja de estupendas chicas que se hacen llamar Equipo L¨ªmite y sus chucher¨ªas. No les basta con la resposter¨ªa fina que imita al pop cl¨¢sico con algunas gotas infiltradas de marujismo propio; quieren adem¨¢s escandalizar, un tanto a la manera de las colegialas de monjas cuando se creen descaradas al mencionar la menstruaci¨®n ante la madre abadesa, l¨¦ase Consuelo Ciscar. Seguras de que su mercanc¨ªa no puede sino colar entre tanto papanata, se han resuelto a tratar sus materiales con un producto que los ilumina para que los cuadros puedan verse incluso durante la noche. Mucha confianza en el ¨¦xito me parece. Auque lo m¨¢s llamativo de Cuqui y Caqui es el desparpajo, de manera que aseguran pintar al modo surrealista, nada menos, por el hecho de que trabajan a cuatro manos, como los paletas pegaladrillos. Y si se opone alg¨²n reparo sobre la puerilidad de sus ocurrencias, ah¨ª est¨¢ el ben¨¦fico te¨®rico Manuel Mu?oz con su capote torero para sugerir la diversidad de lecturas que provoca la pl¨¢stica de estas felices descubridoras de la pintura seven eleven. As¨ª que no hay duda de que ha comenzdo ya la temporada, aunque septiembre ha vuelto con m¨¢s ¨ªmpetu de lo que yo supon¨ªa hace un par de semanas. Productos Ciscar sigue en su fuga hacia adelante presidiendo un par de fotog¨¦nicas ruedas de prensa al d¨ªa. Alfons Cervera se dispone a hacer lo mismo en la variante de presentaci¨®n de libros, tanto Teatres de la Generalitat como el Instituto del Cine presentan consejos rectores que no s¨¦ yo qu¨¦ aconsejar¨¢n pero que no regir¨¢n nada, como es habitual en ese tipo de meriendas conformadas con su raci¨®n de pan y chocolate, y el mismo d¨ªa en que los varones del socialismo local se ametrallan en la lucha final de su t¨¦trico congreso un sonriente Zaplana recibe tan ricamente a un colectivo de gais y lesbianas, que no s¨¦ yo qu¨¦ esperan de esa visita salvo conservar la foto del acontecimiento, y sabiendo el Pollo de Cartagena que a la gota malaya de la Reyna se le ha cortado el grifo por alg¨²n tiempo. Pero hasta en los testimonios gr¨¢ficos hay que andarse con ojo en los tiempos que corren, pues todo apunta a que nuestro primer Eduardo no estuvo acompa?ando a Lloren? Barber en lo alto de un campanario romano mientras el m¨²sico preparaba uno de sus conciertos en junio pasado, circunstancia que no le impidi¨® aparecer en la foto ech¨¢ndole el aliento al artista en ese momento sublime aunque, eso s¨ª -el trucaje en estudio fue algo precipitado-, mirando hacia otro lado. Para qu¨¦ molestarse en acudir a los sitios si se puede ordenar que figure en los libros lo contrario, en un impulso que obedece sin duda a la voluntad centroprogresista de sumar voluntades, aunque sen ajenas. Si miente en una nimiedad de esta clase, qu¨¦ no ser¨¢ capaz de fabular el President en empresas de mayor calado. Por no hablar del probable estupor de Lloren? Barber cuando la desenvuelta esposa de Rafa Blasco le hizo entrega del libro con la foto que nunca existi¨®.
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