El G-7 rechaza intervenir para frenar al yen
Se limita a "compartir" la preocupaci¨®n de Jap¨®n sobre el potencial impacto de la apreciaci¨®n de su moneda
ENVIADO ESPECIALEl Grupo de los Siete pa¨ªses m¨¢s industrializados (G-7), se?al¨® ayer en su comunicado tras la reuni¨®n de Washington que "comparten" la preocupaci¨®n de Jap¨®n sobre el potencialimpacto de la apreciaci¨®n del yen sobre la econom¨ªa japonesa ymundial" y a?aden que "nos felicitamos por las indicaciones dadas por las autoridades japonesas de que se adopar¨¢n las medidas apropiadas para neutralizar ese impacto potencial". As¨ª que todo transcurri¨® tal y como esperaban los analistas. Buenas palabras, pero evitando tomar cualquier medida conjunta para aliviar la presi¨®n alcista sobre esa moneda.
Y es que a diferencia del ambiente que rode¨® la cumbre celebrada hace ahora un a?o, en plena crisis financiera internacional, en esta ocasi¨®n el optimismo ha sido la nota dominante, y la amplia agenda de discusi¨®n de los l¨ªderes del G-7 no ha estado marcada por la presi¨®n de los acontecimientos. Sin embargo, la debilidad mostrada por el d¨®lar durante los ¨²ltimos d¨ªas, y el correlativo descenso de Wall Street, que ha cerrado la semana con p¨¦rdidas de casi el 5%, han introducido un matiz de cautela. Coincidiendo con las reuniones previas a la asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI), que hoy inicia en Washington su asamblea anual, la ¨¦lite pol¨ªtico-financiera internacional que estos d¨ªas acude en tropel a la capital de Estados Unidos ha debatido con cierta preocupaci¨®n la fuerte apreciaci¨®n de la divisa japonesa frente a la norteamericana, en torno a un 15% a lo largo del verano, hasta alcanzar un cambio de 104,1 yenes por d¨®lar. Hasta aqu¨ª todo el mundo parece estar de acuerdo, aunque para los responsables norteamericanos, con el flamante nuevo secretario del Tesoro, Lawrence Summers, a la cabeza, una moderada recuperaci¨®n del yen puede representar un alivio a su creciente d¨¦ficit comercial.
Cr¨ªticas a Jap¨®n
Sin embargo, y ¨¦ste es quiz¨¢ el ¨²nico elemento com¨²n con lo que por estas fechas hace un a?o suced¨ªa en Washington, la opini¨®n internacional tiende a criticar de forma un¨¢nime al banco central de Jap¨®n por intentar frenar la subida del yen con simples compras y ventas de divisas en el mercado, esterilizando sus efectos sobre su masa monetaria, es decir, no creando nuevos billetes y reduciendo la cantidad de dinero en circulaci¨®n, en lugar de tomar medidas activas como la de monetarizar su deuda, es decir, comprarla para inyectar liquidez en el mercado. Esto ¨²ltimo hace temer que la demanda interna japonesa se resienta y la t¨ªmida recuperaci¨®n quede abortada. Jap¨®n argumenta que con sus actuales tipos reales en el 0% y un d¨¦ficit p¨²blico galopante no puede emitir m¨¢s dinero, a riesgo de acabar desatando una espiral inflacionista incontrolable.
En cualquier caso, una de las normas no escritas del G-7, del que forman parte Estados Unidos, Jap¨®n, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Canad¨¢, pero en el que el papel preponderante corresponde al primero de ellos, es que cualquier acci¨®n coordinada en defensa de una moneda debe comenzar con cambios en la pol¨ªtica monetaria del pa¨ªs afectado, algo que, de momento, no ha ocurrido. A este respecto, Summers afirm¨® que "el compromiso continuado de las autoridades japonesas de estimular su econom¨ªa utilizando todas las herramientas disponibles es esencial para una recuperaci¨®n sostenida sobre la base de su demanda dom¨¦stica". Algunos, como el ministro brit¨¢nico de Finanzas, Gordon Brown, hab¨ªan adelantado que la relaci¨®n yen/ d¨®lar no formaba parte de la agenda de la reuni¨®n, algo que muy pocos creyeron.
Estados Unidos sigue defendiendo -la marcha del carism¨¢tico Robert Rubin al frente del Tesoro no ha cambiado las cosas en este punto- un d¨®lar fuerte, que tan buen resultado ha dado en t¨¦rminos de crecimiento econ¨®mico y que tanto tiene que ver con el boom que ha registrado Wall Street durante este ¨²ltimo a?o. Las autoridades norteamericanas han asegurado p¨²blicamente que el actual nivel del d¨®lar, que algunos sectores consideran demasiado alto, no representa ning¨²n problema para la econom¨ªa norteamericana, a pesar de su creciente d¨¦ficit comercial. En sentido contrario, se mantiene la tesis de que un d¨®lar fuerte reduce el peligro de rebrotes inflacionistas al abaratar las importaciones y refuerza la capacidad de inversi¨®n de EE UU en el mundo. Desde su punto de vista, la revalorizaci¨®n del yen no es un fen¨®meno preocupante, como ha explicado durante estos ¨²ltimos d¨ªas Summers, por dos motivos: primero, se fundamenta en las mejoras objetivas registradas en la econom¨ªa japonesa, lo que se demuestra a la vista de la recuperaci¨®n del yen no s¨®lo contra el d¨®lar sino contra todas las principales divisas; segundo, el d¨®lar sigue manteniendo su fortaleza frente al resto de las monedas, en especial el euro, con lo que su preponderancia en los mercados internacionales de divisas no est¨¢ cuestionada.
El programa de discusiones del G-7 inclu¨ªa, asimismo, varias propuestas de reformas en el FMI. Entre ellas, las de los responsables de Estados Unidos que se enfrentan a una ola de cr¨ªticas de la clase pol¨ªtica de su pa¨ªs por el supuesto mal uso de las ayudas entregadas por esa instituci¨®n a algunos pa¨ªses, especialmente a Rusia, a la que se acusa de haber desviado ilegalmente miles de millones de d¨®lares. A pesar de que los responsabales del Tesoro, y los del FMI, con su director general Michel Camdessus a la cabeza, rechazan que un solo d¨®lar entregado a Rusia haya sido blanqueado a trav¨¦s de los circuitos internacionales, Estados Unidos logr¨® que el G-7 aprobase el condicionamiento de la entrega de los pr¨®ximos cr¨¦ditos del FMI a Rusia a la mejora del control de sus reservas por parte del banco central y a una auditor¨ªa externa sobre su gesti¨®n. Perd¨®n a los m¨¢s pobres
El ¨²ltimo punto de la agenda es culminar un acuerdo para la condonaci¨®n de la deuda a los pa¨ªses muy probres fuertemente endeudados. Como parte de ese plan, el FMI tiene previsto vender en operaciones fuera de mercado 14 millones de onzas de oro, invertir los beneficios de esa operaci¨®n y, con las ganancias de esa inversi¨®n, condonar una parte de las deudas.
En otro orden de cosas, el FMI anunci¨® ayer la creaci¨®n de un mecanismo para resolver problemas financieros a corto plazo creados por la llegada del nuevo milenio. Este mecanismo entrar¨¢ en funcionamiento el pr¨®ximo 15 de octubre y expirar¨¢ el 31 de marzo del a?o 2000. Su objetivo principal ser¨¢ prestar ayuda financiera a pa¨ªses que tengan dificultades de balanza de pagos derivadas de p¨¦rdida de confianza y otros problemas asociados a fallos inform¨¢ticos causados por el efecto 2000.
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