La Vuelta rehabilita a Ullrich
En el futuro se recordar¨¢ que Ullrich tambi¨¦n gan¨® la Vuelta a Espa?a. El paso del tiempo pondr¨¢ al belga Vandenbroucke en el sitio que merezca, y si lo coloca en el m¨¢ximo nivel, ser¨¢n los especialistas quienes adviertan que una buena muestra de su clase y su capacidad se puso de manifiesto en septiembre de 1999 por las carreteras espa?olas. Y si ?gor Gonz¨¢lez de Galdeano acaso termina siendo algo m¨¢s que un proyecto, resulta que le habremos visto nacer en esta Vuelta. Sucesos de ese calibre se han producido en esta carrera, que ha logrado el objetivo previsto: contar con una consideraci¨®n a escala internacional y alejarse de cierto provincianismo.Ullrich sabe en su fuero interno que la Vuelta le ha puesto de nuevo en el mapa. De una forma imprevista, porque el director del Telekom reconoc¨ªa ante la prensa alemana que hab¨ªan puesto a su disposici¨®n un equipo impropio para defender el liderato de Ullrich en una carrera tan dura. Ullrich ha tenido el m¨¦rito de obtener un ¨¦xito en unas condiciones muy dif¨ªciles, sin estar en perfecta forma, sin poder maniobrar a su gusto. No ha sido el Ullrich incontestable del Tour, pero ha logrado manejarse en el pelot¨®n en situaci¨®n de inferioridad. No necesit¨® de ning¨²n ataque, no pudo resistir todas las embestidas de los escaladores nacionales y pas¨® por momentos complicados sin asustarse. Su victoriar revela su categor¨ªa como corredor. No estando bien, ha sido el mejor. Se arriesgaba a una segunda temporada en blanco y ha vuelto a las portadas de los medios de comunicaci¨®n alemanes. La Vuelta ha rehabilitado a Ullrich, una buena noticia para ambos.
La Vuelta, sin embargo, ha puesto en su sitio al pelot¨®n nacional, tan ruidoso como de costumbre cuando corre en casa. Trat¨¢ndose de un trazado apto para escaladores, ninguno estuvo a la altura necesaria. Ni el cacareado Angliru, ni los Pirineos, ni la sierra madrile?a les ha permitido el asalto al liderato, lo cual es un s¨ªntoma de sus carencias para las grandes vueltas. En el caso del Chava Jim¨¦nez no resulta una sorpresa: sus deficiencias en la contrarreloj le impedir¨¢n acceder a grandes objetivos. En el caso de Roberto Heras, se mantienen algunas dudas: parece que ech¨® de menos el paraguas de Escart¨ªn cuando todo el mundo le reclamaba que conquistase m¨¢s espacio ante las c¨¢maras.
La sorpresa ha estado con ?gor Gonz¨¢lez de Galdeano, un proyecto de corredor completo, que es lo que demandan los tiempos que corren, pero lo que ha hecho es s¨®lo un apunte. La Vuelta es ya historia y entra en la historia por sus buenos detalles, porque gan¨® Ullrich y porque, quien sabe, descubri¨® a Vandenbroucke.
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