Tregua, democracia y paz
Los autores abogan por el di¨¢logo y la autodeterminaci¨®n para que sea el pueblo el que decida libremente
Ha pasado un a?o desde que ETA declar¨® la tregua, a la que calific¨® de incondicional e indefinida. La tregua sigue vigente.Los an¨¢lisis que se est¨¢n haciendo con respecto a lo ocurrido durante este periodo tienen dos perspectivas: por un lado, se analiza la evoluci¨®n pol¨ªtica y se valora el ¨¦xito o fracaso del Pacto de Lizarra-Garazi y su repercusi¨®n sobre dicha evoluci¨®n pol¨ªtica; por otro lado, se especula acerca de la duraci¨®n y/o de las posibilidades de conversi¨®n en definitiva de la tregua de ETA. ?stos son los dos an¨¢lisis que se hacen. Pero nadie niega la existencia de un proceso de paz.
Los que estamos escribiendo estas reflexiones conjuntamente lo hacemos con la triple convicci¨®n de que una tregua no es a¨²n la paz; asimismo, de que caben reflexiones de s¨ªntesis o, por lo menos, convergentes desde posturas pol¨ªticas diferentes y hasta antag¨®nicas en algunos temas (por ejemplo, de nacionalistas y no nacionalistas), y en tercer lugar, de que en todo caso el camino para la soluci¨®n de este conflicto es el di¨¢logo social y pol¨ªtico.
El camino de la pacificaci¨®n que debemos recorrer los de un lado y otro de las corrientes ideol¨®gico-pol¨ªticas no es otro que el de la profundizaci¨®n democr¨¢tica. El encuentro, es decir el acuerdo, nunca puede entenderse en t¨¦rminos de imposici¨®n, sino de profundizaci¨®n democr¨¢tica. As¨ª, el debate, hasta en los temas m¨¢s conflictivos, como son la territorialidad y los derechos y/o identidad del pueblo vasco, ha de tener su encaje s¨®lo en cauces democr¨¢ticos. El acuerdo no puede ser ni en t¨¦rminos de negaci¨®n total de los derechos pol¨ªticos ni tampoco en t¨¦rminos de imposici¨®n de una soberan¨ªa o de unas ideas. Pero el acuerdo puede buscarse en t¨¦rminos de autodeterminaci¨®n, que es un derecho comprendido en el acervo ideol¨®gico de la izquierda y de los dem¨®cratas, que significa, en definitiva, que sea el pueblo el que decida libremente.
La vieja Vasconia, cruce de caminos milenarios y lugar de encuentro de razas, culturas e influencias, contiene, sin embargo, dificultades espec¨ªficas. A la innegable pluralidad sociopol¨ªtica, ratificada en cada elecci¨®n, ha de a?adirse la presencia de diversas territorialidades con fuerte personalidad, labrada a lo largo de la historia y sentida con rotundidad.
El ejemplo del caso irland¨¦s ha marcado la pauta de que la autodeterminaci¨®n puede llevarse a efecto leg¨ªtimamente en el Norte y en el Sur, igual que en nuestro caso podr¨ªa efectuarse en el marco de Navarra, adem¨¢s de en la comunidad aut¨®noma vasca. El acuerdo pol¨ªtico no puede imponer, ni siquiera condicionar, la decisi¨®n, sino solamente establecer el derecho del pueblo a realizarla. No nos parece aceptable una salida en contra de la mayor¨ªa de los navarros, ni siquiera una soluci¨®n contra una parte significativamente importante de los mismos, puesto que deben existir soluciones de s¨ªntesis si se acepta la v¨ªa del di¨¢logo.
La nueva realidad europea, a pesar de los d¨¦ficit democr¨¢ticos, nos aporta tambi¨¦n alguna muestra y nos induce a reflexiones m¨¢s audaces. El caso de la euro-regi¨®n que est¨¢ teoriz¨¢ndose entre parte de Portugal y parte de Galicia o los acuerdos ling¨¹¨ªsticos entre Flandes y Holanda ponen de manifiesto posibilidades que a¨²n no han sido debidamente exploradas. Afirmamos en este sentido que, por ejemplo, la soluci¨®n de temas como la libre opci¨®n con respecto a la lengua vasca, la m¨¢s antigua de las lenguas de Europa, por cualquier persona no es una cuesti¨®n que deba relegarse por ning¨²n concepto. Es tambi¨¦n imprescindible el abordar la soluci¨®n de los temas que en todo proceso de paz han de solucionarse, como es el referente a los presos y los damnificados.
La pacificaci¨®n es necesaria, en primer lugar, desde un punto de vista humano y social, pero incluso en t¨¦rminos de estricta confrontaci¨®n pol¨ªtica nuestra experiencia de di¨¢logo entre antagonistas pol¨ªticos nos permite manifestar que la persistencia del conflicto, aun en situaciones de tregua, llega a desnaturalizar el debate ideol¨®gico en detrimento de los verdaderos valores progresistas y de izquierda. Los que firmamos este art¨ªculo consideramos una necesidad para la articulaci¨®n correcta del debate pol¨ªtico un entendimiento entre las fuerzas pol¨ªticas que representan a la izquierda tanto en la comunidad aut¨®noma vasca como en Navarra y sin excluir a ninguna otra, espec¨ªficamente en el caso del PSOE (PSN-PSE) y de EH.
En suma, la tregua ha creado las condiciones que hacen posible la paz, el camino no puede ser m¨¢s que el del di¨¢logo y el contenido deber¨¢ basarse en una profundizaci¨®n democr¨¢tica.
Jos¨¦ Luis Uriz y Patxi Zabaleta son miembros del PSOE y de EH respectivamente.
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