Un tribunal proh¨ªbe a unos padres visitar a su hijo en la c¨¢rcel para evitar que le faciliten drogas
La Audiencia de Madrid ha prohibido a los padres de un preso que le visiten ante la certidumbre de que le facilitan drogas cada vez que acuden a verle a la c¨¢rcel. La prohibici¨®n durar¨¢ seis meses, tiempo en el que no podr¨¢n mantener con ¨¦l "comunicaciones ¨ªntimas, ni familiares ni de convivencia", seg¨²n el fallo judicial. El tribunal ha tomado esta medida, excepcional, tras las reiteradas denuncias recibidas de los funcionarios del centro penitenciario, quienes al t¨¦rmino de las visitas ve¨ªan sistem¨¢ticamente al interno con los siguientes s¨ªntomas: "P¨¦rdida del equilibrio, voz cansina e ininteligible e incapacidad para sostener un m¨ªnimo de entendimiento". Los funcionarios, al ver que la situaci¨®n se repet¨ªa una y otra vez, formularon denuncias y las remitieron al juzgado de vigilancia. El interno, cuyas iniciales son R.D. G., se halla preso en Alcal¨¢-Meco.
"Es claro que las drogas", apunta el tribunal, "han actuado en muchas ocasiones como agentes crimin¨®genos y que su consumo en prisi¨®n, al margen de todo tratamiento, no contribuye al ¨¦xito del tratamiento penitenciario ni a la reinserci¨®n de los penados". Esta medida fue adoptada inicialmente por el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria n¨²mero 3 de Madrid, y ahora la ha reafirmado la Audiencia de Madrid al desestimar un recurso presentado por los familiares del preso contra la decisi¨®n del juzgado.
"En el presente caso", apunta la Audiencia en su resoluci¨®n, "es claro que todas las reglas de la l¨®gica apuntan a que la droga es introducida por familiares, pues es precisamente tras su visita, s¨®lo tras su visita y siempre tras su visita, cuando se produce la situaci¨®n de afectaci¨®n del interno por las drogas, en t¨¦rminos sistem¨¢ticamente inequ¨ªvocos. Por ello", a?ade el tribunal, "la decisi¨®n de poner un l¨ªmite a lo que parece como la clara fuente del suministro no es caprichosa ni banal. Ciertamente, la medida es dura y desagradable, pero no es desproporcionada en relaci¨®n con el objetivo que se propone: evitar la entrada de drogas en prisi¨®n y su consumo descontrolado por los internos".
"La Administraci¨®n", agregan los tres jueces de este tribunal, "no puede atarse la manos en este terreno, y menos cuando muchas veces se ha denunciado su incuria ante el grav¨ªsimo problema que constituye el consumo de la droga en prisi¨®n, en forma obligadamente clandestina, al margen de todo control sanitario y con las secuelas que para la salud conlleva".
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