La fiscal¨ªa culpa a Pinochet de los "delitos m¨¢s graves que jam¨¢s conoci¨® un tribunal ingl¨¦s"
El abogado Alun Jones, que representa a la Fiscal¨ªa de la Corona y al juez Baltasar Garz¨®n, inst¨® ayer a Ronald Bartle, magistrado a cargo del juicio de extradici¨®n del ex general Augusto Pinochet, a dar curso a la extradici¨®n del ex dictador a Espa?a por los actos de tortura -36, a partir del 8 de diciembre de 1988-, "porque estos actos realizados por un funcionario p¨²blico en cualquier lugar del mundo constituyen un delito para la ley de Reino Unido". Jones dijo que los casos presentados representan "las acusaciones m¨¢s graves que jam¨¢s ha llegado a conocer un tribunal ingl¨¦s".
Pinochet, que permaneci¨® en su casa de Virginia Water (Surrey), pues cuenta desde junio con un permiso judicial para no asistir a las deliberaciones, estuvo representado por su abogado, Clive Nicholls. ?ste, nada m¨¢s comenzar la sesi¨®n en el tribunal penal de Bow Street, a las 10.30 (11.30 hora peninsular espa?ola), plante¨® en el turno de palabra de la acusaci¨®n (la Fiscal¨ªa de la Corona) dos cuestiones que, a su entender, deb¨ªan ser resueltas con car¨¢cter previo.La primera se refer¨ªa a la lista de casos presentados por el juez Garz¨®n (36 casos de tortura). Sostiene Nicholls que, seg¨²n los jueces lores, solo exist¨ªa un caso de tortura y un cargo de conspiraci¨®n. Por ello, el tribunal deb¨ªa limitarse a ellos. En la segunda, Nicholls asegur¨® que hab¨ªa una doble cuesti¨®n que resolver: la inmunidad y la jurisdicci¨®n. Seg¨²n su criterio, Espa?a carece de jurisdicci¨®n sobre el delito de tortura. Nicholls anticip¨® que presentar¨¢, en la sesi¨®n de hoy, a Pinochet como un perseguido pol¨ªtico.
Alun Jones, uno de los principales especialistas de extradici¨®n en el Reino Unido y autor de la biblia sobre la materia, contratac¨® asegurando que Nicholls deslizaba "subrepticiamente" las cuestiones del procedimiento y que tocaba a la Fiscal¨ªa de la Corona dar sus argumentos.
Resoluci¨®n del magistrado
Mientras escuchaba la disputa con atenci¨®n, el magistrado Ronald Bartle, un hombre de modos amables, escrib¨ªa en un folio de papel. Cuando Jones termin¨®, Bartle se dirigi¨® a la sala. Era su resoluci¨®n sobre los asuntos planteados: "Resolver¨¦ estos puntos que plantea el se?or Nicholls en mi sentencia". Y a continuaci¨®n dio la palabra a Jones para que comenzara su presentaci¨®n.
Jones -enfundado en un m¨¢s que cl¨¢sico traje ingl¨¦s: azul de rayas tiza blancas-, apoy¨® su mano derecha sobre el estrado, se cal¨® las gafas de lectura y comenz¨® su exposici¨®n, acomp¨¢ndola, en cada ¨¦nfasis, con gestos de su mano derecha. Seg¨²n Jones, los jueces lores ya han resuelto los asuntos relacionados con la inmunidad y la jurisdicci¨®n en su fallo del 24 de marzo pasado.
"Este ha sido un caso tan especial que no se trata ahora de volver a discutir todo otra vez. Su funci¨®n" -dijo, mir¨¢ndo fijamente al magistrado, que le observaba- "se limita a discernir si los delitos que presentamos [conspiraci¨®n para tortura y tortura] son delitos de extradici¨®n, esto es, si son castigados con un m¨ªnimo de un a?o de c¨¢rcel en el Reino Unido y en Espa?a", explic¨®.
El letrado narr¨® suscintamente la mec¨¢nica del procedimiento de extradici¨®n en el Reino Unido y explic¨® que el juicio que se celebra en Bow Street no busca determinar si Pinochet es culpable o no de los delitos por los que se le acusa. "Lo ¨²nico que tenemos que hacer es asegurar aqu¨ª que es acusado de estos delitos de tortura y conspiraci¨®n para tortura en Espa?a", a?adi¨®. El letrado solicit¨® que se leyera una parte del auto de procesamiento de Pinochet, dictado por el juez Garz¨®n el 10 de diciembre de 1998, y partes de otros autos, presentados como una unidad, en los que se describen 36 casos de tortura a partir de 8 de diciembre de 1988, fecha en la que Pinochet perdi¨®, seg¨²n los lores, su inmunidad soberana. Jones, adelant¨® antes de la lectura, las t¨¦cnicas utilizadas por la pol¨ªcia secreta de Pinochet, la Direcci¨®n Inteligencia Nacional (Dina): aplicaci¨®n de corriente el¨¦ctrica en las v¨¢ginas de las mujeres o introducci¨®n de tubos de acero en el ano de los varones.
Una de las secretarias adjuntas de juzgado, Liz Franey, procedi¨® a la lectura, durante 12 minutos exactos. Con un esfuerzo m¨¢s que evidente para controlar la inflexi¨®n de su voz, Franey ley¨® el nombre de las v¨ªctimas y los detalles de la tortura y la suerte de cada uno de los 36 casos. Los choques el¨¦ctricos, el m¨¦todo de colgar a las v¨ªctimas por sus brazos durante d¨ªas, el interrogatorio de los detenidos haci¨¦ndolos desnudar previamente. La voz de la oficial se convirti¨®, de hecho, en una narraci¨®n de los horrores y atrocidades cometidos durante la dictadura militar chilena, simbolizada en 36 casos con nombres y apellidos.
Detalles de los da?os
Cuando Franey termin¨® su lectura, el ambiente de la sala luc¨ªa tenso. En cierto modo, los detalles de los da?os infingidos fue un contrapunto de las noticias sobre los problemas de salud de Pinochet.
Jones concluy¨® con la lectura de algunas cartas dirigidas en mayo por familiares de detenidos-desaparecidos - estos son considerados tambi¨¦n por el abogado como casos de tortura y de conspiraci¨®n al no haber aparecido nunca los cuerpos de los secuestrados- al ministro del Interior, Jack Straw.
El abogado Nicholls, por Pinochet, presentar¨¢ hoy dos declaraciones juradas de expertos independientes -dos catedr¨¢ticos espa?oles de Derecho Penal- sobre la jurisdicci¨®n de Espa?a. Ese el momento en el que la defensa del ex dictador presentar¨¢ el caso como objeto de una persecuci¨®n pol¨ªtica. Los dos catedr¨¢ticos han decidido a ¨²ltima hora no acudir al juicio, como es preceptivo, para ratificar sus informes, realizando una comparencia notarial en Madrid. La vista para la extradici¨®n de Pinochet podr¨ªa concluir ma?ana y el jueves, uno o dos d¨ªas antes de lo previsto. El magistrado podr¨ªa anunciar su sentencia dos semanas despu¨¦s.
Las noticias publicadas sobre las relaciones entre el magistrado Bartle, a cargo del juicio, con un club patri¨®tico conservador del que es vicepresidenta la baronesa Margaret Thatcher, ardiente defensora de Pinochet, no llevaron a ning¨²n planteamiento por parte de la fiscal¨ªa. Fuentes consultadas est¨¢n tan seguras de que la decisi¨®n final ser¨¢ favorable a la extradici¨®n que descartaron utilizar el argumento de la incompatibilidad, al menos en esta fase.
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