Fantasmas del pasado, en la puerta de la Royal Opera House

Dos grupos enfrentados -unas 150 personas en total- se manifestaron ayer, cara a cara, en la puerta del nuevo edificio de la Royal Opera House -el teatro de ¨®pera de Londres-, frente al tribunal penal de Bow Stree, donde comenz¨® la vista del juicio de extradici¨®n de Augusto Pinochet.El grupo de partidarios del exdictador estaba separado del grupo de familiares de detenidos-desaparecidos y v¨ªctimas de la dictadura, por una frontera imaginaria representada por dos bobbies. Los insultos que ambos grupos se dirigieron, mientras los polic¨ªas defend¨ªan con firmeza los l¨ªmites, subieron de tono a medida que avanzaba la ma?ana.

En la calle hab¨ªa pol¨ªticos y militares chilenos, de ambos grupos. En la sala del juicio, comparecieron abogados de la acusaci¨®n popular y particular en Espa?a. El m¨¢s notorio de ellos fue Joan Garc¨¦s, abogado valenciano que lleva adelante junto con otros letrados la acusaci¨®n en el procedimiento que instruye el juez Baltasar Garz¨®n. El letrado Garc¨¦s fue asesor personal del presidente chileno Salvador Allende y estuvo con ¨¦l y otro grupo de colaboradores en el palacio presidencial de la Moneda el 11 de septiembre de 1973, el d¨ªa del golpe de Estado de Pinochet.

Forcejeos verbales

Mientras se desarrollaban los forcejeos verbales en la calle, hubo en el juicio una de las escenas m¨¢s apasionantes. El abogado James Lewis, colaborador de Alun Jones, propuso a un testigo para probar que, como marca la ley, el acusado es en efecto el general Augusto Pinochet. El testigo: el inspector detective Andrew Hewitt, uno de los dos miembros de Scotland Yard que detuvieron al ex dictador la noche del 16 de octubre de 1998 en su sala de la London Clinic.

A Hewitt se le pregunt¨® si hab¨ªa arrestado a Pinochet el 16 de octubre de 1998: "Es correcto", dijo. Tambi¨¦n se le inquiri¨® por una visita que hizo a Pinochet, a Surrey, el pasado 16 abril pasado para darle cuenta que era acusado de delitos de tortura. Dijo que as¨ª era, que salud¨® a Pinochet con un "buenos d¨ªas", y le inform¨® que ven¨ªa a comunicarle que ahora estaba arrestado por tortura en la jurisdicci¨®n del Reino Unido, y que no ten¨ªa que decir nada porque pod¨ªa ser usado en su contra.

Seg¨²n narr¨® Hewitt, el ex dictador estaba sentado en una silla y le dijo que no estaba de acuerdo, ya que ¨¦l nada ten¨ªa que ver con esos delitos; le record¨® que llevaba 64 a?os de servicio en el Ej¨¦rcito y que era un hombre de honor. Neg¨® los cargos y agreg¨®: "Esto es todo". El abogado Lewis exhibi¨® a Hewitt la fotograf¨ªa de Pinochet: "Es ¨¦ste el hombre que usted arrest¨®?" pregunt¨®. "S¨ª, es ¨¦l".