La explosi¨®n de M¨¦xico se cobra al menos 57 muertos
La f¨¢brica de cohetes y tracas de feria cuya accidental explosi¨®n caus¨® el pasado domingo al menos 57 muertos y 89 heridos en la ciudad mexicana de Celaya, en el centro del pa¨ªs, almacenaba cuatro toneladas de p¨®lvora y su due?o, detenido tiempo atr¨¢s por regentar el negocio sin licencia, perdi¨® la vida dentro del s¨®tano. "Llov¨ªan ladrillos y carne de la misma gente", asegur¨® Isabel Am¨¦zquita, testigo de la tragedia. La f¨¢brica era ilegal pero no clandestina, ya que los vecinos hab¨ªan denunciado sus peligrosas actividades y exigido su cierre. No parece probable que despu¨¦s de su detenci¨®n, el propietario, supuestamente bajo vigilancia, hubiera podido acumular hasta cuatro toneladas de explosivos, seg¨²n un c¨¢lculo provisional, sin haber contado con complicidades policiales previo desembolso de las correspondientes mordidas (sobornos).La indignaci¨®n se extendi¨® por toda la ciudad de Celaya, puesto que una acci¨®n preventiva pudo haber evitado el desastre, la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica (PGR) investiga un caso cuyo desarrollo parece claro. Apenas disimulados, disfrutando de la tolerancia o de la corrupci¨®n oficiales, precarios s¨®tanos dedicados a la fabricaci¨®n de cohetes y petardos trabajan todav¨ªa en diferentes poblaciones de M¨¦xico e ignoran las medidas de seguridad y permisos requeridos por la Ley Federal de Explosivos y Armas de Fuego.
El 13 de octubre de 1998, la explosi¨®n de uno de ellos en Tultepec, en el Estado de M¨¦xico, mat¨® a 39 personas e hiri¨® a otras 100 m¨¢s. Los vecinos impidieron entonces el acceso a la prensa para tratar de ocultar la existencia de talleres de cohetes camuflados en las casas.
La primera de las explosiones de Celaya se produjo en la ma?ana del domingo, a una hora en la que cientos de personas transitaban cerca de los comercios y tenderetes del c¨¦ntrico mercado de abastos, pr¨®ximo a la estaci¨®n de autobuses de una ciudad de medio mill¨®n de habitantes, situada a unos 275 kil¨®metros al noroeste de M¨¦xico.
Quince minutos despu¨¦s de la primera deflagraci¨®n, se produjo otra explosi¨®n al alcanzar las llamas varios dep¨®sitos de gas. Decenas de personas fueron derribadas por la onda expansivas. Seis de ellas -tres bomberos, dos socorristas y un fot¨®grafo de prensa- murieron en el acto. Las sucesivas explosiones arrasaron casas en siete manzanas a la redonda. El Ej¨¦rcito, la Cruz Roja, los bomberos y cientos de voluntarios buscaban ayer supervivientes entre los escombros. Probablemente encontraran nuevos cad¨¢veres. "No m¨¢s se o¨ªan puros gemidos", recordaba Mart¨ªn Gonz¨¢lez, miembro de los equipos de rescate, despu¨¦s de la ¨²ltima explosi¨®n.
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