Violencia enmascarada

LOS VIOLENTOS, ocultos bajo esa forma de terrorismo enmascarado que ha dado en llamarse kale borroka, siguen haciendo de las suyas en el Pa¨ªs Vasco y en Navarra. A su extenso palmar¨¦s de coacciones y actos de intimidaci¨®n que han dado en llamarse terrorismo de baja intensidad han a?adido nuevas muescas en los ¨²ltimos d¨ªas: incendio de la puerta del domicilio de una concejal socialista de Ibarra (Guip¨²zcoa); pintadas amenazantes contra un concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Bilbao; explosi¨®n de un artefacto casero en el inmueble de Pamplona donde vive el corresponsal de El PA?S, Mikel Muez.Si los dos primeros se incriben, como otros muchos de esta naturaleza, en un intento de impedir el libre ejercicio de la actividad pol¨ªtica de los partidos democr¨¢ticos, el tercero constituye un atentado contra la libertad de expresi¨®n, con el deliberado prop¨®sito de amedrentar a los periodistas que hacen cada d¨ªa este peri¨®dico desde la libertad y la responsabilidad profesional.

Partidos pol¨ªticos de Navarra, sindicatos de esta comunidad aut¨®noma y la Asociaci¨®n de la Prensa de Pamplona han coincidido en que el atentado tiene un evidente significado de "extorsi¨®n" a quien utiliza "la voz y la pluma para expresar su opini¨®n" y de "intento de amedrentamiento" a quienes ejercen profesionalmente una de las libertades esenciales de la democracia. EH/HB, como de costumbre, se ha abstenido de condenar estos actos de violencia. Lo que viene a hacer m¨¢s cuestionable la presencia en ese foro "sin exclusiones ni vetos" que promueve el lehendakari Ibarretxe de una formaci¨®n que se resiste a distanciarse al menos, si es que no puede impedirlos, de los atentados contra la libertad de prensa y el libre ejercicio de la actividad pol¨ªtica.