El Madrid apunta progresos
Los de Toshack completan una brillante primera parte y vencen al Oporto
El Madrid toc¨® durante un rato las teclas adecuadas y se llev¨® un partido que le pone a la cabeza de su grupo. Como cab¨ªa esperar, por otra parte. La cotizaci¨®n del Oporto ha bajado demasiado en los ¨²ltimos tiempos. No represent¨® amenaza alguna para el Madrid, que tuvo brillo en el primer tiempo. Jug¨® bien, se sobrepuso a un error espectacular de Bizarri y dej¨® entrever las posibilidades de un equipo poco aprovechado. Todo eso en el primer tiempo, antes de regresar al estado de indolencia que tanto molesta al madridismo.Despu¨¦s de dos semanas de dudas, el Madrid actu¨® con firmeza y criterio. Fue el equipo que se espera a trav¨¦s de una gran colecci¨®n de jugadores. Esta vez el juego no fue la desordenada suma de esfuerzos personales. Hubo un r¨¦gimen colectivo que permiti¨® observar lo mejor de cada uno: la habilidad de Savio, la maravillosa intuici¨®n de Ra¨²l, el conocimiento del juego que tiene McManaman, las grandes posibilidades de Helguera, el instinto de Morientes en el ¨¢rea. Nunca se cuestion¨® la autoridad del Madrid, que s¨®lo se encontr¨® con el inconveniente de Bizzarri en el tanto del empate. Error grav¨ªsimo que coloc¨® al portero en una posici¨®n delicad¨ªsima, con el ¨¢nimo por los suelos en esta carrera por la sucesi¨®n de Illgner. Fue un momento para medir la fibra del Madrid, que reaccion¨® con poder¨ªo, sin dar tregua a un rival que en algunos asuntos retrataba los viejos defectos del equipo de Toshack. El Oporto desconoce cualquier sentido de la presi¨®n, carencia que Ra¨²l y McManaman aprovecharon a su antojo para moverse entre las l¨ªneas defensivas.
REAL MADRID 3
OPORTO 1Real Madrid: Bizarri; Salgado, Hierro, Julio C¨¦sar, Roberto Carlos; McManaman (Seedorf, m. 58), Helguera (Sanchis, m.85), Redondo, Savio (Etoo, m.90); Morientes y Ra¨²l. Oporto: Vitor Ba¨ªa; Secretario, Jorge Costa, Argel, Esquerdinha; Peixe, Deco, Chainho (Rubens Junior, m. 58); Capucho (Alessandro, m.50), Jarde y Drulovic (Miki, m.87). Goles: 1-0. M. 23. Helguera pica en profundidad para Ra¨²l, que toca de primera hacia Morientes para que marque a placer. 1-1. M. 24. Deco cuelga sin peligro desde la derecha, Bizarri falla en el blocaje y deja el bal¨®n suelto a Jardel, que no perdona. 2-1. M.37. C¨®rner pasado desde la izquierda, Julio C¨¦sar cabecea en corto, Morientes taconea y Helguera marca. 3-1. M.67. Hierro, de penalti cometido por Peixe sobre Roberto Carlos. ?rbitro: Collina (Italia). Amarilla a Secretario, Jorge Costa, Julio C¨¦sar, Hierro. 35.000 espectadores en el Bernab¨¦u. Liga de Campeones. Tercera jornada. Grupo E.
Las llegadas del Madrid al ¨¢rea portuguesa fueron frecuentes y da?inas. Desde el principio del encuentro. No es que el Madrid declarara la tercera guerra mundial, pero se apreciaba una intensidad desconocida en los ¨²ltimos partidos. El uso de los lados fue constante, especialmente por el de Savio, que puso a Secretario en graves dificultades, nada nuevo por otra parte. Secretario pas¨® un calvario, con una tarjeta temprana y al borde de la eliminaci¨®n en cada regate de Savio.
Aunque el Madrid cometi¨® el mismo error que el Oporto -el desconocimiento de lo que significa la presi¨®n como m¨¦todo-, su poder¨ªo es infinitamento superior al del equipo portugu¨¦s, pulcro con el bal¨®n y poco m¨¢s. Lo ¨²nico que le falt¨® al Madrid fue poner en el marcador la distancia que se apreci¨® en el juego. No hizo un partido extraordinario, pero el embri¨®n esperanzador estaba all¨ª. Para empezar, la alineaci¨®n parec¨ªa la m¨¢s adecuada a lo que necesita el equipo. A partir de ah¨ª queda el trabajo de organizarlo en el aspecto defensivo, asignatura que no aprueba el Madrid desde hace demasiado tiempo. Sus dudas dieron algo de vida al Oporto, capaz de armar sus pacientes ataques con poca oposici¨®n.
El tanto de Morientes reflej¨® la situaci¨®n del partido, muy c¨®modo para el Madrid en el arranque. Fue un gol con mucha geometr¨ªa, de l¨ªneas rectas y delicadas. Helguera le pas¨® con precisi¨®n a Ra¨²l, que ley¨® el desmarque de Morientes y le entreg¨® el bal¨®n con delicadeza. Morientes no fall¨®. En el ¨¢rea es una garant¨ªa. La gente celebr¨® el gol con doble entusiasmo, por la ventaja y porque acreditaba el buen f¨²tbol de su equipo. Eran los mejores minutos de Helguera, convencido por fin del destacado papel que debe interpretar en su equipo. Se movi¨® en el centro del campo con soltura, pujanza y buen criterio. Helguera encontr¨® la ayuda de Ra¨²l, menos activo de lo habitual pero siempre ingenioso en sus soluciones, y de McManaman, uno a quien le importa poco el esquematismo actual. McManaman toma su posici¨®n de interior derecho como una referencia, como un punto de partida para barrer todo el frente de ataque. Su actividad conviene al Madrid, porque el jugador ingl¨¦s juega al viejo pass and run, tocar y moverse. Suficiente para generar confusi¨®n en las l¨ªneas enemigas y ofrecer l¨ªneas de pase a su gente.
El encuentro estaba preparado para una sencilla victoria del Madrid, pero Bizzarri se empe?¨® en lo contrario. Un minuto despu¨¦s del gol de Morientes, se comi¨® un centrito ante el estupor general y la satisfacci¨®n de Jardel, que se encontr¨® con el bal¨®n y lo dej¨® en la red. Se abrieron apuestas sobre la reacci¨®n del Madrid. Pod¨ªa pensarse en un desplome, pero sucedi¨® lo contrario. Actu¨® con arrebato y puso a prueba a V¨ªctor Ba¨ªa, encantado de lucirse ante los fot¨®grafos. No hay una palomita que no le guste. No consigui¨® lucirse en el segundo tanto, con Helguera de autor. No se ve¨ªa otra cosa que la victoria del Madrid, a pesar de las distracciones que cometi¨® en algunas fases del segundo tiempo. Volvi¨® el Madrid comod¨®n, el que juega al paso y da cuartel al adversario. El Oporto no se aprovech¨® de esta situaci¨®n y sigui¨® al tran tran, sin capacidad para acelerar y sorprender. Entre unas cosas y otras, el segundo tiempo apenas dej¨® otro asunto rese?able que el tercer gol, la lesi¨®n de McManaman y el ingreso de Seedorf. Hubo plebiscito y lo gan¨® el jugador holand¨¦s, que fue recibido entre ovaciones. Lo dem¨¢s deriv¨® hacia el tr¨¢mite. Lo verdaderamente noticioso hab¨ªa ocurrido antes, en el primer tiempo, donde el Madrid apunt¨® el juego que se espera de un equipo con excelentes futbolistas.
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