La semilla del nogal
Un documento requisado por la polic¨ªa en mayo de 1992 al registrar el domicilio de un dirigente del sindicato abertzale LAB resum¨ªa las conversaciones mantenidas entre sendas delegaciones del PNV y de HB y reproduc¨ªa un supuesto comentario de Arzalluz sobre la divisi¨®n de trabajo dentro de la familia nacionalista: "Unos [los radicales] sacuden el ¨¢rbol, pero sin romperlo, para que caigan las nueces y otros [los moderados] las recogen para repartirlas". Sin duda, la fuente que atribu¨ªa al presidente del PNV esas ominosas palabras parece menos fiable que Financial Times; cierta o ap¨®crifa, en cualquier caso esta par¨¢bola tan poco evang¨¦lica, que recomienda varear el nogal con goma 2 y recolectar luego los frutos con la tolerancia de gobiernos intimidados, puede extenderse tambi¨¦n a la siembra de su semilla. La actitud de comprensi¨®n hist¨®rica, justificaci¨®n pol¨ªtica o condena con la boca chica de la kale borroka manifestada por los actuales dirigentes mayoritarios del PNV no hace sino incubar -como sucedi¨® durante la Rep¨²blica de Weimar con el nazismo- el huevo de la serpiente; el rebrote el pasado fin de semana de esa violencia organizada confirma su car¨¢cter end¨¦mico. Desde el alto el fuego declarado por ETA hace un a?o, los ataques lanzados por las tropas de choque juveniles del nacionalismo radical contra personas, establecimientos comerciales y viviendas particulares en el Pa¨ªs Vasco toman como blanco selectivo a los cargos p¨²blicos, militantes y simpatizantes del PP y del PSOE; la agresi¨®n sufrida anteayer por Mikel Muez, corresponsal del diario EL PA?S en Pamplona, muestra que los periodistas de los medios de comunicaci¨®n independientes, objeto desde hace tiempo de las intimidaciones de la familia nacionalista, ya forman parte de esa lista negra. Los actuales dirigentes del PNV -con Arzalluz y Egibar a la cabeza- restan importancia a la kale borroka, piden paciencia a sus v¨ªctimas y se irritan con las protestas de los vascos que no se resignan a la idea de seguir malviviendo bajo esa amenaza: ETA no asesina desde hace 15 meses y el terrorismo de baja intensidad -argumentan- todav¨ªa no ha causado muertos. Se tratar¨ªa s¨®lo de los ¨²ltimos coletazos de una violencia con varias d¨¦cadas de historia: un tren no puede ser parado en seco sin peligro de descarrilamiento y debe ir reduciendo su velocidad paulatinamente. Cabe preguntar, sin embargo, si Arzalluz y Egibar mostrar¨ªan esa franciscana actitud si los chicos de la gasolina atacasen tambi¨¦n las sedes del PNV y agredieran a sus militantes, tal y como ocurr¨ªa antes de que el nacionalismo moderado hiciese suyas -al firmar el Pacto de Estella- las metas de territorialidad y soberan¨ªa reivindicadas por ETA; esto es, la unificaci¨®n y la independencia de Euskadi, Navarra y el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s. La insensibilidad moral de los nacionalistas moderados -a salvo de cualquier amenaza personal- con los militantes del PP o del PSOE y con los periodistas elegidos como blanco de los atentados del nacionalismo radical marcha en paralelo con la hip¨®crita actitud de culpabilizarles de sus propios males. El col¨¦rico discurso pronunciado el pasado domingo en las campas alavesas de Salbur¨²a por un Arzalluz penosamente disfrazado de mendigoxale ratific¨® el mensaje que el presidente del PNV viene lanzando desde hace un a?o: los populares y los socialistas vascos agredidos por los nacionalistas radicales se lo tienen bien merecido; y continuar¨¢n padeciendo por culpa suya id¨¦ntica suerte hasta que el Gobierno y el Congreso de los Diputados tengan a bien capitular ante las exigencias nacionalistas del programa de Estella.
Tambi¨¦n los profesionales de los medios de comunicaci¨®n independientes amenazados por el terrorismo de baja intensidad ser¨ªan los ¨²nicos responsables de sus males. De creer a Egibar, los peri¨®dicos y las radios de ¨¢mbito vasco -salvo Deia, Gara y las emisoras bajo control nacionalista- sabotean con sus informaciones y sus opiniones el proceso de pacificaci¨®n iniciado en Estella. La perversa estrategia de esos medios les lleva a incluir en sus p¨¢ginas y sus espacios las declaraciones y los art¨ªculos de dirigentes nacionalistas discrepantes -como el ex lehendakari Ardanza y el ex consejero Joseba Arregi- con la alianza estrat¨¦gica entre el PNV y el nacionalismo radical; unos dirigentes amenazados el pasado domingo por un tronitonante Arzalluz con la expulsi¨®n a las tinieblas exteriores si persisten en su heterodoxa pretensi¨®n de ejercer la libertad de expresi¨®n para llevarle la contraria, pensar por su cuenta y comunicar a la sociedad sus ideas.
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