Un juez condena al Ayuntamiento a hacer un contrato indefinido a 10 profesores de adultos
Tantas veces les contrataron y les despidieron en los ¨²ltimos ocho a?os que el juez cree que merecen el puesto de trabajo. Por lo menos, hasta que el Ayuntamiento de Madrid cubra el puesto convocando oposiciones. Diez profesores contratados por el Ayuntamiento en 1991 para dar clases a analfabetos han ganado en los tribunales su pugna con el Consistorio, a pesar de que eran aut¨®nomos. El juez considera que el Ayuntamiento era su "empleador" y que recib¨ªan un "salario", aunque el Consistorio intentara "disfrazarlo" de "arrendamiento de servicios".
En 1991, el Ayuntamiento insert¨® un anuncio en la prensa donde reclamaba "profesores titulados en EGB para impartir clases, desde alfabetizaci¨®n hasta graduado escolar, a personas adultas". Se ofrec¨ªa contrato de prestaci¨®n de servicios como aut¨®nomos, lo que obligaba a los interesados a darse de alta en el Impuesto de Actividades Econ¨®micas (IAE). Y as¨ª comenzaron a trabajar 11 profesores. En aulas distribuidas por todo Madrid impartieron sus ense?anzas a personas analfabetas durante los ¨²ltimos ocho a?os. Cada a?o, unas 600 personas pasaban por estas aulas para aprender a leer, escribir y matem¨¢ticas elementales.Seg¨²n la sentencia, los docentes trabajaron siempre en "las dependencias indicadas por el Ayuntamiento, con sujeci¨®n al horario indicado por dicho centro". Adem¨¢s, "era el Ayuntamiento o los centros dependientes de ¨¦l quienes establec¨ªan la programaci¨®n escolar, la asignaci¨®n de alumnos o el material escolar".
Ocho a?os despu¨¦s, los profesores reclamaron al Ayuntamiento que les reconociera su "derecho a ostentar la condici¨®n de personal laboral fijo discontinuo", pero el Consistorio se neg¨® con el argumento de que la relaci¨®n laboral con los trabajadores estaba sujeta a un contrato mercantil. ?ste se daba, adem¨¢s, por concluido cada final de curso.
En febrero pasado, los profesores acudieron al Juzgado n¨²mero 2 de lo Social. El magistrado ha fallado ahora que "la actividad desarrollada por los demandantes no puede considerarse una prestaci¨®n" laboral, sino "un trabajo espec¨ªfico". "Y es posible que dicha tarea docente de alfabetizaci¨®n y educaci¨®n de adultos no sea una actividad esencial y necesaria a los entes municipales, pero lo cierto es tambi¨¦n que el Ayuntamiento decidi¨® en su d¨ªa ofrecer este servicio a los ciudadanos. Por ello, se acudi¨® a la contrataci¨®n, que se ha desarrollado durante m¨¢s de ocho a?os", por lo que puede calificarse de "permanente, regular, habitual y reiterada por el Consistorio".
El juez va, incluso, m¨¢s all¨¢ en sus argumentaciones. "No se trata de que el Ayuntamiento haya contratado los servicios de un profesional liberal para la prestaci¨®n de una actividad puntual, sino que ha contratado los servicios de los demandantes para una actividad continuada, regular, reiterada y habitual, asumida como propia por el Ayuntamiento, del mismo modo que cuando ofrece a los ciudadanos ancianos o inv¨¢lidos el servicio de ayuda a domicilio o el servicio de informaci¨®n tur¨ªstica".
Adem¨¢s, seg¨²n la sentencia, "los alumnos acud¨ªan a las dependencias municipales para recibir clases, y como usuarios de un servicio p¨²blico municipal, no como personas particulares que hubiesen contratado unos servicios profesionales. Los demandantes no eran -no son- profesores particulares que cobran unos honorarios de los alumnos, sino una remuneraci¨®n del Ayuntamiento".
Uno de los profesores denunci¨® ayer que, a pesar de la sentencia, el Ayuntamiento se niega a devolverles su plaza y que, incluso, ha sacado a oferta p¨²blica sus puestos para que ¨¦stos sean cubiertos por una contrata. La concejal de Educaci¨®n, Mar¨ªa Jes¨²s Fraile, no respondi¨® ayer a la llamada de este peri¨®dico, pero s¨ª reclam¨® la sentencia "para estudiarla".
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