El Gobierno s¨®lo ha podido sancionar a siete de las 200 empresas sospechosas de arrojar vertidos

El n¨²mero real es mucho mayor, pero la falta de pruebas hace imposible la denuncia. En lo que va de a?o, el Gobierno vasco ha investigado a 200 empresas sospechosas de verter sustancias contaminantes a los r¨ªos. Sin embargo, s¨®lo ha podido sancionar a siete. El pasado a?o, el n¨²mero de expedientes sancionadores lleg¨® a 12 y en 1997 se bati¨® el r¨¦cord con un total de 40. Para el Ejecutivo la disminuci¨®n se debe al mayor control oficial, la mayor concienciaci¨®n empresarial y la posibilidad que tienen las compa?¨ªas de acogerse a ayudas para reconversi¨®n de residuos.

Cientos de peces muertos, aguas fluviales espumosas o de colores sospechosos son algunos de los s¨ªntomas que revelan que los r¨ªos contienen sustancias contaminantes. Aunque este tipo de desastre ecol¨®gico no se debe siempre a vertidos de empresas, mayoritariamente son las f¨¢bricas las principales causantes. De lo que no hay duda es de que los vertidos t¨®xicos son los m¨¢s da?inos: el mercurio y el zinc, entre otros. As¨ª lo constata Jon Buesa, director de Aguas del Departamento de Obras P¨²blicas. En su libro de registros, recoge que en lo que va de a?o su consejer¨ªa ha abierto siete expedientes sancionadores, por debajo de los doce de 1998 y hasta 33 menos que en 1997. "A partir de este a?o [1997] se dio un gran impulso. Se elabor¨® un plan de saneamiento, hubo m¨¢s vigilancia y tambi¨¦n m¨¢s concienciaci¨®n de las empresas. ?stas empezaron a recibir subvenciones para reconvertir los residuos contaminantes", argumenta Buesa para justificar la diferencia de cifras. En menor medida, tambi¨¦n la Ertzaintza recibe denuncias de vecinos en sus dependencias. Desde enero, ha tramitado tres por vertidos en cauces fluviales, dos de ellas en Vizcaya y la otra en Guip¨²zcoa. La primera se registr¨® el 4 de junio como consecuencia de la contaminaci¨®n t¨®xica en un riachuelo de Zar¨¢tamo (Vizcaya). Pocos d¨ªas despu¨¦s, recibi¨® una queja por la existencia de restos fecales en un regato que desemboca en la playa Atxiribil de Sopelana. La ¨²ltima fue el 15 de agosto en Guip¨²zcoa por el vertido de combustible al r¨ªo Oiartzun de Renter¨ªa: murieron peces y patos. En 1988, las denuncias fueron s¨®lo dos, seg¨²n datos proporcionados por la oficina de prensa del Departamento del Interior. Una vez que se pone en marcha la investigaci¨®n es el servicio de Montes de las Diputaciones el encargado de comprobar y recoger muestras en aquellos cauces donde se han localizado sustancias contaminantes. Aunque siempre hay responsables. Pillar en flagrante delito al autor del vertido no parece tarea sencilla. Suele ocurrir que sus fatales consecuencias se presentan lejos de su lugar de origen. Excepcionalmente, existen testigos oculares. "Los grupos ecologistas y la sociedad en general creen que ocultamos a los responsables, pero nada m¨¢s lejos de nuestra intenci¨®n. Nosotros somos los primeros interesados en denunciar a los que provocan los vertidos. Pero se necesita una serie de pruebas que no siempre tenemos", aduce el director de Aguas ante el bajo n¨²mero de expedientes sancionadores impuesto por el Gobierno vasco. Cuando las denuncias prosperan, las multas oscilan entre un mill¨®n y 200 millones de pesetas. En casos extremos, se cierra la empresa o los jueces encarcelan a sus responsables, aunque en Euskadi se desconoce este tipo de actuaci¨®n. "El procedimiento es largo y suele terminar en el tribunal de lo Contencioso Administrativo. Pero generalmente acaba resolvi¨¦ndose en contra de la empresa", asegura Buesa. Casos cerrados Los datos parecen darle la raz¨®n. El 100% de los expedientes sancionadores de 1996 se ha resuelto a favor de la Administraci¨®n vasca. De los 40 de 1997 se ha cerrado el 30%, mientras que el resto est¨¢ todav¨ªa pendiente. Y, finalmente, el 90% de de los 12 del a?o pasado est¨¢ cerrado, asegura el director de Aguas. No obstante, todav¨ªa se da la circunstancia de que muchas empresas prefieren seguir arrojando sus vertidos t¨®xicos y arriesgarse a pagar la multa impuesta antes que cambiar de estrategia. "Yo creo que ninguna industria contamina porque quiere. Hay modelos de producci¨®n que han quedado obsoletos y no est¨¢n adaptados tecnol¨®gicamente. Ninguna empresa pude estar vertiendo t¨®xicos y al mismo tiempo querer competir en Europa", resalta Buesa. Finalmente, recuerda que cuatro de las siete empresas sancionadas en 1999 est¨¢n ubicadas en Vizcaya, dos en ?lava y una en Guip¨²zcoa. Y que las zonas m¨¢s contaminados son la del Alto Nervi¨®n, el paso de este r¨ªo por Basauri y la que riega el Oria en Guip¨²zcoa.