Grass gana el Nobel por su forma de dibujar el rostro olvidado de la historia
El escritor, de 71 a?os, dedica el galard¨®n a Heinrich B?ll y ataca a la derecha y a la industria
Alemania dej¨® ayer de lado las pol¨¦micas y cr¨ªticas que tan a menudo provoca G¨¹nter Grass. Todos festejaron el Premio Nobel de Literatura para el autor de El tambor de hojalata. Fiel a s¨ª mismo en las formas y en los contenidos, Grass ni siquiera cancel¨® una cita con el dentista, reaccion¨® con modestia y no se dej¨® arrastrar por la euforia ambiental. En su primera conferencia de prensa, en su despacho de L¨¹beck, cerca de Hamburgo, reiter¨® sus ideas sobre la responsabilidad pol¨ªtica del escritor y la responsabilidad espec¨ªfica de los alemanes para que la historia no vuelva a repetirse.El Nobel fue anunciado en la sede de la Academia Sueca por el nuevo secretario permanente de dicha instituci¨®n, Horace Engdahl, que se?al¨® que el premio era para un autor que "con vivas f¨¢bulas negras ha dibujado el rostro oculto de la historia". La Academia Sueca destac¨® que, cuando G¨¹nter Grass public¨® su primera novela, "fue como si la literatura alemana se beneficiara de un renacimiento, luego de decenios de destrucci¨®n idiom¨¢tica y moral".
Grass, cuya ¨²ltima obra ilustrada por sus propios dibujos lleva por t¨ªtulo Mi siglo, se alegr¨® en su primera intervenci¨®n p¨²blica de ser el ¨²ltimo premio Nobel de este siglo y de haber recibido el galard¨®n ahora que tiene 71 a?os: "Hoy s¨¦ c¨®mo aceptarlo con alegr¨ªa y tranquilidad", dijo el autor, que se sinti¨® "honrado" por la distinci¨®n.
El autor interpret¨® el premio como un reconocimiento a una tradici¨®n literaria de compromiso pol¨ªtico y c¨ªvico, y entonces se acord¨® de sus maestros. Grass afirm¨®: "Seguramente Heinrich B?ll hubiera estado contento con esta elecci¨®n, porque siempre intent¨¦ seguir su tradici¨®n". B?ll (1917-1985) fue el ¨²ltimo escritor alem¨¢n, hasta ayer, galardonado con un Premio Nobel (en 1972). Con Grass, ya son 11 los escritores en lengua alemana galardonados con el Nobel. Adem¨¢s de una tarea literaria, el escritor tiene el deber ciudadano de mezclarse en pol¨ªtica, dijo Grass. "Espero que los j¨®venes autores sigan haci¨¦ndolo en el futuro". Se?al¨® tambi¨¦n que siempre le hab¨ªa atra¨ªdo "escribir dando la cara al presente", y que ve el pr¨®ximo siglo con "curiosidad y preocupaci¨®n". "El peligro at¨®mico est¨¢ descontrolado y la legislaci¨®n va a la zaga de los desarrollos t¨¦cnicos como la ingenier¨ªa gen¨¦tica".
El escritor dijo que siempre hab¨ªa procurado ver la historia desde abajo, y escribir desde la perspectiva de los que son v¨ªctimas y perseguidos. Luego anunci¨® que destinar¨¢ una parte importante de los 960.000 d¨®lares (unos 150 millones de pesetas) del premio a las asociaciones de c¨ªngaros y gitanos, y mostr¨® su preocupaci¨®n por la situaci¨®n de la comunidad gitana de Kosovo. Los alemanes deben seguir enfrent¨¢ndose con su historia, a?adi¨®. "La historia nos persigue hasta hoy y hay que asumirla". El escritor, muy ligado al canciller Willy Brandt en los a?os sesenta y setenta, abandon¨® el SPD en 1992 en se?al de protesta por la pol¨ªtica de asilo de este partido. A pesar de que ha mantenido una relaci¨®n cr¨ªtica con la socialdemocracia, en las elecciones generales de 1998 hizo campa?a por su cuenta a favor de la coalici¨®n rojiverde. Grass apoy¨® la intervenci¨®n militar de la OTAN en Kosovo y ha elogiado a los ministros de Defensa, Rudolf Scharping, y al de Exteriores, Joschka Fischer, por su actuaci¨®n en el conflicto. Grass, que es muy sensible a los problemas de los intelectuales de la ex Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, reconoci¨® que no se han realizado sus esperanzas de que los nuevos l?nder dieran un empuje a la literatura en Alemania. La arrogancia de los alemanes occidentales, se?al¨®, ha hecho que muchos hayan enmudecido, aunque opin¨® tambi¨¦n que la literatura se puede desarrollar a partir de estas rupturas y heridas.
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