PAT? DE CAMPA?A Espect¨¢culo incluido AGUST? FANCELLI
Cari?o, esta noche salimos a cenar. Nada de La Balsa o el Tragaluz. Vamos a un sitio nuevo: a La Farga de L"Hospitalet. ?No has o¨ªdo hablar de ¨¦l? Pues tiene su miga. Los socialistas celebran muy a menudo sus fiestorras en este lugar. De hecho se trata de una cena con Pasqual Maragall. No, tranquila, ¨¦sta no es a 100.000 cucas. No es con empresarios, sino con obreretes. Sindicalistas y sindicalistos llegados de toda Catalu?a. 2.000 por barba el vale. Y no te creas: de primero, pi?a con jam¨®n. De segundo, ternera con salsa y ciruelas. Y de postre, tartaleta de vainilla y chocolate. Para beber, rosado Vi?a Ventera de Castellbisbal y agua del valle de Card¨®, Benifallet. Dejadas por encima de las mesas, unas socorridas bolsitas de patatas fritas La Vallesana, anticolesterol, que la verdad es que se demostraron muy ¨²tiles para matar el apetito, pues pese a que la cena estaba convocada a las nueve de la noche, hasta pasadas las diez no hubo quien probara bocado. Bueno, s¨ª lo hubo: un se?or de edad, tocado con boina y situado muy lejos de la mesa presidencial, estaba d¨¢ndole a la ternera a las 21.15 en punto. "Mire, qu¨¦ quiere que le diga, es que yo en casa ceno a las nueve y no veo por qu¨¦ tengo que esperar", me hizo saber. Me parece muy razonable. El primero en llegar fue el alcalde de Barcelona, Joan Clos, poco despu¨¦s de las nueve de la noche. Lo hizo discretamente, a su manera, repartiendo manos de forma tranquila. De m¨²sica de fondo sonaba Serrat. No tuvimos ingreso triunfal hasta las 21.25 horas. De repente se apagaron las luces, unos ca?ones de discoteca se pusieron a marear la perdiz y la voz tr¨¦mula de Serrat cedi¨® la ac¨²stica a un ritmo trepidante: puro fusi¨®n, mestizaje y tal, t¨² ya me entiendes. Era Josep Borrell, tan pimpante como siempre, con aspecto de reci¨¦n duchado. Jes¨²s, la de se?oras por metro cuadrado que se le llegan a acercar a este hombre. Diez minutos m¨¢s tarde, la megafon¨ªa anunciaba la llegada del l¨ªder de Iniciativa per Catalunya, Rafael Rib¨®, quien por cierto llevaba chiste preparado para cuando tom¨® la palabra tras el ¨¢gape. Dijo que si otros precisan sentar a un sindicalista a su mesa para darse pisto, ¨¦l quiere sentarlo en una consejer¨ªa. As¨ª de lanzado. Y Pasqual Maragall, ?a qu¨¦ hora lleg¨®? A las 21.58 horas. Por entonces, el se?or de la boina hab¨ªa dado cuenta de la tartaleta y ya mascaba un mondadientes. Acompa?ado por su esposa, Diana Garrigosa, el candidato se abri¨® paso entre c¨¢maras hasta la mesa presidencial. Una vez all¨ª, comoquiera que no ve¨ªa al personal que le aplaud¨ªa, se puso a dar saltitos al modo de la designaci¨®n ol¨ªmpica, aunque esta vez no llevaba el loden. En fin, cari?o, que por 2.000 pesetas tienes cena con espect¨¢culo incluido. Desde los tiempos de los hermanos Ribas en La Scala que no se ve¨ªa algo as¨ª. Palabra.
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