Inflaci¨®n para Rato

Las medidas adoptadas ayer por el Consejo de Ministros para controlar la inflaci¨®n, englobadas bajo el pomposo enunciado de "Real Decreto Ley de medidas de liberalizaci¨®n, reforma estructural e incremento de la competencia en el sector de hidrocarburos", traslucen la renuncia del Gobierno a actuar de manera firme contra el desbocamiento de los precios en Espa?a, que ha llevado la tasa de inflaci¨®n al 2,4% anual. En realidad, la ¨²nica medida efectiva del ¡§decreto es la rebaja del precio de la bombona de butano en 198 pesetas, por el expeditivo procedimiento de reducir el IVA aplicable del 17% al 6% y eliminar el impuesto especial que pesa sobre la bombona. Esta rebaja, junto con la congelaci¨®n efectiva del precio durante un a?o, contribuir¨¢ a bajar el IPC en apenas una d¨¦cima, seg¨²n estimaci¨®n del vicepresidente econ¨®mico, Rodrigo Rato. Parece un resultado muy pobre si se tiene en cuenta que la econom¨ªa espa?ola tiene una tasa de inflaci¨®n que dobla la media europea y es cuatro veces superior a las de Francia o Alemania. Con el agravante de que esa d¨¦cima de recorte se consigue bajando impuestos, cuando est¨¢ claro que el problema de los precios de la energ¨ªa no est¨¢ precisamente en la carga fiscal que soportan.El Decreto-Ley incluye otras medidas de liberalizaci¨®n cuyo efecto deflacionista va a ser tan leve que es dif¨ªcil tomarlas en serio. Sobre todo cuando se supone que forman parte de un paquete de medidas urgentes contra la inflaci¨®n. Los carteles informativos en las autopistas, los concursos para la construcci¨®n de nuevas gasolineras o la entrada de nuevos grupos comercializadores en el mercado del gas natural son disposiciones que de tener alg¨²n efecto lo tendr¨ªan a medio plazo. Es una incoherencia grave tratar un problema agudo de inflaci¨®n, cuyos efectos sobre el sector exterior y sobre las rentas tienen una gravedad inmediata, con liberalizaciones tan exiguas y discutibles.

Hay que preguntarse con preocupaci¨®n por qu¨¦ el Gobierno se muestra tan reticente a tomar medidas de liberalizaci¨®n aut¨¦ntica de los mercados de servicios, que han lastrado pesadamente el IPC en los ¨²ltimos a?os. Es inexplicable tambi¨¦n que la lucha contra la inflaci¨®n se reduzca hasta ahora a recortes oportunistas de impuestos en los combustibles, cuando adem¨¢s existe un amplio abanico de sectores que merecer¨ªan un despliegue de medidas antiinflacionistas eficaces. Como, por ejemplo, el de las telecomunicaciones, los servicios tur¨ªsticos, o el del transporte. Con medidas tan triviales como las anunciadas ayer, que transmiten a la sociedad el mensaje de que el Gobierno ha tirado la toalla en el frente antiinflacionista, la econom¨ªa espa?ola parece condenada a sufrir durante tiempo indefinido un elevado diferencial de precios con sus socios europeos. La balanza comercial pagar¨¢ las consecuencias.