Espa?a se prepara para duplicar su inmigraci¨®n en los pr¨®ximos tres a?os
El Gobierno organiza por primera vez la llegada de extranjeros para trabajar como temporeros
El Gobierno abre las fronteras a la inmigraci¨®n organizada. Acaba de firmar un acuerdo con Marruecos para regular la entrada de temporeros y prepara convenios similares con Ecuador, Colombia, Mali, Rumania y Polonia. Los empresarios agrarios y de la construcci¨®n demandan anualmente 300.000 empleos que la mano de obra nacional no cubre. Los nuevos inmigrantes que llegar¨¢n a Espa?a lo har¨¢n con todas las garant¨ªas, ajenos a las actuales mafias de traficantes de hombres. De seguir la econom¨ªa nacional su ritmo ascendente, empresarios y t¨¦cnicos de la Administraci¨®n calculan que Espa?a duplicar¨¢ en el pr¨®ximo trienio el mill¨®n de inmigrantes acumulado en los ¨²ltimos 15 a?os.
Espa?a facilitar¨¢ el visado, financiar¨¢ el transporte y el alojamiento y garantizar¨¢ atenci¨®n sanitaria y condiciones laborales pactadas en convenio. A cambio, los marroqu¨ªes menores de 45 a?os contribuir¨¢n a salvar las cosechas del sureste espa?ol. Su estancia no podr¨¢ superar los nueve meses, renovables cada a?o. ?stas son algunas de las condiciones del acuerdo firmado el pasado jueves en Madrid entre el ministro de Empleo y Asuntos Sociales, Manuel Pimentel, y el titular marroqu¨ª de Empleo y Desarrollo Social, Khalid Alioua, por el que Espa?a organiza por vez primera su inmigraci¨®n exterior."Es s¨®lo un primer paso, trascendental para nosotros, que hemos sido emigrantes hasta antes de ayer", dijo Pimentel. "Garantiza la dignidad de nuestros trabajadores y alivia la pobreza que nos lleva a las pateras", rubric¨® Alioua. Ninguno facilit¨® cifras. ?stas depender¨¢n de las necesidades concretas -los contratos de trabajo han de ser necesariamente nominales- de los empresarios espa?oles, que han comenzado ya el recuento provincia a provincia. Las organizaciones Asaja (Asociaci¨®n de J¨®venes Agricultores) y COAG (Confederaci¨®n de Organizaciones Agrarias y Ganaderas) calculan un d¨¦ficit anual de 350.000 empleos, parte del cual se cubrir¨¢ con temporeros espa?oles, una especie laboral en v¨ªas de extinci¨®n. El acuerdo no se limita a Marruecos. Le seguir¨¢n otros con Ecuador, Colombia, Mali, Rumania y Polonia, entre otrios, sobre el modelo firmado el pasado jueves con Marruecos. De esta forma contribuir¨¢ Espa?a al reparto de cargas de la UE, que estrenar¨¢ milenio con 25 millones de extranjeros, el equivalente a la poblaci¨®n de B¨¦lgica y Holanda.
?xodo imparable
"El ¨¦xodo del Tercer Mundo a Occidente es imparable, porque el hambre no conoce fronteras. Tenemos que prepararnos para un futuro que ya ha llegado", asegura el director general de Pol¨ªtica Interior, Jos¨¦ Ram¨®n ?nega.Espa?a cuenta ahora con 800.000 inmigrantes reconocidos y alrededor de 200.000 sin papeles. La mayor¨ªa lleg¨® con pasaportes falsos, agazapados en las bodegas de los barcos, cruzando a ciegas las monta?as de Ceuta y Melilla o arriesgando su vida en el Estrecho. Muchos se encuentran ya dentro de la ley gracias a los cupos y contingentes convocados cada a?o. Otros contin¨²an sobrevivendo como pueden.
Durante los primeros meses -en ocasiones, los primeros a?os- se acogen a la caridad de los campos de acogida o los albergues de las siete ONG subvencionadas cada a?o con 1.254 millones de pesetas. Ellos les proporcionan el alimento: un desayuno de t¨¦, caf¨¦ con leche y pan; dos bocadillos para pasar el d¨ªa y una cena s¨®lida, el mismo rancho que se sirve en los cuarteles. Algunos asisten a clases de espa?ol o tratan de aprender un oficio en los centros de voluntariado. Otros limpian parabrisas, venden pa?uelos o peri¨®dicos o extienden la mano en busca de limosna.
De cuando en cuando las ONG les llaman para trasladarles a cualquier punto de Espa?a donde se necesitan temporeros. Sus condiciones de vida quedan entonces en manos del empleador. A veces, todo va bien; en otras ocasiones se les proporciona una estancia en el infierno. Como le ocurri¨® al congole?o E. U., que lleg¨® a Espa?a con el pasaporte de uno de sus alumnos y y recuerda con horror que fue tratado "como una bestia". "Viv¨ªamos en barracones h¨²medos donde chorreaban goteras. Sin mantas ni estufas. Todos enferm¨¢bamos. Yo contraje lumbalgia cr¨®nica. Otros, bronquitis y pulmon¨ªa", se lamenta este maestro de 36 a?os que lleva cuatro a la espera de papeles para trabajar fuera del circuito clandestino. "Cuando llegamos a Espa?a est¨¢bamos sanos", a?ade. La desgracia de E. S. y de otros como ¨¦l ha llegado a o¨ªdos de muchos. Tal vez por eso la mayor¨ªa de los inmigrantes prefiere limpiar o construir edificios en las grandes ciudades, lo que ha agravado la desasistencia en los cultivos.
Desde hace un par de a?os, los empresarios agr¨ªcolas de C¨¢diz, Ciudad Real y Badajoz tienen que recurrir a los chicos de los institutos para vendimiar. Y tambi¨¦n pasan apuros los vareadores de la aceituna en Ja¨¦n; los recogedores de fresones en Huelva, hortalizas en Murcia, Almer¨ªa, La Rioja y Navarra, o frutales en Catalu?a, Arag¨®n y la Comunidad Valenciana.
CCOO, UGT, Asaja y COAG pidieron ayuda al Gobierno. Un a?o ha durado la negociaci¨®n para fijar la aportaci¨®n econ¨®mica de cada cual: el Gobierno subvenciona a los empresarios y ¨¦stos se comprometen a facilitar para sus empleados extranjeros las mismas condiciones con que Europa acogi¨® en el pasado a los emigrantes espa?oles.
Pedro Barato, presidente de Asaja, y Jos¨¦ Manuel de las Heras, presidente de COAG, aseguran que el empresariado agr¨ªcola est¨¢n "harto" de tener que contratar "ilegales". "Queremos cambiar las pateras por el ferry", dicen. No es s¨®lo por miedo a las multas de la inspecci¨®n de trabajo. Mario Latorre, director general de la Fundaci¨®n Laboral de la Construcci¨®n, a?ade que el problema de la contrataci¨®n de indocumentados aumenta los accidentes. "Acuden a los servicios de urgencia de los hospitales con huesos rotos y dicen que se han ca¨ªdo por las escaleras. Mienten. Se caen del andamio".
El crecimiento del sector demanda 100.000 nuevos empleos anuales, seg¨²n Latorre. Y en el litoral valenciano y catal¨¢n, la falta de peones comienza a ser "angustiosa". Javier de la Red, un peque?o constructor de Madrid, est¨¢ acostumbrado a recibir magreb¨ªes, subsaharianos o polacos cuando oferta empleo. "Muchos llegan sin papeles, y no se puede hacer nada". ?stos acaban limpiando edificios en situaci¨®n a¨²n m¨¢s precaria. Al congole?o E. U. le han estafado muchas veces. "Trabajas y no te pagan porque saben que no puedes recurrir. Tienen que ayudarnos".
Los empresarios han tomado la iniciativa. Y el Gobierno quiere consensuar la nueva Ley de Extranjer¨ªa para que sean ciudadanos de pleno derecho."S¨®lo cerraremos las fronteras a la inmigraci¨®n clandestina. A la legalizada", dice el director general de Pol¨ªtica Interior, "la necesitamos".
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