La frontera de las tres lenguas
Arag¨®n implantar¨¢ asignaturas optativas de catal¨¢n y aragon¨¦s en las poblaciones biling¨¹es
En Arag¨®n se puede escuchar a los vecinos de un pueblo hablar en catal¨¢n, y a los de la localidad de al lado, en aragon¨¦s. Se trata de poblaciones que se encuentran en la frontera dibujada desde los Pirineos hasta el Delta del Ebro. El 10% de los habitantes de Arag¨®n (1.126.000) habla espa?ol y catal¨¢n o espa?ol y aragon¨¦s, pero la ense?anza de estas lenguas s¨®lo existe como asignatura extraescolar. El Gobierno regional quiere implantarlas como asignaturas optativas dentro del horario lectivo en las poblaciones biling¨¹es. Ahora se ense?a catal¨¢n en 40 localidades, y aragon¨¦s, en cuatro.
"Me gusta el catal¨¢n. Es la lengua que hablo en casa y quiero aprenderla bien". Blanca Cabista? va a cumplir 17 a?os, vive en Mequinenza, un pueblo de la provincia de Zaragoza donde se habla catal¨¢n, y estudia 2? de bachillerato a 17 kil¨®metros, en el Instituto Ram¨®n J. Sender de Fraga.Blanca estudia catal¨¢n desde peque?a, pero lo hace fuera del horario escolar, de dos a tres de la tarde, porque esta lengua, una de las tres que se hablan en Arag¨®n, ni siquiera se ense?a como asignatura optativa en las escuelas de la comunidad. Blanca es una de los 3.413 alumnos que estudian, de forma voluntaria, catal¨¢n. A ellos hay que sumarles los 256 que aprenden aragon¨¦s -una variedad dialectal de las zonas pirenaicas-.
El nuevo Gobierno aragon¨¦s, formado por una coalici¨®n entre el PSOE y el Partido Aragon¨¦s, quiere cambiar esta situaci¨®n. La consejera de Educaci¨®n, Maria Luisa Alejos Pita, est¨¢ empe?ada en atender a una comunidad extensa, diversa y despoblada. Entre sus prioridades est¨¢ incorporar las lenguas y la legislaci¨®n de la comunidad en la parte del curr¨ªculo educativo que la Ley Org¨¢nica de Ordenaci¨®n General del Sistema Educativo (LOGSE) permite organizar a cada comunidad.
Un caso sangrante
El caso del aragon¨¦s es todav¨ªa m¨¢s sangrante que el del catal¨¢n. No hay datos de cu¨¢ntas personas lo hablan pero, como referencia, en el ¨²ltimo padr¨®n, de 1981, figura que 40.000 personas lo entienden, pero pocas lo utilizan. La lengua se qued¨® en los abuelos, en su memoria y en sus narraciones. Los nietos apenas la conocen. El Consello D? Fabla imparte las pocas clases que se dan en las escuelas. Tambi¨¦n ofrece cursos a adultos y realiza una labor de investigaci¨®n que cuenta con escasas adhesiones.El Estatuto de Autonom¨ªa de Arag¨®n reconoce esta realidad ling¨¹¨ªstica y manda proteger a esas lenguas. Toda la poblaci¨®n de la comunidad habla el castellano y alrededor de un 10%, el catal¨¢n o el aragon¨¦s. Seg¨²n el ¨²ltimo censo, realizado en 1991, 70.000 personas son catalanoparlantes, pero a muchas de ellas les cuesta reconocer que su lengua es la misma que se habla en Catalu?a, en el sur de Francia o en comarcas de Cerde?a en Italia.
"Hay un mont¨®n de prejuicios absurdos y por eso no se ha reivindicado masivamente el derecho a conocer nuestras lenguas y a aprenderlas", explica Carmen Alcover, la responsable en el Gobierno de Arag¨®n de la ense?anza de las "modalidades ling¨¹¨ªsticas", como se denominan eufem¨ªsticamente a las lenguas en la comunidad.
Pero parece que esta situaci¨®n no durar¨¢. El n¨²mero dos de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, Jes¨²s Jim¨¦nez, adelanta que es voluntad del Gobierno PSOE-Par crear una unidad espec¨ªfica para esta materia, una unidad de ense?anza a la que va a incorporarse otra de investigaci¨®n para trabajar con la lengua y editar publicaciones. "Se trata de garantizar el derecho de todos", explica Jim¨¦nez. "Esa minor¨ªa debe saber que la lengua es una riqueza y que lo que se habla en casa debe estudiarse en la escuela".
La posibilidad de estudiar catal¨¢n actualmente en la provincia de Huesca est¨¢ cubierta al 100%. Lo mismo ocurre en Zaragoza, pero no en Teruel. Ense?an catal¨¢n 26 profesores en 27 centros oscenses, en ocho de Teruel y en cinco de Zaragoza a 3.413 alumnos en escuelas o institutos donde las asociaciones de padres o la direcci¨®n han decidido incluirlo en la oferta escolar.
Mediante un convenio firmado con el Ministerio de Educaci¨®n en 1984 se crearon plazas de profesores, pero las ayudas para la ense?anza proced¨ªan de la Diputaci¨®n General de Arag¨®n. Eso tambi¨¦n ha cambiado. "El pr¨®ximo curso hay que intentar que ya todos los centros de las comarcas biling¨¹es incluyan en su oferta la ense?anza de la lengua", se?ala Jim¨¦nez. El caso del aragon¨¦s es m¨¢s minoritario: cuatro profesores dan clase en las localidades oscenses de Jaca, Benasque, Biescas y Ainsa a 256 alumnos de 12 pueblos. Los estudiantes han comenzado con normalidad las clases este curso, lo que es una novedad.
Doce a?os de atasco
Este panorama ilustra que la ense?anza de las lenguas en Arag¨®n sigue siendo una asignatura pendiente. Apenas se ha avanzado desde que en 1984 el consejero del primer Gobierno socialista, Jos¨¦ Bada, intent¨® dar un impulso a estas ense?anzas.Despu¨¦s, el Gobierno del PP decidi¨®, en mayo de 1988, adscribir la unidad de ense?anza y difusi¨®n de las lenguas a Patrimonio. El diputado socialista, concejal de Fraga y uno de los miembros de la comisi¨®n creada en las Cortes para defender las lenguas aragonesas, Jos¨¦ Mar¨ªa Becana, dice que ha habido un atasco de m¨¢s de 12 a?os "porque el PP y, en concreto, su ¨²ltimo consejero de Cultura nunca entendieron que la ense?anza de la lenguas era importante y votaron en contra del documento que recog¨ªa la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica de Arag¨®n".
Otro problema lo explica Carmen Alcover: "La vitalidad de una lengua se mide, entre otras razones, por el n¨²mero de publicaciones". S¨®lo se han editado dos textos infantiles: Carlos y Carmeta, en aragon¨¦s, y Josepet i Marieta, en catal¨¢n, en 1987. Los maestros tienen el apoyo de la Escola d?Estiu (Escuela de verano). Como Gemma Torrent, que es de Lleida y lleva cuatro a?os ense?ando en Fraga. Ella cree que la normalidad ser¨¢ total "cuando puedan recibir toda la ense?anza en esa lengua", aunque sabe que no es igual ense?ar catal¨¢n en Fraga, bien comunicado con Catalu?a, que en pueblos como Valderrobres, en Teruel.
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