Constancia de gratitud

Me llega la noticia del fallecimiento cuando estoy participando en un "coloquio hispano-franc¨¦s". Me entristece profundamente que Mariano Rubio nos haya dejado y me apresuro a escribir estas l¨ªneas como homenaje a quien fue durante seis a?os y medio colaborador eficaz y ayuda inestimable en la honrosa responsabilidad de gobernar el Banco de Espa?a.Conoc¨ª a Mariano en los a?os sesenta, cuando desde el banco emisor participaba en los trabajos financieros de la Planificaci¨®n del Desarrollo. Fue nombrado subgobernador en 1977 a instancias de mi predecesor y continu¨® luego conmigo, con dedicaci¨®n y entrega ejemplares. Cuando todos dimitimos de nuestros cargos, en el verano de 1980, a ra¨ªz de la Ley de ?rganos Rectores del Banco de Espa?a, con la que comenzaba la independencia de la instituci¨®n, el presidente Su¨¢rez me ofreci¨® volver a ser gobernador seg¨²n la nueva normativa y no dud¨¦ en proponer a Mariano para que siguiera tambi¨¦n como subgobernador. As¨ª pasamos juntos otros cuatro a?os, entre 1980 y 1984, a?o ¨¦ste en que me sucedi¨® al frente del banco.

Se agolpan en mi memoria muchos momentos de nuestra intensa colaboraci¨®n. Recuerdo en especial su buen juicio, su dedicaci¨®n y su eficacia como elementos que siempre me ayudaron a tomar decisiones dif¨ªciles en el periodo complicado 1978-84. Por eso quiero dejar constancia de mi gratitud por el trabajo ejemplar que en mi tiempo realiz¨® en el Banco de Espa?a el subgobernador Mariano Rubio.

Le vi por ¨²ltima vez el pasado mes de junio y le encontr¨¦ con buen talante y aspecto excelente. Hace pocos d¨ªas supe de su situaci¨®n y acabo de visitarle en su lecho mortuorio. Con enorme tristeza escribo estas l¨ªneas y rindo a Mariano Rubio, mi colaborador, inteligente y eficaz, testimonio de amistad y agradecimiento.