El veto de Francia a la carne brit¨¢nica dispara la tensi¨®n en ambos pa¨ªses

La guerra de la carne entre el Reino Unido y Francia tiene visos de ponerse cada vez m¨¢s al rojo vivo. Nick Brown, ministro brit¨¢nico de Agricultura, ha hecho un curioso llamamiento a la ciudadan¨ªa. Ante la negativa de Francia a autorizar la importaci¨®n de vacuno criado en el Reino Unido, ha animado a sus compatriotas a boicotear los productos galos. Como el gesto no cuenta con la aprobaci¨®n del Ejecutivo laborista, Brown ha recalcado que se trata de una propuesta "personal". El primer ministro, Tony Blair, se ha dirigido por carta al jefe del Gobierno franc¨¦s, Lionel Jospin, para expresarle su convicci¨®n acerca de la validez de las razones jur¨ªdicas del Reino Unido.Brown tiene a la ley de su parte, pero de momento no puede hacer nada m¨¢s que esperar. El organismo cient¨ªfico franc¨¦s encargado de supervisar los productos alimentarios ha calificado de "prematura" la venta de carne de res brit¨¢nica en Francia. Una decisi¨®n que ha favorecido una especie de veto particular contrario a la normativa comunitaria. La UE orden¨® el 1 de agosto el levantamiento del embargo que pesaba sobre las exportaciones de vacuno del Reino Unido, y puede sancionar a los pa¨ªses que no acaten su resoluci¨®n. "La actitud francesa no tiene defensa posible", ha dicho Brown, que tampoco ha podido convencer a Alemania de las bondades de unas terneras oficialmente libres de la enfermedad de las vacas locas.

Para los ganaderos brit¨¢nicos, la hora de las declaraciones de principios ha terminado. A partir del viernes, la rama de la Uni¨®n Nacional que los representa en Devon, Cornualles, Somerset y Dorset tiene previsto impedir la entrada en el pa¨ªs de cualquier producto alimentario franc¨¦s llegado en transbordador a trav¨¦s del canal de la Mancha. "Mi consejo es el siguiente: no compren nada que sea franc¨¦s. D¨¦jenlo en los estantes de los supermercados", ha dicho Richard Haddock, representante de la Uni¨®n en el condado de Devon.

El hecho de que Francia vaya a permitir el paso por su territorio, pero s¨®lo de camino hacia otros pa¨ªses, de cargamentos de vacuno brit¨¢nico no ha hecho m¨¢s que irritar todav¨ªa m¨¢s a los ganaderos que cr¨ªan dichas reses. La Uni¨®n que los agrupa tampoco cree que la propia UE pueda sancionar con prontitud tanto a Francia como a Alemania por su obstinaci¨®n. A corto plazo, el bloqueo de los barcos de carga, presentado como un acto pac¨ªfico, le parece mucho m¨¢s efectivo para recuperar un sector hundido por la lucha contra la epidemia de encefalopat¨ªa espongiforme bovina (EEB).

La negativa francesa a levantar el embargo, negativa reiterada el pasado viernes, puede acarrearle a Par¨ªs la apertura de un procedimiento comunitario de infracci¨®n. Nada dispuesto a consentir que Francia siga desafiando las directrices de Bruselas, el comisario europeo para la Sanidad P¨²blica y la Protecci¨®n de los Consumidores, David Byrne, ha dado al Gobierno franc¨¦s un ultim¨¢tum que expira el 13 de este mes. "Si no se produce ning¨²n movimiento por parte de Francia en los d¨ªas que quedan, yo informar¨¦ al colegio de comisarios, y cabe pensar que se iniciar¨¢ un procedimiento de infracci¨®n", ha indicado.

La amenaza coloca a Par¨ªs en un situaci¨®n embarazosa, porque su postura descansa en el criterio de una treintena de cient¨ªficos de la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria de los Alimentos (AFSSA) que justifican el mantenimiento del embargo invocando razones de precauci¨®n obligada. Cumplir con las instrucciones comunitarias, a despecho del criterio de los cient¨ªficos franceses, ilustrar¨ªa la "sumisi¨®n" a Bruselas de la que tanto hablan los enemigos declarados de la Uni¨®n Europea, y entra?ar¨ªa un esc¨¢ndalo pol¨ªtico de primera magnitud en el caso de que la exportaci¨®n de la carne brit¨¢nica diera lugar a nuevos episodios de contaminaci¨®n.

Por otra parte, el presidente de la Comisi¨®n Europea, Romano Prodi, propuso ayer la creaci¨®n de una agencia europea independiente para el control de los productos alimenticios.