El festival de Sitges abre su programaci¨®n con un fallido filme de David Cronenberg
Se llama algo tan raro como eXistenZ. Es un arduo, barroco y frustrante ejercicio de reflexi¨®n sobre un futuro en el que todos los humanos confundiremos la realidad virtual con la realidad a secas, la vida con el juego. Lo firma un cineasta a menudo tan interesante como el canadiense David Cronenberg. A la pel¨ªcula, m¨¢s que a su creador, en este caso ausente a pesar de que ya hab¨ªa visitado Sitges con anterioridad, le cupo ayer el honor de inaugurar la 32? edici¨®n del festival de Cine de Catalu?a, una edici¨®n llena de inc¨®gnitas por el rumbo que puede tomar.
David Cronenberg, cuando acierta provoca escalofr¨ªos no precisamente superficiales (ah¨ª est¨¢n pel¨ªculas como Videodrome o la reciente Crash para confirmar el aserto), pero cuando yerra es como la espa?ola: yerra de verdad. Como en el caso del filme que abri¨® el festival.En la programaci¨®n a concurso, un racimo de pel¨ªculas de terror, algunas tan prometedoras como The Blair witch project (El proyecto de la bruja de Blair), de los debutantes Daniel Myrick y Eduardo S¨¢nchez, pero la mayor¨ªa desconocidas, augura un festival con abundantes emociones hemoglob¨ªnicas.
Poco hab¨ªa programado ayer para llevarse a los ojos en esta oto?al edici¨®n del entra?able festival. S¨®lo el filme de Cronenberg, al que no se puede objetar el actuar como maestro de ceremonias, a pesar del riguroso varapalo cr¨ªtico que recibi¨® en la pasada edici¨®n del Festival de Berl¨ªn, donde se dio a conocer en Europa: conviene recordar que, no hace muchos a?os, Sitges inaugur¨® su festival con aquella perla negra llamada Soldado universal, de glorioso recuerdo. Sin detenerse en exceso en el filme de Cronenberg -al fin y al cabo, se estrenar¨¢ comercialmente ma?ana-, una primera visi¨®n de la programaci¨®n arroja la repetici¨®n de algunos viejos vicios suburenses, entre ellos, una inflaci¨®n abusiva de pel¨ªculas, sobre todo si tenemos en cuenta que, como siempre, la organizaci¨®n s¨®lo puede echar mano de tres salas para proyectarlas.
Nada menos que 18 filmes a competici¨®n en la secci¨®n Fant¨¤stic; 17 en la habitualmente interesante paralela Gran Angular (la que integra t¨ªtulos que poco o nada tienen que ver con la antigua especializaci¨®n del certamen); 11 sesiones especiales que rescatan t¨ªtulos en 70 mil¨ªmetros y, deseamos, una buena proyecci¨®n (entre ellos, joyas como Alien, Porgy & Bess y Camelot, junto con curiosidades como la versi¨®n aniversario de La noche de los muertos vivientes, firmada por John Russo, el guionista del filme original, y supervisada por su director, George Romero; m¨¢s el obligado peaje/homenaje al centenario de Hitchcock, en este caso V¨¦rtigo), m¨¢s una proyecci¨®n sorpresa el viernes 15 componen el grueso de la oferta.
Pero a ello hay que agregar, adem¨¢s, una Semana de la Cr¨ªtica especialmente apetitosa para cualquier amante del cine (siete t¨ªtulos), una retrospectiva completa del sanguinolento especialista italiano Dario Argento (15 filmes m¨¢s) y una no menos integral de homenaje a Jacques Demy (13 t¨ªtulos, m¨¢s dos documentales, obra de su ex esposa, Agnes Varda, uno de los escasos nombres conocidos que pasar¨¢n por el evento); tres largometrajes sobre la memoria, integrados en una secci¨®n creada en la pasada edici¨®n y bautizada como Resistencias; siete largometrajes de animaci¨®n, m¨¢s multitud de cortos (en la secci¨®n Anima"t, aunque hay tambi¨¦n una selecci¨®n oficial de cortometrajes a concurso). Y, por si todo esto fuera poco, hay que agregar tambi¨¦n la multitudinaria (en t¨ªtulos; es de desear que tambi¨¦n en p¨²blico) programaci¨®n dedicada al Audiovisual catal¨¢n, y el no menos tradicional espacio en v¨ªdeo Brigadoon, que continuamente proyecta pel¨ªculas antiguas.
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