Los equipos de rescate temen que haya m¨¢s de cien muertos en el accidente de Londres
La verdadera escala de la tragedia ferroviaria que desde el martes conmociona al Reino Unido segu¨ªa ignor¨¢ndose anoche ante la imposibilidad de acceder a los restos de vagones aplastados y quemados en el choque cerca de la estaci¨®n de Paddington. Aunque la cifra oficial de muertos segu¨ªa siendo de 28, la existencia de 170 personas desaparecidas hac¨ªa temer que las v¨ªctimas mortales rondaran el centenar. Responsables policiales hablaban ya de 70 muertos y dos centenares de heridos. Esta tragedia cuestiona la eficiencia del control gubernamental sobre la seguridad en los ferrocarriles brit¨¢nicos.
Visiblemente fatigados, miembros de las brigadas de rescate que intentaban ayer desentra?ar la monta?a de hierros retorcidos formada por los vagones dijeron que la ¨²nica manera de determinar la verdadera magnitud de este segundo desastre ferroviario en dos a?os depende de la velocidad del trabajo de una gigantesca gr¨²a de cien toneladas que ayer por la ma?ana lleg¨® al lugar del siniestro para separar los restos de los vagones en cuyos restos se teme que permanecen a¨²n docenas de cad¨¢veres. Varios edificios cercanos a la v¨ªa que resultaron afectados por la colisi¨®n han sido demolidos a fin de abrir espacio a la gr¨²a y a otros aparatos mec¨¢nicos dedicados a la separaci¨®n de los restos de los trenes.Informes oficiales se?alan ya que el desastre se produjo cuando un tren de la compa?¨ªa privada First Great Western fue embestido frontal y violentamente por la locomotora de la compa?¨ªa de cercan¨ªas Thames Trains minutos despu¨¦s de las ocho de la ma?ana del martes, hora punta del tr¨¢fico ferroviario que transporta diariamente a decenas de millares de trabajadores residentes en la vasta ¨¢rea del Gran Londres y sus zonas de influencia. Ambos maquinistas perecieron instant¨¢neamente y ante la falta de sus testimonios directos se ha alimentado la teor¨ªa de que el accidente fue causado por otro "error humano", como el que hace dos a?os caus¨® la muerte de doce pasajeros en la misma l¨ªnea mientras el conductor se ataba los zapatos en la cabina sin prestar atenci¨®n a los sem¨¢foros que alertaban sobre una l¨ªnea ocupada por otro tren que avanzaba en sentido contrario.
"Los datos que tenemos muestran que las se?ales estaban funcionando y que el First Great Western [procedente de la ciudad de Cheltenahm] ten¨ªa luz verde por lo que la investigaci¨®n se va a centrar en por qu¨¦ la m¨¢quina del Thames [que acaba de salir de la estaci¨®n de Paddington] no se detuvo en el sem¨¢foro en rojo", dijo una portavoz de Railtrack, la compa?ia encargada de las infraestructuras y estaciones de los ferrocarrilles de las islas.
El subjefe de la polic¨ªa londinense Andy Trotter admiti¨® ayer que m¨¢s de 24 horas despu¨¦s del choque no era posible establecer con exactitud el n¨²mero de muertos. El problema principal era la dificultad de desprender los vagones machacados y quemados en cuyo interior se encuentran los restos mutilados o incinerados de los pasajeros del fat¨ªdico viaje a Londres. "El problema con el que tenemos que lidiar es enorme. No va a ser una investigaci¨®n f¨¢cil, mucho menos una veloz tarea de rescate", dijo.
Dos datos reveladores
El debate, junto con las investigaciones preliminares, se aviv¨® anoche cuando surgieron dos datos reveladores: el sem¨¢foro estaba colocado en un lugar de dif¨ªcil visibilidad para los maquinistas. Fuentes ferroviarias declararon a este peri¨®dico que en doce ocasiones en lo que va del a?o se han registrado situaciones de peligro de colisi¨®n por la mala colocaci¨®n del sem¨¢foro. Tambi¨¦n cobraban cuerpo las especulaciones sobre una supuesta falta de comunicaci¨®n entre las estaciones. Los usuarios estaban furiosos. Para ellos es intolerable que ocurran estas cosas, sobretodo en momentos en que el Gobierno de Tony Blair intenta convencer a sus conciudadanos de que abandonen sus coches y utilicen los servicios de transporte ferroviario que fueron privatizados siguiendo las ¨®rdenes de la ex primer ministra conservadora Margaret Thatcher la d¨¦cada pasada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.