AMIGOS Y VECINOS CARLES FLAVI? "Acabo de empezar y todo me sorprende" RAM?N DE ESPA?A
Pregunta. La foto promocional de tu ¨²ltimo espect¨¢culo, El estado del malestar, es realmente impactante. En la playa, tumbado a la bartola, en ba?ador... Francamente, Flavi¨¤, solo te falta rascarte las pelotas...Respuesta. Est¨¢ tomada en el Club Nataci¨®n Barcelona, del que soy socio desde hace un mont¨®n de a?os y en el que paso casi todas las ma?anas. Es un sitio muy relajante en el que siempre hay alguna conversaci¨®n en la que integrarse. Si pones el o¨ªdo, puedes pillar algo de material para la escena... Aunque las mejores cosas que yo he o¨ªdo all¨ª se remontan a los a?os de la transici¨®n, cuando abundaban los socios dados a despotricar y a predecir cat¨¢strofes sociales inminentes...
P. No s¨®lo le echas narices a la hora de posar. Meterse a humorista a los 50 a?os tiene bemoles...
R. Algo hab¨ªa que hacer para comer...Yo hab¨ªa tenido algunos bares de fortuna desigual y el ¨²ltimo, el Nitsa, iba fatal... Es cierto que llevaba tiempo escribiendo cosas y que me apetec¨ªa subirme a un escenario para soltarlas, pero no acababa de reunir el valor necesario. As¨ª que, cuando me qued¨¦ en la calle, me dije: ahora o nunca. Me ofrecieron largar los lunes en la Bodega Bohemia, acept¨¦ y ya ves, aqu¨ª me tienes convertido en humorista...
P. Hambre no ibas a pasar. Tu novia, Luci, que antes lo fue de tu amigo Pepe Rubianes, tiene un bar: nunca te habr¨ªan faltado un bocadillo y un bocata...
R. S¨ª, t¨ªo, pero ¨¦sa no es manera de ir por el mundo...
P. Yo creo que tu carrera de entertainer se remonta a mucho tiempo atr¨¢s. ?Recuerdas aquella tarde en que nos est¨¢bamos inflando a copas con Sisa en un bar del Eixample y, de repente, te tuviste que ir a decir misa?
R. ?C¨®mo olvidarla!
P. Aunque ten¨ªa que hacer grandes esfuerzos para no caerme del banco de la iglesia, recuerdo que enhebraste un discurso memorable sobre los problemas de la juventud.
R. Ser cura tiene una parte de actuaci¨®n, pero es que cualquier actividad humana la tiene. Cuando estudiaba derecho, hace un mont¨®n de a?os, ten¨ªa profesores que eran aut¨¦nticos actores: ?qu¨¦ tono de voz!, ?qu¨¦ pausas dram¨¢ticas!
P. ?Por qu¨¦ te metiste a cura?
R. Para salvar a la humanidad. Para ayudar a los dem¨¢s. Para entregarme a mis semejantes. Lo digo en serio. Supongo que tuve una especie de epifan¨ªa salv¨ªfica mezclando un mont¨®n de conceptos que se resum¨ªan en el concepto por excelencia: Dios. No hay un tema mejor en el que pensar y sobre el que organizar tu existencia. Y no bromeo.
P. Pero el celibato no lo llevabas muy bien.
R. No era f¨¢cil. ?No veas c¨®mo se te pone a los 20 a?os!
P. Pero t¨² no te reprim¨ªas. T¨² eras un cura que beb¨ªa, sal¨ªa de noche e iba con mujeres. Ya s¨¦ que Jubany te hab¨ªa salvado el pellejo en m¨¢s de una ocasi¨®n, pero tu relaci¨®n con la Iglesia no deb¨ªa de ser muy f¨¢cil.
R. Por eso me acab¨¦ saliendo. Fue un proceso paulatino en el que influy¨®, supongo, mi contacto con la calle. Yo trabajaba con chavales que acababan de salir del talego y a los que hab¨ªa que intentar llevar por el buen camino, aunque la mayor¨ªa, para qu¨¦ negarlo, prefer¨ªan volver al trullo antes que ponerse a currar. Tuve que encontrarles un trabajo agradable, as¨ª que les puse a pegar carteles de conciertos. Y as¨ª fue como conoc¨ª a Rafael Moll y a Sisa.
P. Hace tiempo que no s¨¦ nada de Sisa. ?En qu¨¦ anda?
R. Se acaba de comprar un piso en La Rambla, t¨ªo, encima de un sex shop...
P. ??ste es mi Sisa!... Supongo que fue gracias a gente como ¨¦l como empezaste tu carrera de manager...
R. Yo era road manager, un concepto que as¨ª, en ingl¨¦s, suena muy bien, pero que aqu¨ª, en la pr¨¢ctica, consist¨ªa en intentar cobrar los bolos en los pueblos, lo que no siempre era f¨¢cil... Recuerdo una vez que Oriol Tramvia consigui¨® cabrear a todos los iaios encorbatados de una fiesta mayor y la cosa casi acaba a hostias...
P. T¨² eres un humorista con discurso en un pa¨ªs en el que lo que abunda son los graciosos siniestros que cuentan chistes de gangosos.
R. Gracias.
P. Los americanos tienen una tradici¨®n de stand up comedy. Eric Bogosian puede recurrir a Lenny Bruce. ?A qui¨¦n puedes recurrir t¨²?
R. Me gusta Gla. Una vez coincid¨ª con ¨¦l en un bolo y me dijo que me mov¨ªa demasiado. Pero es verdad lo que dices: no hay una tradici¨®n de humoristas con discurso. Tal vez deber¨ªamos tener un p¨²blico m¨¢s exigente. Tal vez si s¨®lo hay gente que cuenta chistes es porque el p¨²blico s¨®lo quiere tomar copas y re¨ªrse.
P. Est¨¢ bien esto que haces de reinventarte cada cierto n¨²mero de a?os. Cura, manager, humorista... ?Qu¨¦ tal lo lleva tu madre?
R. Las madres s¨®lo quieren ver felices a sus hijos, y la m¨ªa no es una excepci¨®n. En el fondo, ella nunca crey¨® que lo m¨ªo fuera ser cura. Ahora me ve de humorista y ve que me gano la vida, con lo cual ya le parece bien. Lo malo es pasar hambre. Una madre, si la hija le sale puta, desea que por lo menos sea una puta cara y no una de esas que est¨¢n en las esquinas vendiendo polvos a 3.000 pesetas...
P. ?Otra vez con el hambre? Te recuerdo que a un amigo tuyo le toc¨® la loter¨ªa y te solt¨® un buen pellizco.
R. Entre los bares y el divorcio de la mujer con la que me cas¨¦ en la ¨¦poca a la que te refieres, me lo fund¨ª.
P. T¨² te nutres de tus experiencias. Sin haber sido cura y manager, no habr¨ªas podido ser humorista, ?verdad?
R. No lamento ninguna de mis vidas anteriores. Ni los a?os que estudi¨¦ derecho. Es m¨¢s, cuando se acab¨® el Nitsa y me qued¨¦ sin un duro, me puse a acabar la carrera, pensando que as¨ª me podr¨ªa ganar la vida.
P. No ha hecho falta. Te lo pasas mejor en un escenario.
R. Acabo de empezar y todo me sorprende.
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