Un coloso del baloncesto

De alguna manera, la NBA se ha construido a trav¨¦s de dos rivalidades. La que mantuvieron Wilt Chamberlain y Bill Russell en los a?os 60 y la que dirimieron Magic Johnson y Larry Bird en los 80. Una sirvi¨® para crear la mejor Liga del mundo. La otra para sacarla de la crisis y proyectarla en los t¨¦rminos actuales.Chamberlain y Michael Jordan han sido probablemente los dos jugadores con m¨¢s facultades para el baloncesto. Uno desde el puesto de pivote; el otro desde la posici¨®n de base. Imparables los dos. Le preguntaron al gran ?scar Robertson por el mejor jugador de la historia. "Los n¨²meros no mienten", dijo. Se refer¨ªa, por supuesto, a Chamberlain, un coloso que dej¨® un reguero de r¨¦cords.

Era poderoso como un gigante, pero se mov¨ªa con agilidad y gracia. Se dedic¨® al baloncesto porque as¨ª lo demandaba su naturaleza, pero pod¨ªa haber triunfado en cualquier otra disciplina. Un d¨ªa decidi¨® retar a Mohamed Al¨ª para un combate que nunca lleg¨® a celebrarse.

Contra la corriente de opini¨®n que sit¨²a a Chamberlain como un jugador egoista, preocupado de sus estad¨ªsticas, la realidad nos habla de un jugador capaz de sacrificar cualquier vanidad personal por el triunfo de sus equipos. S¨®lo as¨ª se explica su liderazgo en la clasificaci¨®n de asistencias en 1968 -haza?a nunca conseguida por un pivote- y sus proezas defensivas en los fabulosos Lakers que conquistaron el t¨ªtulo en 1972, despu¨¦s de ganar 33 partidos consecutivos.