Momento cr¨ªtico
EL PERFIL de la inflaci¨®n en Espa?a empeora mes a mes. El IPC de septiembre subi¨® dos d¨¦cimas y situ¨® la tasa anual en el 2,5%, una d¨¦cima por encima de las previsiones del Gobierno para todo el a?o y medio punto por encima del per¨ªmetro de estabilidad monetaria de la zona del euro, cuyo l¨ªmite m¨¢ximo est¨¢ en el 2%. Es verdad que la inflaci¨®n subyacente ha descendido una d¨¦cima; pero lo cierto es que ya resulta muy dif¨ªcil creer que la tasa de inflaci¨®n anual de 1999 se sit¨²e en el 2,4% previsto, y muy bien tendr¨¢n que funcionar las intervenciones antiinflacionistas del Gobierno para frenar la tendencia de los precios a situarse m¨¢s all¨¢ del 2,5% a finales de a?o. Aunque los precios de consumo no produzcan un deterioro inmediato de la competitividad de los productos espa?oles en el exterior, lo cierto es que con el paso del tiempo acaban por encarecer los costes y, por tanto, contaminando la relaci¨®n de intercambio de las exportaciones.El Gobierno ha reaccionado con demasiado retraso al desbordamiento de los precios, que ya era evidente en los primeros meses de este a?o. Y, lo que es peor, su respuesta est¨¢ mal orientada. En lugar de elaborar una pol¨ªtica antiinflacionista coherente, que aumente la competencia y la transparencia de los mercados de forma sostenida, se limita a aplicar rebajas de los precios intervenidos -que bajan artificialmente el IPC- mediante decisiones que se imponen a empresas formalmente privadas y que seguramente provocan inquietud entre sus inversores y accionistas.
Como todas las rebajas de tarifas, la de las llamadas telef¨®nicas ser¨¢ bien acogida, porque en teor¨ªa favorece a los consumidores y contribuye a recortar los costes de producci¨®n. Pero en este caso los beneficios van a ser muy escasos. Los nuevos precios de las llamadas provinciales e interprovinciales que aplicar¨¢ Telef¨®nica a partir del 1 de noviembre son los que ya rigen en las compa?¨ªas competidoras, y el abaratamiento de las locales es efectivo s¨®lo despu¨¦s de los primeros 160 segundos de conexi¨®n, tiempo que no rebasa gran parte de las comunicaciones. Por estas razones, su impacto sobre el IPC ser¨¢ m¨ªnimo; apenas contribuir¨¢ a bajarlo entre dos y cinco cent¨¦simas, muy por debajo del medio punto que anticipa el Ejecutivo.
Por a?adidura, el sector exterior se est¨¢ ensombreciendo poco a poco, como prueba el crecimiento desorbitado del d¨¦ficit por cuenta corriente hasta julio de este a?o, cuando se coloc¨® en un 85% por encima del mismo periodo de 1998. El resultado de ambos estrangulamientos econ¨®micos, el de los precios y el de la balanza exterior, dibuja en el ¨²ltimo tercio de 1999 un paisaje econ¨®mico notablemente peor que a principios de a?o. La inflaci¨®n que aflore en los meses de octubre y noviembre ser¨¢ el dato decisivo para evaluar qu¨¦ esperanzas reales existen de que el a?o pr¨®ximo la subida de precios vuelva a tasas inferiores al 2%. La econom¨ªa espa?ola est¨¢, pues, en un momento cr¨ªtico.
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