Revueltas por defender la tradici¨®n
La prohibici¨®n del pa?uelo isl¨¢mico desata violentas manifestaciones en las universidades turcas
La ofensiva laica contra el uso del pa?uelo isl¨¢mico en las universidades y colegios estatales turcos ha vuelto a desatar violentas manifestaciones entre los estudiantes que respetan esta tradici¨®n del rito musulm¨¢n. Con motivo de la inauguraci¨®n del a?o acad¨¦mico, decenas de j¨®venes se dieron cita recientemente en las inmediaciones de algunas universidades de Estambul en se?al de protesta contra la medida que proh¨ªbe la entrada de mujeres tocadas en los edificios p¨²blicos. Aunque en Turqu¨ªa el 90% de la poblaci¨®n profesa la religi¨®n musulmana, la Constituci¨®n consagra f¨¦rreamente el car¨¢cter secular del Estado fundado en 1923 por Mustaf¨¢ Kemal Atat¨¹rk. Adem¨¢s, todos los alumnos que en estos momentos luzcan barba deber¨¢n rasur¨¢rsela para poder asistir a clase.El acceso a la Facultad de Derecho de Eylul, en la ciudad de Izmir, fue bloqueado por una barrera de polic¨ªas durante las revueltas, despu¨¦s de que el decano anunciara a la multitud congregada en el exterior que las j¨®venes que portaran el pa?uelo isl¨¢mico no ser¨ªan admitidas en las aulas. En esta misma ciudad, el campus de la Universidad de M¨¢rmara se convirti¨® en un aut¨¦ntico campo de batalla en el que las fuerzas de seguridad cargaron contra los manifestantes y apalearon a uno de los abogados estudiantiles que se dispon¨ªa a leer un comunicado de condena.
Las escuelas p¨²blicas tambi¨¦n han sido escenario de violentos enfrentamientos. As¨ª, en Bursa, ciudad pr¨®xima a la costa sur del mar de M¨¢rmara, un joven tuvo que ser hospitalizado tras recibir una paliza por parte de algunos de sus compa?eros al intentar defender el derecho de acudir a las aulas con la cabeza cubierta.
El nuevo curso acad¨¦mico ha comenzado en Turqu¨ªa con esp¨ªritu uniformador. El ministro de Asuntos Exteriores griego, Giorgos Papandreu, fue el encargado de abrir la sesi¨®n inaugural, que tuvo lugar el pasado domingo en la Universidad de Estambul. Los chicos vestidos con camisetas negras y adornados con pendientes no pudieron escuchar a Papandreu. La polic¨ªa impidi¨® su entrada al recinto.
Ceren, de 20 a?os, acaba de concluir los estudios de literatura inglesa en la universidad privada de Bilkent, en Ankara, donde los estudiantes tienen libertad para elegir su atuendo a la hora de acudir a clase. Ella no cubre su cabeza y se muestra de acuerdo con la pol¨ªtica del Gobierno en esta materia, aunque no comulga con la forma de imponer esta medida. "El uso del pa?uelo se ha politizado de tal manera en Turqu¨ªa que instant¨¢neamente se identifica como un atentado al secularismo del Estado", afirma esta joven. Un Estado laico que se siente amenazado por el fantasma islamista, que a su vez grita desde las pancartas de los estudiantes: "?No fue suficiente con el terremoto de 7,4 ?".
Las interpretaciones religiosas para explicar fen¨®menos naturales no son bien recibidas por el Estado kemalista. Hasta tal punto, que el Consejo Superior de Educaci¨®n (YOK), m¨¢ximo ¨®rgano de gesti¨®n de las universidades turcas, aconseja a los administradores universitarios controlar las actividades de las asociaciones estudiantiles y verificar que ¨¦stas no se desv¨ªen m¨¢s all¨¢ del estricto marco ideol¨®gico del Estado.
La controversia sobre el uso del pa?uelo isl¨¢mico en edificios p¨²blicos no se ha reabierto ¨²nicamente en los foros universitarios. La coalici¨®n tripartita que conforma el actual Ejecutivo turco ha propuesto modificar el reglamento interno del Parlamento para prohibir expl¨ªcitamente semejante atav¨ªo. Y Merve Kavakci, la parlamentaria que la pasada primavera se atrevi¨® a desafiar las normas de comportamiento en el interior de la C¨¢mara, ha acabado perdiendo la nacionalidad turca.
La cuesti¨®n est¨¢ lejos de quedar zanjada, y la represi¨®n policial no ha conseguido aplacar la ira de los estudiantes islamistas. As¨ª, la Asociaci¨®n de Derechos de las Mujeres contra la Discriminaci¨®n (AK-DEK) ha convocado recientemente una manifestaci¨®n en Estambul en la que reclamaron justicia formando una larga cadena humana de cabezas cubiertas.
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