El juez vuelve a archivar el caso del guardia real muerto de un tiro
El titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 35 de Madrid, Pascual Fabi¨¢ Mir, ha decidido sobreseer por segunda vez el caso del guardia real encontrado muerto la noche del 3 de julio de 1997 en el Cuartel del Rey. El juez, bas¨¢ndose en un informe policial, archiv¨® el caso el a?o pasado tras considerarlo un suicidio, pero luego lo reabri¨®, por mandato de la Audiencia de Madrid, para practicar nuevas pruebas, ya que surgieron dudas que apuntaban a que la muerte del guardia pod¨ªa ser un homicidio.
Tras practicar tales pruebas, el magistrado ha vuelto a sobreseer la causa. En su auto explica que no ha encontrado pruebas s¨®lidas que le permitan aseverar si la muerte del guardia real Antonio Salinas Garmendia, de 22 a?os, se debi¨® a un suicidio o a un homicididio. Es decir, no descarta ni una ni otra causa, pero tampoco se decanta por ninguna.Las dudas que existe sobre este caso radican b¨¢sicamente en que, poco antes de morir, el guardia real grit¨® a trav¨¦s del radiotransmisor: "?intruso, intruso por la puerta de carros!". Instantes despu¨¦s del aviso se produjo un disparo y el guardia fue encontrado tendido en el suelo y bocabajo. Presentaba un tiro en la nuca hecho con su propio subfusil.
El informe policial en el que se bas¨® el juez para sobreseer el caso por primera vez indicaba que es perfectamente posible, dado que los soldados suelen portar en la espalda el subfusil, que Salinas Garmendia se quitase la vida apuntando el ca?¨®n hacia su nuca con una mano, por detr¨¢s, y apretando luego el gatillo.
Un intruso
Sin embargo, las ¨²ltimas palabras del fallecido relativas a la presencia de "un intruso" sembraron las l¨®gicas dudas a la familia de la v¨ªctima y propici¨® la reapertura del caso. Antes de sobreseer definitivamente el asunto, el juez ha efectuado una reconstrucci¨®n de los hechos con un soldado de una talla similar a la del fallecido, tal como orden¨® la Audiencia accediendo a la petici¨®n de la familia del fallecido. La prueba no ha arrojado nuevos datos. Tampoco han aparecido pruebas que indiquen que personas extra?as al cuartel hubiesen entrado esa noche en esta dependencia militar.
La hip¨®tesis de que pudo tratarse de un suicidio viene apoyada por el hecho, a juicio del juez, de que el guardia real, seg¨²n el testimonio de algunos compa?eros, se mostr¨® muy preocupado d¨ªas antes de su muerte por un asunto amoroso, y tambi¨¦n por el hecho de que no hay datos que indiquen que el guardia tuviese enemigos que quisieran causarle la muerte. El juez, en el auto en el que sobresey¨® el caso por primera vez, dedujo que la existencia de p¨®lvora en la mano derecha del fallecido era un indicio claro de que el disparo lo hab¨ªa efectuado ¨¦l mismo.
La familia descarta la hip¨®tesis del suicidio. Y se basa, entre otros hechos, en que el fallecido acababa de ascender a cabo e iba a ser padrino de bautizo de un sobrino, elementos ambos, seg¨²n la familia, de que no sufr¨ªa ninguna depresi¨®n ni trastorno que le indujese a quitarse la vida.
La trayectoria del disparo en la nuca, de derecha a izquierda, resta tambi¨¦n verosimilitud, en opini¨®n de la familia, a la idea del suicidio. La trayectoria muestra que el correaje del subfusil estaba sobre la hombrera izquierda, cuando lo normal es que los soldados hagan descansar sus armas sobre la hombrera derecha, sostiene la familia.
En este segundo auto de sobreseimiento, el magistrado no se decanta por ninguna hip¨®tesis y concluye que carece de elementos consistentes como para descartar una u otra posibilidad. El sobreseimiento no significa el cierre definitivo del caso, ya que, si surgiesen nuevos elementos, ¨¦ste podr¨ªa reabrirse.
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