La barrera de las infecciones v¨ªricas

Hasta la fecha, dos han sido los grandes obst¨¢culos en la carrera del xenotrasplante: el control del rechazo al ¨®rgano procedente de un animal de una especie distinta y garantizar que no se producir¨¢ una infecci¨®n a causa de alg¨²n virus desconocido cuando el ¨®rgano trasplantado se acomode en el receptor.Respecto del primero de estos aspectos, se resolvi¨® con ¨¦xito uno de los principales escollos cuando, en 1996, ¨®rganos de cerdo modificados gen¨¦ticamente superaron el llamado rechazo hiperagudo, una reacci¨®n virulenta del sistema inmunol¨®gico capaz de destruir en unos pocos minutos el injerto trasplantado.

Superado este primer obst¨¢culo, de lo que se trata ahora es de prevenir en la medida de lo posible otra forma de rechazo, llamado vascular agudo, que lleva igualmente al fracaso del trasplante, aunque por razones distintas.

Las l¨ªneas de investigaci¨®n que se siguen pasan por modificar el donante mediante ingenier¨ªa gen¨¦tica o bien al receptor, lo que se conoce como inducci¨®n de tolerancia.

Pero donde los expertos apenas han logrado dar pasos significativos es en el control de infecciones de tipo v¨ªrico. Robin Weiss, vir¨®logo del Instituto para la Investigaci¨®n del C¨¢ncer del University College de Londres, defendi¨® ayer que el inicio de ensayos cl¨ªnicos con humanos es poco menos que "entrar en el terreno de lo desconocido".

Weiss, que descubri¨® en 1997 la existencia de retrovirus propios de los cerdos capaces de infectar c¨¦lulas humanas en experimentos in vitro, se?al¨® que estas formas v¨ªricas, denominadas PERV (retrovirus end¨®genos de origen porcino, en sus siglas en ingl¨¦s), pueden integrarse en el c¨®digo gen¨¦tico del receptor y mutar a formas patol¨®gicas para el organismo humano.

"Basta con un solo animal para iniciar una epidemia", dijo, en referencia al riesgo que suponen los xenotraplantes, no s¨®lo a t¨ªtulo individual sino tambi¨¦n colectivo, como fuente de infecci¨®n. Riesgo que, a?adi¨®, puede verse amplificado por el hecho de que los eventuales receptores de los ¨®rganos de animal tienen su sistema inmunitario disminuido y porque, seg¨²n dijo, los mismos f¨¢rmacos administrados para prevenir el rechazo parecen proteger a los virus porcinos.

Con relaci¨®n al estudio prospectivo publicado el pasado mes de agosto por la revista Science (v¨¦ase EL PA?S del 20 de agosto), en el que se revelaba que no exist¨ªan restos de infecci¨®n en 160 pacientes de todo el mundo que hab¨ªan estado en contacto con tejidos y c¨¦lulas de cerdo, Weiss afirm¨® que no era comparable con lo que significa un trasplante. "No es lo mismo implantar un ¨®rgano que desarrollar¨¢ funciones metab¨®licas en el organismo humano que estar en contacto con tejidos inertes, como piel o v¨¢lvulas cardiacas, o incluso con c¨¦lulas circulantes en sangre".

La investigaci¨®n consist¨ªa en el an¨¢lisis de pacientes a los que se hab¨ªa trasplantado piel de cerdo en casos de quemaduras graves e islotes pancre¨¢ticos en diab¨¦ticos, adem¨¢s de un numeroso grupo al que se le hab¨ªa "limpiado" la sangre a trav¨¦s del bazo de cerdo.

En ning¨²n caso se notific¨® infecci¨®n, si bien se apunto que a 23 pacientes se les detectaron c¨¦lulas porcinas en la sangre ocho a?os despu¨¦s de efectuado el tratamiento. Pese a que en su opini¨®n el riesgo del xenotrasplante en humanos supera en la actualidad al beneficio potencial, Weiss se declar¨® contrario a una moratoria internacional que impida proseguir con las investigaciones.

En la misma l¨ªnea se expres¨® Rafael Matesanz, para quien lo m¨¢s razonable en estos momentos es crear comisiones de estudio espec¨ªficas en cada pa¨ªs que mantengan fuertes lazos de uni¨®n. "No se puede parar la investigaci¨®n", se?al¨®; asimismo record¨® que en el seno del Consejo de Europa no se ha ratificado todav¨ªa prohibici¨®n alguna, pese a que ¨¦sta se present¨® a inicios de este mismo a?o.

La actual petici¨®n de moratoria presentada al Consejo de Europa no es vinculante, afirm¨®, mientras no sea ratificada por los pa¨ªses miembros. Y la ratificaci¨®n, concluy¨®, no se ha producido.